Carcoma

En un pueblo cualquiera de la España profunda en un pasado no tan lejano, está ambientada esta novela.
Un libro contado a dos voces que se intercalan en cada capítulo, la de la abuela y la de la nieta que acaba de regresar a la casa donde nació. Dos voces, en un principio poco fiables, que se dirigen al lector para contarle su turbio pasado, la historia de una familia y de la casa que han habitado.
Una casa que será protagonista al igual que ellas, porque la casa es la que esconde las miserias, los sucesos oscuros, las vergüenzas de un pasado, de unas mujeres que sufrieron la violencia y el abuso de los hombres, de unas mujeres deseosas de venganza y llenas de rencor.
Una casa llena de realismo mágico, en la que las paredes hablan y se llenan de sombras, los armarios encierran presencias y debajo de las camas asoman los pies de los que fueron sus antepasados. Toda la casa se llena de misterio para contarnos quiénes se resisten a abandonarla para siempre. Una casa que encierra a dos mujeres, que las asfixia y las llena de oscuridad, sin dejar que las heridas del pasado puedan sanar.
La crítica social está presente a lo largo de toda la historia, sobre la diferencia de clases, la violencia de género y el papel de la mujer presente en los pueblos en tiempos de guerra y posguerra, tiempos de miseria y secretos que esconder, tiempos no tan remotos, tiempos en los que la herencia familiar marcaba el destino.
Una novela con una ambientación excelente y una escritura con aires latinoamericanos. El lenguaje directo, con uso escaso de las comas, transmite esa sensación de desasosiego, de avasallarnos con las palabras, que nos mantiene sin aliento. Con un inicio atrapante, la historia se desarrolla con un ritmo que va in crecendo para terminar en un final impactante.
Una novela que trasciende el terror para ofrecernos un relato más emocional y crítico, con una narrativa cercana, que incomoda y perturba. Una historia sobre traumas colectivos e históricos que horroriza y roe despacio como la carcoma.
No puedo más que recomendar esta primera obra de esta autora novel que no perderé de vista porque promete ofrecernos grandes lecturas.

Absolutamente visceral.
Venganza cómo sentimiento único.
Sentimientos llenos de rencor de generación tras generación. Una casa, tres generaciones de mujeres, fantasmas entre las paredes y los del pasado que carcomen desde las entrañas. Un profundo odio cargado de tripas, sangre y un pequeño matiz de corazón entre tanta rabia.

Narrado a varias voces, cada una con su versión de lo vivido, y de los hechos. Su visión de la vida, el desarrollo de cómo viven, y esa casa, justamente, esa casa como protagonista.
Terror doméstico con esa España profunda, ingredientes que han hecho que disfrutara aún más de esta novela. Los Santos, el malfario, y esas tantas cosas que yo también vi hacer a mi abuela en su día.Las creencias, las supersticiones y las personas que dicen estar presentes pero que en realidad, sólo nos regalan su ausencia, aún necesitándolos, y esa diferencia de clases, las apariencias y el miedo.
¡Brillante!


Un librazo es lo que ha creado Laila Martínez con esta novela tan brutal.
Ciertamente debo recalcar lo mucho que he gozado con esta historia, y la tremenda resaca que deja.

📌 A los hombres como esos hay que ponerles tierra de por medio, antes de que te la pongan por encima.


