Hace años que sigo la trayectoria literaria de
Francisco Narla, pero hasta ahora no me había animado a adentrarme en su obra, animada por las buenas críticas y porque en mi bagaje lector no se incluye, a día de hoy, ningún libro sobre el pueblo celta.
Ambientada en Galicia, uno de los territorios más ricos en minas de oro, esta novela de ficción con tintes de aventura se centra en el personaje de Breo, que está inspirado en la leyenda de la mítica figura de Breogán, un rey celta que consiguió unificar a las tribus y cuyo descendiente partió hacia tierras irlandesas para conquistarlas. Esto último es otra historia que no se recoge en el libro pero que he descubierto indagando en internet, en busca de información e imágenes complementarias a la lectura.
A Breo lo conocemos siendo solo un niño, cuando los romanos acaban de aniquilar vilmente a todos los habitantes de su poblado. Será el único superviviente junto a Cerno, un cachorro de lobero que se convierte en su fiel amigo. Huyendo de todo, se refugia en la costa y se dedica a la pesca, pero es del linaje de los antiguos caudillos y por sus venas corre la sangre de aquel que logró unir a los clanes. Tiene una misión ineludible a la que deberá hacer frente, lo quiera o no: unificar y liderar la lucha contra el dominio romano, por la libertad de su pueblo. Los corderos intentarán dar caza a los lobos…
Con una prosa elegante y de la mano de un narrador omnisciente, el autor traslada al lector hasta los últimos tiempos del emperador Nerón y esboza un vívido lienzo, a pesar de la escasa documentación existente, de las costumbres y tradiciones celtas a la vez que muestra cómo la codicia del imperio romano va transformando el paisaje gallego, talando sus bosques, cortando sus montes, expoliando los recursos a la vez que destruye su historia y a la mayoría de los clanes, a los que esclavizará como mano de obra en las minas de oro.
Al principio me costó un poco entrar en la historia, pero luego, conforme los personajes iban tomando forma y se hacían reales, todo fluyó solo y acabé enganchada. Me ha gustado especialmente el personaje de Tana, una vieja meiga que acompaña en la sombra y protege a nuestro protagonista, y lo he pasado francamente mal con Tarvus y su huida del mismo infierno a través de la nauseabunda porquería. También me he enervado con el enviado imperial, que es más malo que un dolor de muelas.
Sintetizando:
Breo, el celta que desafió a Roma es una novela de ficción, de entretenida lectura que hunde sus raíces en la mitología celta del pueblo gallego. Una novela reivindicativa que pretende recuperar nuestro pasado y nos muestra la lucha del pueblo celta por la supervivencia y la liberación del yugo romano.
Hace años que sigo la trayectoria literaria de
Francisco Narla, pero hasta ahora no me había animado a adentrarme en su obra, animada por las buenas críticas y porque en mi bagaje lector no se incluye, a día de hoy, ningún libro sobre el pueblo celta.
Ambientada en Galicia, uno de los territorios más ricos en minas de oro, esta novela de ficción con tintes de aventura se centra en el personaje de Breo, que está inspirado en la leyenda de la mítica figura de Breogán, un rey celta que consiguió unificar a las tribus y cuyo descendiente partió hacia tierras irlandesas para conquistarlas. Esto último es otra historia que no se recoge en el libro pero que he descubierto indagando en internet, en busca de información e imágenes complementarias a la lectura.
A Breo lo conocemos siendo solo un niño, cuando los romanos acaban de aniquilar vilmente a todos los habitantes de su poblado. Será el único superviviente junto a Cerno, un cachorro de lobero que se convierte en su fiel amigo. Huyendo de todo, se refugia en la costa y se dedica a la pesca, pero es del linaje de los antiguos caudillos y por sus venas corre la sangre de aquel que logró unir a los clanes. Tiene una misión ineludible a la que deberá hacer frente, lo quiera o no: unificar y liderar la lucha contra el dominio romano, por la libertad de su pueblo. Los corderos intentarán dar caza a los lobos…
Con una prosa elegante y de la mano de un narrador omnisciente, el autor traslada al lector hasta los últimos tiempos del emperador Nerón y esboza un vívido lienzo, a pesar de la escasa documentación existente, de las costumbres y tradiciones celtas a la vez que muestra cómo la codicia del imperio romano va transformando el paisaje gallego, talando sus bosques, cortando sus montes, expoliando los recursos a la vez que destruye su historia y a la mayoría de los clanes, a los que esclavizará como mano de obra en las minas de oro.
Al principio me costó un poco entrar en la historia, pero luego, conforme los personajes iban tomando forma y se hacían reales, todo fluyó solo y acabé enganchada. Me ha gustado especialmente el personaje de Tana, una vieja meiga que acompaña en la sombra y protege a nuestro protagonista, y lo he pasado francamente mal con Tarvus y su huida del mismo infierno a través de la nauseabunda porquería. También me he enervado con el enviado imperial, que es más malo que un dolor de muelas.
Sintetizando:
Breo, el celta que desafió a Roma es una novela de ficción, de entretenida lectura que hunde sus raíces en la mitología celta del pueblo gallego. Una novela reivindicativa que pretende recuperar nuestro pasado y nos muestra la lucha del pueblo celta por la supervivencia y la liberación del yugo romano.
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