Yo no sé de otras cosas

Mientras fuma un cigarrillo, en el banco a la sombra frente al bosque, Lea se encuentra con un señor que acaba de perder a su perro y Lea le invita a esperarlo con ella, pues quien entra en el bosque nunca vuelve.

Y mientras esperan si el perro vuelve, Lea le contará porque ayer se acabó el mundo.


🔷 Nos encontramos con una historia sencilla sobre un pequeño pueblo de cuatro calles, donde Lea vive junto con sus padres y su hermana Nora y Lea no sabe de muchas cosas pero si sabe sobre cuidar a su hermana con problemas y sabe de campo y de la vida allí.

En primera persona iremos conociendo a algunos de los habitantes de este pequeño pueblo y conoceremos porqué Lea tiene un gran ardor en el estómago, ella quiere huir de allí, a Lea el pueblo se le queda pequeño y necesita vivir pero hay cosas que la retienen y que sabe que si se marcha, no habrá vuelta atrás, así que lo único que ella tiene claro es que no sabe de muchas cosas pero de lo que sí sabe, sirve en cualquier sitio.

Ha sido una lectura maravillosa, me ha encantado como la autora parece trasladarnos a ese banco y que seamos nosotros a quien Lea nos va narrando la historia. Un libro cortito pero que su trama nos deja varias reflexiones y que nos hace sentir con Lea todas las situaciones.

En definitiva, una muy buena lectura y que si os llama un poquito la atención, os animo a darle una oportunidad.

Yo no sé de otras cosas, de @elisalevi_ y publicado por @temasdehoy, es uno de esos libros que he leído gracias a bookstagram, porque reconozco que de inicio cuando lo conocí no me dijo demasiado, pero sus buenas reseñas en general me animaron a darle una oportunidad.

Si tuviera que describir esta novela con una palabra sería frescura; su trama, sin ser nada novedoso, me ha parecido muy interesante, pero sin duda me quedo con la maestría con la que lo plantea la autora y su manera de hacernos sentir cosas, así en general.

Desde sus primeras páginas ya sabía que iba a ser un libro que me iba a encantar y así ha sido, de principio a fin; una historia para disfrutar, sufrir, sentir, reír, llorar, amar a sus personajes y quedarte hipnotizado con la escritura de Elisa Levi. Tengo claro que esto último es lo más importante de la novela: en manos de otra persona, hubiera sido una historia del montón, pero ha sabido sacarle un jugo a una historia "simple" que me ha dejado impresionado.

Una protagonista espléndida que nos cuenta en modo monólogo su "triste" vida en un pequeño pueblo con unos peliculares amigos y familia que me han llegado al corazón.

De lo mejor que he leído estos últimos meses, para mí imprescindible. Si tenéis la ocasión, no lo dejéis pasar.

“¿A usted nunca le ha pasado que la vida se le enreda? Pues a mí la vida se me ha enredado, se me ha hecho un nudo que no sé cómo deshacer.”

Con una narración arrolladora, Elisa Levi nos presenta a Lea, una chica joven que vive en un pueblo de apenas cuatro calles. ¿Y qué hace Lea en este libro? Pues esta chica vierte su bilis en 170 páginas, coge carrerilla y una vez que empieza no te suelta hasta que acaba de desahogarse.

Yo no sé de otras cosas es un libro que muestra la soledad, la angustia, el encarcelamiento y asilamiento que puede suponer vivir en un pueblo que no ofrece oportunidades. El número de personas aproximadas a su edad se resume en tres, lo más interesante que le puede pasar es que una pareja decida mudarse allí, y de muchas cosas no sabrá, pero de campo y de vida en el pueblo, sabe más que nadie.

Lea se sincera y nos cuenta cómo su mundo se acaba, cómo le es imposible avanzar, cómo se siente estancada y anclada a un pueblo y una familia que la necesita. Lea se ahoga y le cuesta soltar el agua que se le acumula dentro. Solo a través de estas páginas lograremos entender su mundo y lo que necesita hacer para liberarse.

Yo no sé de otras cosas ha sido una lectura breve, pero bastante intensa. Yo no he logrado conectar del todo con sus personajes pero la atmósfera que crea su autora es asfixiante y logra transmitir el caos en el que su protagonista está inmersa a nivel personal. Dicho esto, es un libro que recomiendo bastante para aquellos interesados en leer sobre la vida de la gente joven en los pueblos extremadamente pequeños.

