Antes de que se enfríe el café

Quien diría que una pequeña y enigmática cafetería ubicada en un semisótano de un callejón de la ciudad de Tokio se convertiría en un punto de encuentro entre la realidad y la ficción, pues este pequeño local está revestido con el carácter de leyenda urbana, en el que es posible viajar en el tiempo, pero para que tal hecho sea posible es necesario seguir un par de reglas y no son cualquier regla. Lo cual complica todo, porque limita a quienes pueden hacerlo, las condiciones y el cómo, por lo cual muchos se echan para atrás o simplemente se arrepienten en el intento, mas hay quienes a pesar de todas estas muchas trabas, persisten en su deseo de tener una oportunidad de volver a una situación específica de la cual se arrepienten o anhelan cambiar lo sucedido, así pues en esta historia convergen variados sentimientos y emociones cargados de Esperanza, de muchos "Y si....." que funcionan maravillosamente a través de toda la trama.

Así que, da un sorbo a tu café y disfruta de estas lindas historias.

Corre un rumor en Tokio, ¡hay una cafetería donde puedes viajar al pasado! Pero como no todo es tan bonito como parece, hay que volver del “viaje” antes de que se enfríe el café o las consecuencias serán terribles. Con esa premisa, ¡cómo no iba a estar deseando hacerme con este libro!

Aunque con esa sinopsis podríamos pensar que vamos a encontrarnos con un argumento trepidante de viajes en el tiempo, en realidad es una historia más bien calmada, donde conocemos el día a día en dicha cafetería. de hecho, absolutamente toda la trama sucede dentro de la cafetería. Durante la lectura conocemos a sus dueños, trabajadores y también a los clientes habituales de este lugar tan especial. El libro está dividido en cuatro historias (sobre unos novios, unas hermanas, un matrimonio…) perfectamente hiladas entre sí y con la rutina de la cafetería. Es genial porque toca diferentes tipos de relaciones humanas, no solo de pareja, también familiares y de amistad. La verdad que las historias son muy especiales y emotivas y, personalmente, me quedo con la del matrimonio de ancianos.

Aunque este libro está ambientado en Japón y el autor es japonés, no encontramos una obra “típica” japonesa. Es facilísima de leer y no me sorprende porque es un best-seller en un montón de países. La idea del libro es genial porque a pesar de hablar de viajes en el tiempo (que parece que lo tenemos muy visto), lo hace de una nueva forma, donde lo importante son las historias de las personas. de hecho, si le pusiera una pega, sería que me hubiera gustado profundizara un poco más en los personajes. Con lo poco que los conocemos ya los quieres y genera la necesidad de querer saber más.

Quizá lo mejor de este libro es su originalidad, tengo la sensación de que no he leído nada parecido, ¡os lo recomiendo muchísimo! Es una lectura absolutamente cozy, para disfrutar tranquilamente mientras disfrutas de una bebida calentita. Y, ¡otra buena noticia! Me han soplado que hay una segunda parte con más relatos de esta cafetería.

Es una historia muy típica japonesa, de las que se adaptan bien a una serie de televisión. La idea es buena, aunque el escenario sea restringido (ahora que lo pienso, también haría una buena obra de teatro), ya que todo sucede en el interior de un café de Tokio.
La idea de los viajes en el tiempo siempre me llama la atención, y en este caso, con todas las reglas que conlleva, se hace entretenido. Sin embargo, para mí el punto flojo son los personajes: excesivamente estereotipados y bastante planos. Aún así, exceptuando la cuarta historia que me ha desesperado muchísimo, sus historias (aunque, una vez más, muy estereotipadas) son entretenidas.
Es un libro sencillo y lleno de (sé que me repito) estereotipos, pero para pasar el rato no está mal.

Cuenta una leyenda urbana, que existe una cafetería en la ciudad de Tokio en la que, si te sientas en un asiento en concreto, puedes viajar en el tiempo. Pero para viajar al pasado hay que seguir varias reglas. Una de ellas es que, hagas lo que hagas, el presente no cambiará, ¿que sentido tiene volver entonces?, y sin embargo, ese es para mí el mensaje de esta historia. El tiempo perdido nunca se recupera.
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El argumento de esta novela me llamó muchísimo la atención, y su bien es cierto que la historia me ha encantado, la forma en la que está narrado me ha costado (no sé si la traducción ha tenido algo que ver), además de que recae constantemente en repeticiones de datos y explicaciones, que ralentizan mucho la lectura y es una pena porque las cuatro historias que la componen son preciosas. Personajes e historias entrelazados capaces de conmover al lector y trasladarlo a una realidad, pasada o presente, que en ocasiones, como la vida, es demasiado dura.
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Si pudieras volver atrás ¿que harías? ¿A quien visitaría? Recuerda que debes volver, antes de que se enfríe el café.

Me ha gustado mucho el libro. La verdad no me había leído la sinopsis y no sabía bien dónde me adentraba. Pero me he dado cuenta que el título del libro tiene mucho que ver.
El libro está separado en 4 partes, en cada una de las cuales cuenta una historia. Los personajes son transversales, pero en cada una de las 4 partes se centra en uno o en varios de ellos. Me gusta mucho la literatura japonesa y este libro no me ha decepcionado.
Recomendable absolutamente.