Esta es la historia de una abuela y su nieta y sus antecesoras. Intercalan sus voces y te cuentan entre pasado y presente lo que ha sido sus vidas atrapadas en una casa que tiene tanta vida como ellas. Una casa que se estremece, ruge, oprime y vive de los santos y los atados.
Un linaje de mujeres que han sido malditas con el rencor más absoluto, que han sufrido lo suyo a causa de los hombres. Han sido vejadas, maltratadas y ninguneadas por la misoginia y la diferencia de clases. Han sido las más crueles enemigas y las cómplices más absolutas.
Una casa que se siente como un personaje más, que se alimenta de todos esos sentimientos negativos, que está llena de sombras que se esconden, que se agarran, que se aparecen en cualquier esquina. Una carcoma que las corroe por dentro y una cárcel de la que no pueden huir.
Ha sido una delicia de lectura, de esas oscuritas que tanto me encantan, en donde los actos cuestionables cobran sentido y hasta los aplaudes, porque te adueñas tanto de la rabia que destila la historia, que empatizas al 100%. Me ha parecido una delicia la manera en que está escrito este libro, es como si en vez de estar leyendo, estuviera escuchándolo de la propia voz de esas mujeres. Y qué mujeres!... me declaro fan de esa abuela, es de esos personajes que se te agarran y tardas un tiempo en olvidar.
Gracias Layla por regalarnos este librazo y a la editorial Amordemadre por apostar por él. Se ha ganado un hueco privilegiado en mi estantería y en mis recomendaciones.

Carcoma es la historia de las mujeres de una familia. Está contada a dos voces, la de la abuela y la nieta, de sus manos conoceremos las vidas de 4 generaciones de la familia. Mujeres que no han cumplido con lo que la sociedad espera de ellas, por eso tienen ese halo de brujas y peligrosas.
Pero sobre todo conocemos la casa, la vida y sentir de una casa que se humaniza, que siente y padece, que cobra vida.
La vida de una casa y de una familia en un pueblo perdido, cercano a Cuenca, no muy lejos de Madrid, un pueblo en el que el tiempo se para, una casa de la que no se puede salir.
Así es Carcoma, sientes como te atrapa, se te mete dentro, como la carcoma o la rabia, que una vez que se te mete dentro ya nunca te suelta.
En las relaciones que mantienen con otros habitantes del pueblo, y concretamente con los Jarabo, se destila todo el clasismo que existe.
En las relaciones de ellas con todos los hombres de sus vidas todo el machismo que sufren.

Un libro diferente escrito a dos voces. Desde el principio sabes que pasa algo pero desconoces el cómo y el por qué. A través de sus 138 páginas vas descubriendo el misterio de una casa que va destrozando a las protagonistas y que encierra muchos misterios. Pero no es sólo un libro de misterio y ocultismos, también nos muestra las envidias, rencores, odios y desgracias de la clase alta frente a la clase más humilde de un pueblo.

Muy recomendado, te engancha desde el principio y se lee en un suspiro.

Carcoma ha sido mi primera gran sorpresa de este año. Una novela corta, pero intensa, que me ha desconcertado y fascinado por igual. de manos de la pequeña editorial independiente @amordemadreed y de la autora @lay_martinezvicente, Carcoma rebosa originalidad en una historia humana con tintes de terror y realismo mágico que aportan un toque sobrenatural que casa elegantemente con toda la historia.
Baja un contexto social, desde la Guerra Civil Española hasta nuestros días, a través de tres generaciones de mujeres valientes, fuertes y ligadas invisiblemente a una casa, iremos poco a poco desgranando miserias, dolores, secretos y venganzas. Y es que en este caso, la casa es un personaje más de la novela, si no su protagonista principal, un ente participativo y vengador, que es a la vez hogar y cárcel, y que alberga los terrores más profundos de sus habitantes. Una historia donde la lucha de clases, de género, el patriarcado y la vida en toda su crudeza y amargor, se adereza con muertos que asoman bajo las camas o sombras que se cruzan por los pasillos.
Con una escritura soberbia, elegante y madura que juega con los signos de puntuación y reglas ortográficas para adaptar el estilo a sus personajes y marcar más su personalidad, Carcoma arremete como opera prima de la autora llevándose por delante todos los convencionalismos y clichés del género. Una lectura que deja perplejo tras su broche final, con un poso desagradable y amargo, Carcoma es, como su nombre indica, una historias que te corroe por dentro, que deja marca, Layla Martínez nos da una soberbia lección de literatura en escasas 130 páginas, una pequeña joya que no podéis dejar de disfrutar.

