Descenso al Abismo

Este es el segundo libro de la Serie Marco Duarte iniciada con Tablero Mortal.
Novela negra policíaca en la que mantenemos personajes del anterior libro.
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Asesinatos por doquier, relaciones tensas, desconfianza en general del entorno y nuevos ingredientes hacen que esta segunda novela mantenga la atención incluso con mas intensidad que la primera.
Una historia que cuando piensas que todo se va solucionando va in crescendo dando giros inesperados que te dejan 🤪😳🥴
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¿Que tienen en común las víctimas?
¿Como elige el asesino sus objetivos?
¿Conseguirán encontrar al macabro criminal?
Entra en juego un nuevo miembro a la unidad que será el compañero de Salva. Pero, ¿estamos todos seguros de que nos podemos fiar de él?
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Al terminar el primer libro me quede con una sensación de que me sonaban algunos detalles de otro libro, de una película o de alguna serie. Y ha sido empezar este y decantarme por John el Rojo de el Mentalista. Ojo!! No es una copia eh, son solo algunos detalles que me han hecho recordar algunos casos de la serie.
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Al igual que en el anterior, hay personajes que mantienen esa potencia que te hace pegarte a ellos.
Menciones literarias, cinematografícas y por supuesto musicales. Que es que encima son grupos musicales que me encantan. 😍
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Sigo diciendo que os lo recomiendo muy mucho. Lectura ágil y fresca, te mantiene expectante pero sin explotarte la cabeza. Y hay algun giro que no sabes si reirte o que.

La segunda entrega de Marco Duarte es excitante. Con una estructura similar a la primera, algo más extensa, nos introducimos en el primer capítulo de lleno. No hay tregua. Ya el comienzo es premonitorio «El reloj de la salita dio las campanadas de las doce de la noche». La medianoche, momento puntual en el que un día termina para dar comienzo al siguiente en el empeño de que el tiempo sea lineal, el apogeo de la oscuridad que asociamos a caos, muerte, inframundo y misterio, el momento en el que los depredadores nocturnos ostentan su mayor poder.

Y si el tiempo es anunciador, también el espacio es sintomático, «una moqueta desgastada […] la barandilla de madera, sinuosa […] retratos que, como testigos mudos de vidas pasadas, acompañaban en la subida […] un pasillo de puertas cerradas…»; un espacio que cobra vida para avisarnos del final de la misma, «el lamento de las tuberías». En menos de una página ya intuimos lo que va a ser de los personajes, no va a haber sosiego para ellos; nadie tendrá una pausa, a no ser que sea eterna, «Olivia descansó. Para siempre».

Son cincuenta capítulos turbadores más un Epílogo en el que el psicópata de Tablero mortal se da a conocer, para desaparecer con la amenaza de que no será durante mucho tiempo. Hay que leer la tercera novela de Javier Marín, está claro, pues si hemos tenido que realizar un Descenso al abismo para ponerle rostro a este demonio, no podemos permitir que desaparezca sin más. El equipo de Marco Duarte deberá rehacerse de nuevo y poder poner punto final al tormento.

Como en el planteamiento de la saga, el nombre de cada capítulo alude a lo que va a ocurrir, así en el número siete “Presentación”, el equipo conoce a Felipe Castro, el nuevo fichaje que el comisario García ha realizado, buen tirador, máster en Criminalística y Técnicas Forenses y licenciado en Derecho con matrícula de honor. Un portento que, además, esconde otras actividades para las que está dotado y que, en algún momento determinado, servirán para intranquilizar a sus compañeros.

Tras la partida aciaga de Tablero Mortal, que causó alguna baja en la comisaría, además de las víctimas elegidas por LVCF, el asesino vuelve para conseguir que tanto los personajes como los lectores experimentemos una inmersión en el infierno. Varias chicas aparecen asesinadas y mutiladas después. Son pequeños trofeos que obtiene por su hazaña. Y este es el nuevo caso que nos mantendrá en vilo porque aunque señalemos a alguien en concreto como criminal, en cualquier momento Javier Marín dará la vuelta a las circunstancias y conseguirá que lo descartemos para pensar en otro.