Hacía tiempo que me habían recomendado que tenía que leer a Elisa Levi , me la volvieron a recomendar cuando leí «Panza de Burro» pero nadie me decía el motivo, solamente que debía leerla, así que he ido a ciegas con esta autora y ACIERTO TOTAL ✨📖 «Yo no sé de otras cosas» es ese libro difícil de describir pero que a mí me ha llegado a las entrañas ( ¿Que desde que he sido madre estoy más sensible? Bueno eso lo saben ya todos ) pero no es eso, la forma de escribir este regalo de Elisa es tan de a pie que es el doble de cercano, supongo que todos los que hemos nacido en pueblo ( ya sea en península o en las islas) podemos identificar cosas como el deseo de estar en la capital o ir siempre a una zona más metropolitana, estar en un pueblo es conocerse entre ellos y que cuando llegue una persona que no es de allí mirar con desconfianza, la desconfianza de desconocimiento. Quisiera hablar más abiertamente sobre lo que pasa dentro de este maravilloso libro pero no me gusta hacer spoilers en mis reseñas y creo que si no has leído aún este libro lo mejor es conocerlo a ciegas como lo hice yo, experimentar el batiburrillo de sentimientos y ahogarte en la angustia con sus últimas páginas que me cogieron por sorpresa y nada preparada. Quiero añadir por último en como Lea comienza a relatar esta historia, sentada junto a un señor desconocido para ella, reconozco que leyendo esa escena me he acordado de Forrest Gum 🤣 cuando se sienta en el banco y le empieza a relatar a una total desconocida. Tengo varios pasajes marcados y creo que haré más adelante ni típico reel con frases que me han gustado ❤️📖✨
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Llevo días dándole vueltas a cómo hablar de esta historia que me ha transmitido tanto, y seguro que lo que cuente no le hace justicia.

Lea, su protagonista, me ha cautivado por completo. Tiene 19 años y lleva toda su vida en un pueblo muy pequeño, con la misma gente, entre cuatro calles, un ultramarinos, una iglesia y un bosque. El bosque. No puede dejar de mirar ese bosque mientras le cuenta a un desconocido, que acaba de encontrar sentado en un banco, cómo ha llegado el fin del mundo. Su fin del mundo. le habla de su vida, de la de las gentes del pueblo, de la de su padre, su madre y su hermana... Y de su ardor en la tripa, que viene y va, que no la deja, porque se ahoga, se apaga, se muere si no sale de ahí, pero a la vez siente que no puede irse.

Un monólogo que sale de ella como un torrente, casi sin parar, con una voz muy personal. Lea es arrolladora, no te deja respirar, y es como si te hablara. Más de una vez sentí que yo era ese señor al que le estaba explicando todo.
A veces de forma desordenada, casi a bocajarro, va dejando ver escenas, hechos, y poco a poco vas atando hilos, y comprendes a dónde quiere llegar Lea. Como si necesitara poner voz a todo lo que siente y lo que ha pasado para comprenderlo mejor. Se autonvence, se justifica ante ella misma, se libera.

No quiero contar más porque creo que es mejor entrar en la historia sin saber mucho. Aunque es dura creo que tiene muchísima fuerza y personalidad, y además está enfocada de una forma diferente y original que me ha gustado mucho. Seguro que Lea no os deja indiferente, tenéis que conocerla.

Lea sentada en un banco frente a un bosque le cuenta su vida a un hombre mientras esperan que regrese su perro. Y también le cuenta por qué se ha acabado el mundo.
Le cuenta sus 19 años en un pueblo demasiado pequeño en el que todos se conocen, con su madre que tiene un ultramarinos, con su padre que sólo sabe trabajar en el campo, con su hermana Nora que está enferma , con su amiga Catalina, la coja, que llora y quiere que la quieran, con Marco, el bruto, que le deja regalos a la puerta cuando se porta mal y con Javier, el guapo, que no sabe de amor.