Las casas a veces tienen memoria. Desde cada recodo, huella o grieta, las casas hablan, gritan e incluso golpean. Cada marca en la pared, cada veta en la madera o las grietas de los azulejos pueden trasportarnos a otro tiempo que ya no existe, a recuerdos dolorosos y tristes. Las casas tienen ese poder... pero Layla Martínez en Carcoma va mucho más allá y dota a la casa de vida propia, la convierte en un organismo vivo capaz de reinventarse para seguir doliendo, es la esclava de un espacio y de la violencia generacional de una familia.

Carcoma es el libro que más me han recomendado en los últimos meses. Ha sido una de esas historias pequeñas pero intensas que hacen honor a su nombre. Se te mete dentro y te corroe igual que la carcoma a un pedazo de madera vieja.

Su autora es capaz de construir un libro de terror, con la casa como protagonista, para repasar temas tan críticos como la violencia patriarcal, los secretos familiares, o la diferencia de clases. 𝘓𝘢𝘺𝘭𝘢 𝘔𝘢𝘳𝘵í𝘯𝘦𝘻 escribe con seguridad y franqueza frases largas desprovistas de comas, pues lo que quiere contar no admite pausas.

"Carcoma" es una brutalidad. No es una novela cómoda, no deja espacio a la ambigüedad, o te apasiona o te desagrada. Lo sabía cuando decidí enfrentarme a ella y lo entendí en cuanto leí la primera página. Es una novela intensa, poco más de 130 páginas de intensidad, cruda y visceral.
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"Carcoma" es una historia familiar, la de una abuela y una nieta atrapadas en una venganza heredada. También es la historia de una casa que protege y ahoga, un refugio de santos y sombras. Y la de la España rural y vaciada, guardiana de viejas heridas.
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La narración de Layla Martínez es asfixiante. La autora te sumerge en una atmósfera lúgubre llena de rabia y pesadumbre. Abuela y nieta alzan la voz en un grito acusador contra la violencia patriarcal, la desigualdad social y los horrores de la Guerra Civil. Un grito de dolor que pudre sus entrañas igual que la carcoma pudre las paredes de la casa en la que habitan.
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Esta es una novela poderosa; es terror, memoria histórica, denuncia, reivindicación y venganza servida en plato muy frío. Un prodigio que deja un poso intenso de furia.
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Sin duda, una lecturaza y un gran descubrimiento el de su autora a la que seguiré muy de cerca.

Formo parte de un club de lectura en el que solo leemos escritoras, cada mes una y después de leer a Mariana Enríquez, todavía nos dio tiempo en noviembre a comentar Carcoma. Vaya librazo. Vaya sorpresón. Vaya historia. Vaya personajes. Vaya pueblo. Vaya venganza. Vaya frases. Vaya mensajes.
Desde el primer párrafo se huele que es una novela distinta. Se respira un tensión única. La estructura, a dos voces va mostrando un poquito por aquí y un poquito por acá. Intuyes lo que pasa pero resulta increíble.
Me tengo que despedir de él porque en mi biblio me lo trajeron de Salamanca, y me da pena que se vaya, pero en cuanto lo vea en una librería se va a venir a casa, merece relectura y que mi parejo lo disfrute, que le va a encantar y además así fomentar que en la literatura haya una habitación propia para voces como la de Layla, contando historias desde su punto de vista.

De mujeres y de clase obrera💪.

🎭 No-Reseña:
La carcoma es un odio heredado, una afrenta no resuelta.
La carcoma es no estar en paz. Ni con los vivos ni con los muertos.
Es sentir que tu vida no progresa y buscar la culpa fuera.
Es hacer el mismo daño que el recibido.
Esa herrumbre que te emponzoña el corazón, te aprisiona y te atormenta.
La carcoma es cárcel y es sentencia.
La carcoma es pecado. Y penitencia.

📚 Reseña:
Un libro que me ha fascinado. No sólo por la historia, en la que mezclando esta vida y la otra te cuenta un odio heredado desde generaciones, la predeterminación que te da la cuna. El desasosiego de saber que en esta vida no todos podemos elegir. Sino por la narración, maravillosa en la que la autora hace fácil lo difícil y desarrolla magistralmente la narración y el pulso de la misma.
Una maravilla.