Son bastante inquietantes las prolepsis que aparecen constantemente en la novela y que no cumplen realmente la función completiva de brindarnos información relevante sino que en su mayoría van anunciando acontecimientos que aún no han tenido lugar, al mismo tiempo que, después, anulan las expectativas que se van dando en el lector para ir eliminando los diferentes enfoques extradiegéticos que creemos distinguir, «La noche del viernes y la del sábado él mismo acompañaría a Alejandra. Si el asesino seguía su patrón, no dejaría pasar otro viernes sin intentar algo. Esta vez ellos estarían preparados». Así, conforme los personajes se muestran más confiados, el narrador consigue que se vaya acrecentando la tensión en el lector, «Nada les hacía presagiar lo que estaba por venir».

En realidad, entre los protagonistas no hay ningún héroe. Son todos cercanos, entrañables; forman parte de la vida cotidiana, muestran conductas reales en su mayoría, alguna puede considerarse más tópica pero todas son susceptibles de cambio. Nuestro autor modela las creencias, las actitudes y comportamientos de algunos, como Miriam que adquiere una relevancia total en esta entrega, y consigue que esta novela sea idónea para enganchar al noir a los más jóvenes, porque no predispone directamente; como el resto de sus compañeros influye al formar parte de un contexto en el que se desenvuelve e interactúa con los otros.

La repetición de personajes en la saga es buena para los lectores. Los conocemos y podemos sentir cierta empatía con su forma de ser y hacia situaciones más o menos previsibles, incluso hacia determinadas actitudes inesperadas que pueden llegar a inquietarnos, porque estamos arropados en la seguridad que aportan los principios. En este caso, Marco es fundamental; es el referente sobre el que giran los demás a pesar de haber experimentado mínimos (o grandes) cambios. El autor ha elegido bien a sus personajes; alrededor del bueno, serio, intachable, se mueven los demás, cada uno con una característica atractiva, que los acerca al lector como vencedores: el humor inocente de Felipe, la falsa ironía de Salva, la debilidad mortificante de J.J., la racionalidad lógica de Alejandra, la fuerza y decisión de Miriam son creíbles, porque todos convergen en Marco, el que va ligado a la trama con una función estructural; tiene carácter y sabe imponerse sin dificultad, porque es honesto.

Precisamente por eso nunca estamos seguros de que todo vaya a salirles bien. Los lectores somos capaces de experimentar los estados afectivos por los que pasan, hasta el punto de que podemos desgajarlos de la trama y asignarles vida propia. Javier Marín consigue unir lazos entre personajes y lectores, de hecho se percibe cierta proyección del personaje ficcional en el lector real al identificarse cuando el primero expresa los deseos del segundo, esos que pertenecen a los sueños, a la ficción.

No solo los personajes generan predisposición a la lectura. También los espacios crean un ambiente tensional a lo largo de la historia, porque el fundamental es el psicológico. Es un espacio simbólico que corresponde al entorno moral y social en el que se desarrollan los acontecimientos, no importa cuál es la ciudad; hay pocas descripciones para no precisar demasiado la circunstancia en la que transcurre la acción. Acción que pasa de forma incansable de la comisaría a la calle, a las casas, al supermercado, para establecer relaciones extratextuales con un tiempo que corre más de lo que deseamos, en el que influyen también los verbos de acción, las oraciones no demasiado largas y el uso del presente; por eso tenemos la sensación, en un momento de torbellino emocional, de que se multiplican los espacios. J.J. se mueve sobre todo en un espacio vacío, carente de otras personas que podrían interceptar sus actos, aunque sea su casa, aunque sea la comisaría es su espacio íntimo donde se siente atrapado, nervioso. Es el espacio simbólico que se apoyará en la muerte para que los personajes vayan evolucionando. También el paso del tiempo modifica ciertos espacios abiertos, como la calle, que se transforman en cerrados durante la noche para conseguir que el lector mantenga la tensión.

