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"Roma era dueña de su mañana. Y Roma borraba su ayer". Me ha encantado, así tal cual lo digo. Lo leí en un par de días en los que estuve inmersa en una historia maravillosa, de esas que llaman épicas. Os cuento un poco. Breo es ese celta que intentó detener el avance de Roma por sus tierras, es más que un nombre, más que un héroe, es la idea en sí de que la unión hace la fuerza. A lo largo de esta novela vamos a conocer a una serie de personajes que marcarán la historia. Tengo que hacer una mención especial a la importancia de las mujeres en ese mundo aparentemente gobernado por los jefes del clan. Y es que tanto Tana como Niske serán las verdaderas artífices de lo que ocurrirá, serán las que lleven a Breo por el buen camino. Y también tenemos a Sila, el encargado de que Breo no consiga su meta. Te vas a encontrar con una trama llena de aventuras y de acción. A pesar de ser un libro gordito se lee muy bien y vas a sufrir de lo lindo pero también te vas a divertir. Las traiciones están al orden del día y sobrevivir es todo un reto. Interesante es también la reflexión sobre el poder de cambiar la misma naturaleza para valerse de ella. ¿Tiene derecho el hombre a cambiar el curso de un río por poner un ejemplo? No sabemos si lo que cuenta la novela sucedió o no, pero está claro que se trata de una maravillosa posibilidad. Si te gustan este tipo de novelas de ficción histórica no puedes perdértela. |
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