Tierra

Muchos sociólogos habían advertido de que en un lugar donde nadie aplicara leyes, el ser humano tenía muchas posibilidades de autodestruirse.

Y se abalanzó sobre mí para darme un abrazo de los de verdad, de los que se dan hasta con los huesos.

Uno de los principales defectos del ser humano es que no es capaz de pensar a largo plazo; solo nos preocupamos de lo que pasará en un rato, mañana o al día siguiente, pero no más allá. No nos preocupamos de los efectos hasta que no hay marcha atrás. Entonces sí, entonces nos arrepentimos de todo. El problema es que ese momento siempre llega tarde.

El ser humano es capaz de generar conflictos allí donde va.

Pero si había algo aún peor que la rutina era, sin duda, la ausencia de posibilidades. Uno puede acostumbrarse a repetir una y otra vez las mismas acciones, a que cada día sea igual que ayer e igual que mañana, pero las personas necesitan las posibilidades. Aunque no las usen, aunque nunca salgan de esa noria de hámster que ellos mismos se han creado, aunque basen su existencia y su esperanza en la frase «Algún día lo haré», pero deben saber que existe la posibilidad de salir de la jaula.

Hemos creado el ecosistema perfecto para ganar dinero: les damos una educación mediocre donde, por ejemplo, leer les parece una condena; después les obligamos a trabajar durante ocho o diez horas en un empleo de mierda, por un sueldo de mierda y acaban tan cansados que lo único que les apetece es llegar a casa y poner la tele. Una tele que les dirá en qué gastar el dinero que tanto les ha costado ganar. La rueda perfecta. Así que no se preocupen, por muchas barbaridades que yo pueda decir esta noche la batalla para ellos siempre está perdida.

-Y llega el día en que uno se da cuenta de que podemos hacer con la gente lo que queramos, que tenemos a rebaños de personas sentadas en el sofá dispuestas a tragarse cualquier idea que les queramos meter en el cerebro. No a todos, evi- dentemente, aún hay alguno que pretiere leer un libro o salir a jugar con sus hijos... Pero son pocos, muy pocos...

La muerte no solo se lleva a la persona; con ella también desaparece la posibilidad de nuevos recuerdos.

Uno nunca es consciente de la paciencia que puede tener la venganza.

"El problema de buscar la verdad es encontrarla y no saber qué hacer con ella."