En Descenso al abismo, diferentes historias se van transformando en la trama consiguiendo una novela de estructura casi fragmentaria, pero a pesar de estar dividida en partes, en principio diferenciadas, tienen un punto en común: el infierno al que los personajes han sido sometidos en algún momento.

Todo parte de un núcleo: un asesinato. Sin embargo, pronto irán apareciendo pistas que nos confunden e invitan a cierto caos en la estructura mental del lector:

● El tormento de J.J.
● El dragón de Miriam
● El anónimo que acecha en primera persona.
● El trauma de Alejandra.
● La espeluznante historia del cartero, otra rama del intrincado infierno al que la sociedad está expuesta «Esto no es un paso atrás, tenedlo en cuenta. En el mejor de los casos tendremos una pista sobre la posible relación de las víctimas […] los de narcotráfico nos darán las gracias».
● La historia infernal de mentes débiles que se dejan manejar por otras diabólicas para causar daño por donde van «no sé cómo fui así de estúpida, cómo lo permití, cómo caí tan bajo».
● El propio infierno particular de Esther Arias, que no es sino el precio que debe pagar por su ambición, «llevaba un par de días sin recibir ningún mensaje de su fuente anónima […] y no podía dejar que la gente perdiera el interés […] Sus ojos se abrieron de par en par, su pulso se aceleró y su corazón se desbocó. El juego había cambiado».

La unidad de esas pistas reside en Javier Marín quien, hábilmente, va tomando el extremo de una para unirlo a una punta de otra en una extensión rizomática cargada de tensión.

En la novela distinguimos cierta reflexión sobre la violencia y sus formas de venganza: la violencia de género requiere una venganza inmediata para eliminar la humillación y el dolor que han sentido las víctimas. La violencia del psicópata que pretende seguir una estrategia justiciera con la que pueda infligir cada vez más dolor. La venganza del sádico que pretende beneficiarse del tiempo y nuevos recursos con los que planificar nuevos ataques.

Hay otra venganza más elaborada, la violencia no ha llegado a su fin. Pero nos queda otra entrega en la que esperamos descubrir la causa de tanta crueldad.

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Segunda parte de la trilogía del inspector Marco Duarte. Si la primera parte prometía, ésta lo cumple todo.
En este segundo libro se ve claramente una evolución enorme del autor, no solo en cuanto a la narración, sino también respecto a los personajes. Si en la anterior novela, echaba de menos más profundidad en las historias de ellos y más explicaciones, aquí lo he encontrado todo.
Las relaciones entre los personajes están muy bien descritas y desarrolladas, es muy fácil empatizar con ellos, y eso siempre es un plus.
El personaje “malísimo” es otro de los puntos extras del autor, me gustan mucho las partes donde se narran sus pensamientos y acciones, va dando pistas pero sin dejar que se le descubra. Me ha tenido perdida durante toda la lectura.
En cuanto a la trama, creo que está muy bien desarrollada, me gusta mucho lo descriptivo que es el autor en los escenarios de los crímenes. He sufrido un montón en algunos momentos por saber lo que el autor tenía preparado para algunos personajes, esto es otra de las cosas que destaco, a Javier no le tiembla el pulso a la hora de deshacerse de ellos.
El final, me ha sorprendido, bien es cierto que hay cosillas un poco inesperadas que podrían explicarse un poco más, pero en general me ha dejado muy buen sabor de boca.
Ya he terminado el último libro de esta trilogía también, pronto traeré la reseña, solo digo que lo he disfrutado un montón. Éste es un claro ejemplo de que hay muchos autores autopublicados que valen muchísimo la pena y espero que Javier tenga mucha suerte y obtenga el reconocimiento que merece.

