Higiene del asesino

Publicado en 1992 es la primera novela de la autora y la tercera que leo, y en esta ocasión no he conseguido disfrutar de la lectura. No considero que sea un mal libro pero no ha conseguido cautivarme o atraparme, ni siquiera entretenerme, cosa que solo ha ocurrido en ciertos momentos.

Un libro que no se deja querer, principalmente por culpa de su protagonista Prétextat Tach, que desprende odio por los poros, y que me sacó de quicio constantemente, con comentarios misóginos que me hacían replantearme que es lo que estaba leyendo. Una de las pocas cosas que me ha gustado de la novela ha sido la crítica al mundo literario y al mundo periodístico.

Sinceramente, no sé que pretendía la autora dar a entender con esta novela. Hay muchas piezas, algunas encajan con otras, y estas a su vez encajan con otras, pero me es imposible conectar todas las piezas para encontrarle un sentido completo a la obra. Vista bajo varios puntos de vista (gracias a mis compañeros de lectura, por sus aportaciones en el debate final) conseguí ver o entender algunas cosas de distinta manera, pero no conseguí darle un sentido completo a la obra.

Un libro que, la verdad, no recomiendo. Si eres fan de Nothomb es posible que le encuentres algo de miga (ya que es un libro tan egocéntrico como su autora) o al menos disfrutes de su prosa hilarante, que es de lo poquito que se salva en esta historia.