Y ella no sabe de otras cosas pero si sabe que quiere amar, sabe que quiere vivir y sabe que quiere salir de ese pueblo de ese mundo axfisiante. de esa vida que le causa una pena y una angustia que le hace arder la tripa. Quiere ser ella, encontrar su lugar en el mundo y vivir.


Una historia dura, emotiva y escrita con gran sensibilidad en la que Lea nos transmite su angustia por la vida, por la búsqueda de la felicidad y de un futuro.

Yo no sé hacer reseñas pero si sé cuando estoy ante una historia o ante una forma de escribir que me zarandea, me sacude y me apasiona. Y esta novela lo ha logrado. Os diga lo que os diga no va a hacerle justicia. Este libro hay que leerlo porque tiene alma, tiene fuerza y tiene sinceridad. Y tiene a Lea que se quedará conmigo o yo con ella en ese banco y en ese pueblo.

Maravilloso.

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Con una narración en primera persona, casi monologuista, la autora nos cuenta la historia de Lea, una joven de diecinueve años que siempre ha vivido en un pueblo muy pequeño donde todo el mundo se conoce. Cuando empieza la novela está sentada junto a un desconocido que ha perdido a su perro, y mientras Lea se fuma un cigarrillo de marihuana le contará por qué se ha acabado el mundo.

Mediante esta magnética y curiosa escena nos adentraremos en el mundo personal de Lea, un personaje cargado de sueños y con muchas ganas de vivir que parecen no ser compatibles con las ataduras que le suponen el pequeño y apartado lugar en el que ha nacido. Seremos testigos de la angustia y la sensación de ahogo que la protagonista siente y de cómo se enfrenta a ello con la ayuda de sus familiares y amigos.

En menos de 200 páginas Elisa Levi reflexiona con una gran personalidad sobre temas universales como la búsqueda de la felicidad, el futuro incierto y las expectativas vitales que nos mueven para seguir creciendo como personas. Con unos elementos metafóricos geniales (ese bosque o el mismo cigarrillo de hierba que ayuda a Lea a romper cualquier límite) el resultado es una novela actual y emocionante con la cual es fácil sentirse identificado.

Un torrente de palabras liberador y lleno de esperanza. Un relato duro, crudo y emotivo con el que la autora demuestra tener una preciosa sensibilidad para contar historias y con el que nos recuerda que detrás de cada fin siempre hay un nuevo comienzo.

“ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ ᴇs ᴜɴ ᴅíᴀ ʏ ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴠᴀʀɪᴏs. (…) ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ sɪɢᴜᴇ, sᴇñᴏʀ, ʏ ᴇʟ ᴠᴀᴄíᴏ sᴇ ʟʟᴇɴᴀ. ʏ ᴄᴏᴍᴏ ʟᴇ ᴅɪᴊᴇ ᴀɴᴛᴇs, ʏᴏ ʟᴀs ᴘᴇɴᴀs ʟᴀs ɢᴜᴀʀᴅᴏ ᴅᴇɴᴛʀᴏ, ʏ ᴀsí ɴᴏ sᴇ ᴍᴇ ᴇsᴄᴀᴘᴀɴ”.

Con la excusa de evitar que un hombre se meta en el bosque buscando a su perro, a riesgo de no volver, “porque el bosque es peligroso, señor, y la gente que se adentra en él no vuelve”, Elisa Levi nos presenta a través de lo que es casi un monólogo a Lea pequeña.

Lea tiene 19 años y “ojos de campo”, y nos va desgranando su vida en un pueblo de cuatro calles, una iglesia y un ultramarinos, un mundo que se le hace pequeño. Lea quiere volar lejos, pero quiere y no puede, puede y no quiere, porque los lazos que la unen a su familia y a sus amigos de la infancia son indestructibles.

“¿ᴀ ᴜsᴛᴇᴅ ɴᴜɴᴄᴀ ʟᴇ ʜᴀ ᴘᴀsᴀᴅᴏ ǫᴜᴇ ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ sᴇ ʟᴇ ᴇɴʀᴇᴅᴀ? ᴘᴜᴇs ᴀ ᴍí ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ sᴇ ᴍᴇ ʜᴀ ᴇɴʀᴇᴅᴀᴅᴏ, sᴇ ᴍᴇ ʜᴀ ʜᴇᴄʜᴏ ᴜɴ ɴᴜᴅᴏ ǫᴜᴇ ɴᴏ sé ᴄóᴍᴏ ᴅᴇsʜᴀᴄᴇʀ.”

