Una canción para Novalie

Me gusto, tiene bastante Cliché, pero es el tipo de romance que a mi me gusta.
Me lleve lento la lectura pero lo disfruté bastante; la autora tiene una pluma maravillosa aunque he de decir que tiene un tono bastante novelesco, si tiene muchas frases que me llegaron y que me inspiraron.

Llevaba años sin leer romántica y, sobre todo, llevaba años sin disfrutar de este tipos de lecturas, por lo que puede que la nota se haya incrementado por este motivo.

Novalie es una chica de 18 años que acaba de perder a su madre y, en cierto modo, también a su padre, quién está ausente. Por ello, se mudan con sus tíos a Blueheaven, el lugar donde solían veranear hace años. Allí es donde conoce a Nick, un prodigio del piano cuya vida está bien planeada por su familia adinerada para ser perfecta.

La historia de amor es realmente simple, no nos vamos a engañar: crece hasta que algo o alguien irrumpe para destrozarlo todo, muchas veces incluso en repetidas ocasiones. Pero me parece tan bonito ver cómo se crea la historia de amor entre ellos, donde ella tuvo que madurar demasiado rápido y él vive su vida en base a los deseos de su familia, y cómo ambos cambian con la llegada a su vida del otro. Cómo ambos descubren cosas que nunca antes había vivido, que nunca antes habían sentido.

Y es que de cierta forma los protagonistas se me han hecho realmente cercanos, tanto que hasta yo misma me he sorprendido viviendo su felicidad y su tristeza. Sonriendo como una tonta con cada cosa bonita que los pasaba y sufriendo cuando todo se torcía. Por primera vez en mi vida, me negaba a que todo acabase mal, por muy realista que haya sido yo siempre. Y eso demuestra que realmente me he creído ese amor y no quería que acabase.

A parte de esto, todos los personajes tienen su parte de importancia en la historia, no son personas que aparecen una vez y no vuelven a salir más. Cada detalle está cuidado y bien hilado, y eso me ha gustado. Destacando sobre todo a sus tíos, que son un punto de apoyo y transmiten mil cosas buenas.

La autora tiene una pluma increíblemente fresca y ágil, acabas el libro en un suspiro si te descuidas. Además, me ha parecido curiosa la forma en que intercala personajes a lo largo de un capítulo. Quizás sí debías estar atento a veces, pero de normal no era nada lioso y te permite conocer los diferentes puntos de vista de cada personaje en una misma situación.

Además, los guiños a la literatura que se hacen durante la novela siempre son agradables para los lectores. Y en mi caso, la música también ha sido buena compañera aunque se mencionase mucho menos.

En definitiva, una novela romántica que ha sorprendido para bien a "mi yo no romántica".

Esta es la primera vez que leo algo de María Martínez, y me gustó la forma tan fresca conq ue escribe.
Una historia bonita, con personajes muy inocentes que han madurado a destiempo por todas las circunstancias de sus vidas.
Para mi gusto, le faltó darle más protagonismo a la música en la trama y en la vida de los personajes.
Me pareció un poco forzado que todas las desgracias llegaran juntas, aunque reconozco que en la vida para así con frecuencia.
Disfruté mucho su lectura, sin muchas pretensiones literarias, un lenguaje ameno y un estilo limpio, me sacó un par de lágrimas y muchas sonrisas.

El estilo de María en esta novela es, como en todas, sensible e íntimo. Muy bien escrita, habla sobre un amor que, por el carácter y la juventud de Novalie, es más adolescente que adulto. Un amor de verano en el que todo parece ir en contra por la familia de Nick y los planes que tienen para su futuro con los que él no está muy de acuerdo. Nick es un reconocido pianista de 25 años que se vuelve loco por Novalie. A través de las páginas de esta conmovedora historia encontraremos sorpresas del pasado, todo con calma, sin prisas... y un amor, como todos los que relata la escritora, de película.

Venia adorando esta historia. Me había atrapado. Un libro que tenga música para mi es la gloria. Hasta que me topé con un comentario sumamente desafortunado, pero que suelo ver en las redes sociales todo el tiempo. Un comentario que hoy por hoy está naturalizado, pero que no debería.

En una escena donde la protagonista Novalie quería ir con Nick, su tía le plantea que si es gay. A lo que ella responde que no, pero ¿Que importancia tiene?. Y su tía le responde que un gay no va violarla. Y ella piensa para sus adentros: “Si no tenía cuidado y controlaba un poco sus hormonas, el único con riesgo de violación iba a ser él.”

Acá es donde esta el comentario que creo que no debería decirlo como algo que está bien. Referirnos al “Quiero estar con alguien intimamente” con un “Quiero violarlo”. Creo que toda la escena me indignó, y la verdad, me hiso perderle las ganas al libro.

Leo todo el tiempo en redes esto. Y, a mi modo de ver, no está bien.
Si vamos a naturalizar un término, que sea por las razones correctas. Violación no es un “Ay que ganas tengo de estar con este flaco/a”, “Estás tan fuerte. Te violo.” No es un le tengo ganas a alguien que me gusta.

Empecemos a hablar como se debe. Y quiero pedirle mil disculpas a la Editorial que tan amablemente confió en mi para reseñar sus libros, pero éste libro no me gustó.

Quizá en un futuro vuelva a darle una oportunidad. Pero creo con el alma que nosotros tenemos el poder de cambiar las cosas. Modifiquemos nuestro lenguaje para bien. Y llamemos a las cosas por su nombre. Muchas veces no medimos lo que decimos, me incluyo. Pero darse cuenta y modificarlo es lo que importa.

Perdón si a alguien le cae mal este post, pero debo ser fiel a lo que siento. Y realmente creo que una frase así no debería decirla nadie. Por ende, no estoy de acuerdo con esta autora, que quizá quiso hacerlo con otra intención, pero no me gustó.

Una canción para Novalie es una historia de amor. Creo que la historia está buena, pero yo de momento le doy un respiro.
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Adoro la forma de contar historias de María Martínez. He disfrutado mucho de esta historia, sobre todo las primeras 150-200 páginas, luego se me ha desinflado un poco, de ahí el bajón en la puntuación, pero así y todo lo recomiendo muchísimo. María te envuelve con su escritura y consigue que no quieras dejar de leer. El epílogo es un regalazo precioso.