Este libro, aunque parecía difícil, es mejor que el anterior.

Empiezas la lectura atento a todo lo que pasa, porque vienes precavido por los acontecimientos del primer libro, y aún así, no acerté en nada.
Conjeturas, conjeturas y más conjeturas, y estaba muy perdida.

Los personajes, seguimos con el mismo grupo y con algunas caras nuevas.
Han evolucionado, y cambiado, léase el primer libro.

Seguimos con el mismo ritmo de acción y de narración que en el anterior.

La historia es distinta, queda cerrada, pero queda un fleco para el próximo libro, dónde se supone quedará todo cerrado.

Esperando impaciente a que se publique el tercero y poder descubrir todo.

Como hizo en "Tablero Mortal", Javier Marín nos vuelve a deleitar con una nueva aventura protagonizada por Marco Duarte y su equipo de investigadores de la policía que lleva por título "Descenso al abismo" y con motivo tal y como el lector podrá descubrir.

En "Descenso al abismo", Marco Duarte debe enfrentarse a un caso de los más difícil a los que ha tenido que hacer frente: debe averiguar quien es la persona que siembra el terror por todos los costados de la ciudad. En el desarrollo de la investigación, Duarte deberá batallar contra alguien de su pasado más reciente que en esta novela vuelve para seguir haciendo la vida imposible de Duarte. Este caso traerá consecuencias para todos los componentes del grupo, consecuencias no siempre agradables.

Javier Marín ha conseguido atraparme una vez más con una trama que me ha llevado hasta límites insospechados, aunque tengo que decir que la dureza con la que actuaba el criminal en su anterior novela, en "Tablero Mortal", ha disminuido en esta segunda novela. Digo esto porque, por vez primera destacaba el papel del criminal cuando nunca lo había hecho. En líneas generales, lo que hace Javier Marín lo han hecho muy pocos: afianzarse y consolidarse en la novela negra actual. Javier Marín todavía no ha dicho la última palabra. Todavía tiene mucho recorrido y si lo hace a este nivel de maestría le auguro un gran futuro literario.

En definitiva, "Descenso al abismo" no te dejará indiferente. No podrás parar y cuando pienses que ya está el caso cerrado, Javier Marín saca un conejo de la chistera como los grandes magos para desmontarte todo el tinglado que reina en la mente y te muestra que nunca hay que confiarse y que se hace muy necesario llegar al final de las cosas para no dejar nada por el camino.

Por donde empiezo a hablar de este libro, buf, me ha encantado!! Si el primero me gustó mucho, este me ha gustado mucho más.
Este libro tiene una investigación en común con el primer libro y de ese tema no voy a hablar porque sería spoiler.

En este libro vamos a ver cómo de nuevo Marcos y sus compañeros tienen que volver a enfrentarse a otro asesino en serie que no les va a dar tregua y los va a tener sin apenas descanso e investigando a contrarreloj.

Muy buena historia, me ha enganchado desde el principio, no podía dejar de leer y tiene varios giros muy buenos que me han dejado sin palabras.
Me encantan los personajes de este libro, tanto Marcos cómo su equipo son todos geniales, tengo que destacar a Miriam, me encanta su personaje y también me ha encantado Felipe que es nuevo en el grupo y es buenísimo.

Está muy bien escrito, trama que atrapa y engancha mucho, capítulos cortos que invitan a seguir leyendo, personajes que no te van a dejar indiferente ni los buenos ni los malos.
En resumen es un muy buen thriller que recomiendo muchísimo porque me ha encantado, ha sido uno de los grandes descubrimiento este año.

Solo puedo deciros que necesito el tercero ya porque el final es una bomba que me ha dejado loca y necesitando saber qué va a pasar ahora.
Recomiendo mucho tanto el primer libro como este, me han gustado mucho ambos.