Es una historia de amor y desamor, de pérdidas, de apariciones, de saber y no saber. Lea sabe que no sabe de muchas cosas, pero sabe de otras, sabe mucho. Y nos lo cuenta.

“ᴍɪéɴᴛᴀᴍᴇ sᴇñᴏʀ, ᴅíɢᴀᴍᴇ ǫᴜᴇ ᴍɪ ᴘᴀᴅʀᴇ sɪɢᴜᴇ ᴠᴀɢᴀɴᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴀǫᴜí, ǫᴜᴇ ʟᴏs ᴍᴜᴇʀᴛᴏs sᴇ ǫᴜᴇᴅᴀɴ ʏ ᴇʟ ᴠᴀᴄíᴏ ǫᴜᴇ ᴅᴇᴊᴀɴ ɴᴏ ᴇs ᴍás ǫᴜᴇ ᴜɴᴀ ɴɪᴇʙʟᴀ ғɪɴɪᴛᴀ ǫᴜᴇ sᴇ ᴠᴀ ᴘʀᴏɴᴛᴏ”.

“ᴇʟ ᴏᴅɪᴏ ᴇɴ ʟᴏs ᴘᴜᴇʙʟᴏs ᴇs ᴍás ᴘᴇʟɪɢʀᴏsᴏ ǫᴜᴇ ʟᴏs ғᴜsɪʟᴇs, ǫᴜᴇ ᴇʟ ʙᴏsǫᴜᴇ ʏ ǫᴜᴇ ʟᴀ ᴇɴғᴇʀᴍᴇᴅᴀᴅ”.

La voz de Resu Belmonte es perfecta para esta narración. Me ha hecho sonreír con cada capítulo y sentirme casi como si estuviera allí, escuchando a Lea contar sus historias, cada cual más increíble, hasta llegar a un final inesperado que me ha dejado estremecida por una mezcla de dolor, amor y compasión. Y de esperanza.

¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido?

Yo no sé de otras cosas está narrada desde la perspectiva de Lea, una adolescente que vive en un diminuto pueblo indeterminado. Su vida se reduce a su trabajo en la tienda de ultramarinos de su madre, el cuidado de su hermana mayor Nora, que tiene "la cabeza hueca"; y su amistad con los otros tres únicos jóvenes de edad similar en el pueblo. La llegada de unos forasteros alterará la normalidad de la pequeña población y de sus habitantes, encerrados en sus costumbres y en su minúsculo rincón del mundo.

Lo que más me ha gustado de la novela es su originalidad, narrativa (está contada como una conversación—un monólogo, en realidad—entre Lea y un hombre desconocido) y temática, ya que introduce elementos costumbristas, dramáticos y casi de fantasía/terror.

Como contra, a nivel estilístico ha llegado a parecerme un poco cansina. Porque sí, que sí, que sí, que una fórmula puede repetirse hasta que ya está más que agotada, incluso en un libro que no llega a las 200 páginas, te lo digo yo, que de otras cosas no sabré, pero de esto sí. ¡Aunque aprecio que intente dotar de una voz propia a su personaje!

Con un final genuinamente sorprendente, Yo no sé de otras cosas llena de sentido las palabras, las acciones y las vidas aparentemente insignificantes de los habitantes de este pueblo olvidado. Una novela innovadora y madura, que te dará qué pensar.
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“¿A usted nunca le ha pasado que la vida se le enreda? Pues a mí la vida se me ha enredado, se me ha hecho un nudo que no sé cómo deshacer”…:

Narrada en primera persona y casi rozando el monólogo, Lea una chica de diecinueve años nos lleva a un pueblito de esos olvidados donde los habitantes son mínimos y la vida es muy monótona.
Donde según Lea solo sabe cuidar de su hermana discapacitada y no sabe de nada más.
Esta lectura está llena de valentía, fuerza y coraje en todos los sentidos.
Reflexionado y rumiando sus palabras me pregunto :
¿A qué renunciamos cuando cuidamos a un ser querido?
¿Hasta donde soportamos el sufrimiento de quiénes amamos?