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Me gusta mucho la novela histórica, soy curiosa por naturaleza y este género siempre tiene un hueco en mi estantería porque es una forma muy entretenida de aprender de nuestro pasado, de manera que cuando supe del lanzamiento de "Assur" me fijé en la novela, entre otras cosas, y a sabiendas de que puede resultar ridículo, porque me llamaron la atención su título breve y conciso y su portada (esa figura humana de espaldas junto a un lobo en un paraje tan inhóspito y frío se me quedó grabada en la retina), bastante alejada de las habituales en novela histórica que parecen todas salidas del mismo molde. "Assur" es una gran novela, no solo por su extensión (tiene casi mil páginas) sino porque es una novela de gran envergadura y que se me antoja muy compleja de escribir al conjugar personajes históricos de la más diversa índole y al tener su desarrollo en lugares geográficos igualmente dispares. Es además original en cuanto que se aparta de las temáticas más recurrentes del género para adentrarnos en una época mucho menos desarrollada y bastante menos conocida para el gran público lector como es la de las incursiones de los terribles Hombres o Demonios del Norte (Vikingos) en la península ibérica en busca de fortuna en la época de la Reconquista. Francisco Narla, a pesar de su juventud, es un hombre muy polifacético (no hay más que ver la biografía que ofrece el libro) y me atrevería a decir también que muy culto, y eso se nota en la novela. Su conocimiento de la lengua castellana es vastísimo y me he encontrado con multitud de palabras cuyo significado desconocía y muchas otras que había olvidado por completo. El estilo de la novela es tremendamente visual y plástico, y como ya he comentado antes, sumamente descriptivo tanto en la recreación de ambientes como en lo que respecta a la descripción de costumbres, técnicas bélicas, de navegación o agricultura, efectos climáticos o la propia flora. Tal profusión de detalles consigue transportar al lector y muchas veces es un verdadero deleite, sin embargo en mi caso, a veces han supuesto un obstáculo que ha ralentizado el ritmo de la lectura, y la agilidad se ha visto mermada en pro de tantas descripciones. A este respecto he echado en falta un poco de más acción, que pasaran más cosas; en definitiva menos pormenorización en detalles descriptivos y más aventuras. Los personajes de la novela, ya sean reales o ficticios, son fáciles de identificar incluso para el lector menos atento. Esto quiere decir ni más ni menos que están perfectamente retratados; otra cosa es que unos gusten más que otros o que algunos resulten algo estereotipados, pero su desarrollo es tremendamente adecuado para no generar confusión en el lector. Y si bien Assur es el gran protagonista, no es precisamente el que a mí más me ha llegado y yo misma he sido la primera sorprendida de que haya sido Furco, el lobo, ya que lo normal es que nos lleguen más los personajes humanos, pero me ha resultado tan fascinante el desarrollo literario que el autor le confiere al animal que a mis ojos ha resultado entrañable y se alza como uno de los rasgos más poderosos de la novela, una especie de sello personal que la aleja de otras de su misma línea. Podría extenderme en detalles respecto a Furco pero ni pretendo aburrir a las ovejas ni los problemas víricos me permiten extenderme en demasía, de hecho, terminé el libro hace varios días y solo a ratitos he podido ir sentándome frente al ordenador a escribir esta reseña. Tan solo añadiré acerca de Furco que hasta la lectura de Assur cuando pensaba en la cara más amable de los lobos me venía a la mente Colmillo Blanco, el protagonista de la película del mismo nombre; de ahora en adelante también Furco ocupará un lugar en mi memoria, no me cabe duda. De la mano de Assur nos adentraremos por tanto en lugares tan dispares como Santiago de Compostela, Barcelona, Islandia, Groenlandia, Noruega o Canadá a través de un viaje en el tiempo perfectamente recreado y que nos llevará a conocer en profundidad personajes tan apasionantes como el mismísimo Eirik el Rojo, y más de un lector se llevará alguna sorpresa al descubrir que algunos hechos históricos que se daban por sentados no eran tales, con lo que además de entretener, la novela cumple con creces las expectativas del lector que busca saber más sobre los temas que aborda. Me gustan las novelas que despiertan mi curiosidad durante o tras la lectura, que me incitan a saber más, a buscar más información, y Assur pertenece a ese grupo. Francisco Narla recrea con mucho tino la vida y las costumbres del Norte de Europa de la época a través de una narración extremadamente detallada y descriptiva, y por encima de todo, excelentemente documentada. No hace falta ser un experto para darse cuenta del riguroso ejercicio de investigación y documentación del que hace gala la novela. Y no son pocos los ejemplos de esa minuciosa documentación: el uso de la terminología nórdica, el profundo conocimiento de las costumbres de la época -tanto de las nuestras como de las de los países por los que nos lleva la historia-, el detallado y pormenorizado retrato de las técnicas de navegación (los pasajes en los que nos narra la caza de las ballenas son fiel prueba de ello)… Y como es habitual en la novela histórica, el autor explica en una nota final las posibles licencias históricas que se ha tomado en aras de la narración para satisfacer así las dudas de los lectores más curiosos en un ejercicio además de gran humildad, ya que pide disculpas por los posibles errores en los que haya podido incurrir. Enlace: https://elsindromedetsundoku.. + Leer más |