CURIOSIDADES

- Esta novela se empezó a escribir cinco meses después de "Tablero mortal", primer libro de la saga Marco Duarte. Fue escrito en tiempo record: 3 meses más otro mes de correciones.

- En la novela hay un personaje sordomudo. El autor se pasó todo el libro pensando que era ciego y documentándose sobre ello (tuvo que corregir frases en las que hablaba...)

- Importante de nuevo la banda sonora en esta novela: @vetustamorla , @izalmusic y más artistas nos acompañan durante la lectura.

- La revisión del libro que más ilusión le hizo al autor fue la de su profesor de literatura de COU, al que envió su manuscrito tras conseguir su contacto.

- Los bares y los personajes relacionados con ellos que salen en el libro son reales, gente del pueblo de Javier que se merecían un hueco en el libro como homenaje.

OPINION

Nos adentramos de nuevo en un thriller lleno de juegos mentales, tensión y psicópatas retorcidos. Los personajes principales han ganado en profundidad y hemos descubierto traumas ocultos y nuevos personajes a tener en cuenta.

Tengo debilidad por esta saga. La evolución del autor es notable e inteligente. Nos sumerge en una trama original y adictiva. Con ritmo frenético, capitulos cortos y vueltas de tuerca, Javier ha vuelto a conseguir volvernos locos en la búsqueda del posible asesino.

Considerando que son las primeras novelas del autor para mí son un éxito rotundo. Bien escritas y trabajadas se nota la ilusión que Javier ha puesto en cada una de ellas.

Me he quedado con ganas de que vuelen los cuchillos en la tercera parte de esta saga. Así que Javi ya sabes... dale caña jajaja. Seguro que @lachicaqueoposita y yo descubriremos al asesino juntas

Si Tablero Mortal fue un despliegue de originalidad, Descenso al Abismo, la nueva historia del equipo del inspector Marco Duarte, va un paso más allá: descriptivo, ágil, imaginativo, intenso, ligero cuando es necesario… Una suma de elementos que llevan al lector al límite y lo meten dentro del caso como si fuese uno más de los personajes que lo están viviendo en primera persona.
Con un lenguaje cercano, directo y muy real, unido a una narración perfectamente ejecutada, nos vemos sumergidos en una vorágine de crímenes y suspense en la que nada es lo que parece. El autor muestra un control absoluto de los tiempos, jugando de este modo con la tensión y manteniéndola durante toda la novela. Cabe destacar la facilidad con la que es capaz de llevarte a lo más alto de una escena para luego dejarte con la miel en los labios, deseando conocer el desenlace y obligándote a seguir leyendo.
Se trata de una novela coral, en la que todos los personajes son importantes y es notable el desarrollo de cada uno, internándose en su psique, sus debilidades o sus conflictos personales, consiguiendo así mostrar su lado más humano. Aquí no hay superhéroes, sino gente normal haciendo su trabajo, cosa que se agradece y favorece a la credibilidad de la historia. Me ha encantado la manera en la que la trama principal se mezcla con la gran cantidad de subtramas que proporcionan todos estos personajes y que demuestran una imaginación espectacular por parte del autor a la hora de coser sus experiencias con los asesinatos, las pistas aparentemente inexistentes, las relaciones particulares y todas las sorpresas que me he ido encontrando mientras leía. Y es que este libro es una cadena de sorpresas que van de menos a más hasta llegar a un final que… Madre mía.
En resumen, Descenso al Abismo es un entramado de vidas, muertes y acción que no se parece a nada que haya leído antes. La potente trama de un asesino suelto que parece no dejar rastro, unida a una gran cantidad de detalles tan bien colocados y dosificados que, seguro, pasarás por alto hasta que el autor no quiera mostrártelos a las claras, son la clave de una novela más que recomendable a la que solo le veo un inconveniente: el tiempo que habrá que esperar para la próxima. Felicidades, Javier, y muchas gracias por el rato que me has hecho pasar. Espero volver a leerte pronto.

¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Que me lo traigan, que voy a decirle unas cuantas palabritas...
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Hoy os traigo la reseña de la continuación de Tablero Mortal, la 2ª entrega del inspector Marcos Duarte. Si el primer libro me gustó, este lo ha superado con creces. Se nota un libro más completo, con mayor definición de los personajes, una trama más compleja y un final de infarto. Creo que Javier ha aprendido de las posibles críticas constructivas que haya podido recibir de su primera novela (si se le podía achacar algo) y lo ha aplicado en esta historia.
Javier mantiene su estilo directo tan característico. Una serie de libros que pide a gritos una adaptación al cine.
En algunos momentos me ha recordado a la famosa trilogía de “el cuarto mono”, y dicha comparación no es baladí. Un antagonista inteligente y manipulador, una serie de asesinatos fetichistas, mutilaciones, la sala C,... solamente me ha faltado el famoso diario.
Esta vez he desistido de buscar un sospechoso, he andado perdido todo el libro, sin saber a quién acusar o de quién desconfiar. Y el final... vaya final! Totalmente inesperado, te deja con ganas de continuar con el siguiente.
Aprovecho para deciros que @javiermarin1977 ganó el jueves con ‘Tablero Mortal' el premio ICUE novela negra 2021 que otorga el Festival de Cartagena Negra al mejor debut del género. Casi ná!
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Yo ya no sé qué deciros para que os animéis con esta serie, que estoy convencido que no os defraudará y que no tiene nada que envidiar a otras novelas con más “nombre”.
Y agradecer a @lachicaqueoposita su interés en que los leyera. Fiarse de su criterio, esta chica va para editora.
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¿Os llama la atención? ¿Sois de atreveros a leer autores autopublicados por recomendaciones? Os leo!!

En esta segunda entrega Marco, y todo su equipo, se verán envueltos en una nueva serie de asesinatos. La sombra, de momento, parece que ha desaparecido y les está dando un pequeño respiro. Pero ¿es realmente así, o toda una ilusión?

En esta ocasión veremos relaciones que se afianzan y otras que se enfrían. La desconfianza, en algunos momentos, veremos que supera a nuestros protagonistas, mientras ellos siguen tras la caza y captura del asesino que no les deja dormir.

Giros inesperados, nos encontraremos en esta nueva entrega, donde el descanso, para nuestros protagonistas, veremos que está sobrevalorado. Seguiremos con el ritmo frenético que ya encontramos en su anterior libro, Tablero Mortal.

Nuevos personajes que aportarán más de lo que creemos a la historia, al igual que nuevos puntos de vista nos harán dudar de todo y de todos. Víctimas que pasaran inadvertidas y un verdugo que se sabe esconder muy bien, no pondrá las cosas fáciles.

Situaciones que se nos presentan desde un principio, veremos cómo, poco a poco, van tomando sentido, sin dejar muchos cabos sueltos. Pues algo que me encanta de Javi, es que te abre muchas opciones, para que puedas hacer conjeturas, pero que luego te va cerrando y explicando coherentemente.

En esta ocasión, como personaje, destacaré a Felipe. Alguien que te hará dudar en todo momento, pues es alguien bastante misterioso, del cual no te fiaras a la primera de cambio.

Y con un final de lo más sorprendente e inesperado, te dejará todo loco, sin saber muy bien que decir ni que pensar. Necesitarás un pequeño momento para digerir todo lo que ha ocurrido y con ganas de ponerte con el tercer libro.

Por supuesto, os vuelvo a recomendar, encarecidamente, estos libros, ya que no tienen desperdicio y sólo querrás avanzar en su lectura y saber que es lo que pasa al final. Además, no paséis por alto la banda sonora que nos deja el autor, para ir disfrutando con la lectura.