Es una historia que me ha encantado, pero que me ha tocado la fibra sensible. No es un libro duro en sí, pero mi estado actual es un poco delicado y sufro bastante con todas las historias, y más si tienen un trasfondo un poco sensiblero. Trata temas complejos, como la muerte o el Alzheimer, pero me parece que de manera muy adecuada, pero me veo en la obligación de avisar por si estos temas os provocan un poco de ansiedad o no os gusta leer sobre ello. Otra cosa que me ha llamado la atención es que en la portada se dice: «Una mesa, un café y una decisión. Esto es todo lo que hace falta para ser feliz», pero no me ha parecido un libro especialmente feliz, es una cosa un poco extraño,
En este caso estamos ante cuatro relatos que tienen como escenario una cafetería medio escondida en Tokio, pero no son cuatro relatos aislados, sino que tienen una relación entre sí, un hilo conductor, lo que me gusta mucho, porque así me da muchas más ganas de seguir avanzando la historia.
En cuanto a la narración es muy sencilla, se lee de manera fácil, por lo que en ese aspecto es más que recomendable.
El primer relato, que se llama «Novio» trata de una ruptura. Es el relato que menos me ha gustado, pero porque la protagonista me pareció bastante insufrible. Luego aparece en alguno de los otros relatos y es verdad que mi opinión cambia un poco, pero lo interesante es que en este primer relato que conocen los misterios de la cafetería, cosa que después se hace un poco repetitivo, porque se dan las mismas normas en varias ocasiones.
El segundo relato es «Marido y mujer» y en él conocemos al señor Fusagi y me ha parecido una historia muy triste pero muy bonita a la vez. Esta historia sí que se va desarrollando en los demás relatos y creo que es mi favorito.
Con «Hermanas» seguimos con clientes habituales, pero es verdad que está un poco más alejado de la historia.
Y, por último, «Madre e hija», que es el relato más doloroso de todos. Con él os puedo decir que he llorado muchísimo, así que os podéis imaginar que no es muy fácil de leer.
En definitiva, este un libro que me ha parecido muy bonito, duro, sí, pero bonito. Siempre he dicho que los japoneses tienen una habilidad especial para contar ciertas cosas, y con cada libro que leo me reafirmo más en ello.

Enlace: https://inkties.wordpress.co..

Hay una cafetería llamada Funikuri Funikura que es especial por en ella puedes viajar en el tiempo.
Si decides viajar tienes que cumplir con varias normas, la más importante es que debes tomarte en café antes de que se enfrie o habra consecuencias...

Hay que saber que si vuelves al pasado, hagas lo que hagas tu presente seguirá igual.

En este libro verenos cuatro histrorias entrelazadas entre sí de personas que viajan en el tiempo, algunas nunca se lo plantearon pero aprovecharon la oportunidad.

Un libro de los que se quedan contigo siempre y que enseñan que da igual tu pasado y tu futuro, lo que cuenta es lo que haces ahora en tu presente.
No importa el viaje, es la experiencia del alma.

En japones creo que hay 5 libros, en Español 3 por ahora, creo que se pueden leer de forma independiente, ya os contaré.

Me ha gustado mucho el libro y su mensaje, hasta he pensado con quien me gustaría hablar a mi si viajara al pasado.

Este libro es una maravilla, una cafetería y unos cuantos personajes, no se necesita más, para crear esta joya. La pequeña cafetería Funikuri Funikura se encuentra en Tokio, pero en un callejón, no en el centro y es especial porque, si cumples unas cuantas reglas, puedes viajar al pasado, eso si, una de las condiciones es que te bebas el café antes de que se enfríe, de ahí el título.
La novela está dividida en cuatro partes y, en cada una de ellas, hay una pareja protagonista. Es un libro muy entrañable, te hace ver lo efímera que es la vida y ayuda a los personajes a pararse un momento y a reflexionar. Me ha encantado.

Tenía ganas de leerme este libro porque me daba la sensación de que iba a ser tierno y lleno de enseñanzas que podría aplicar en la vida diaria.
Ha sido un poco agridulce.
Veréis, según cuenta la leyenda, existe una cafetería en Tokio que tiene un secreto particular, y es que si te sientas en una silla concreta mientras te tomas un café, puedes volver al pasado. Siguiendo una serie de reglas, cada una más engorrosa que la anterior; puedes reunirte con otra persona que haya estado mínimo una vez en esa cafetería. Acompañado de otras normas como no poder levantarse de la silla porque te devolvería al presente de golpe, no obligar por la fuerza a la fantasma que siempre está sentada ahí (es decir, que tienes que esperar a que se levante para ir al baño, gracioso fue el dato que me dieron que los fantasmas sí mean jaja) y tristemente (en la mayoría de los casos) hagas lo que hagas, digas lo que digas en el viaje al pasado, el presente no cambiará una vez te termines el café antes de que se enfríe.
Parece todo puesto en contra y hace que mucha gente se replanté su necesidad brusca de viajar al pasado, ya sea por arreglar una disputa, cumplir con una promesa, reunirse con alguien... A simple vista no compensa mucho viajar al pasado, y para colmo solo puede hacerse ese viaje una vez, lo cual hace que se te quiten incluso más las ganas.
Porque si el presente no cambia, qué sentido tiene viajar al pasado.
He de decir que un viaje al pasado no entraría dentro de mis fantasías o ilusiones por la pega de no alterar el presente. Pero aunque este no cambie, las personas que viajan sí, y eso es lo que me ha gustado del libro.
Ha sido una lectura tierna, llena de sabores agridulces pero de lo que creo que ha pecado el autor Kawaguchi es de repetir las reglas de la cafetería demasiadas veces. Entiendo que Kazu (la que se encarga de servir el café a esos clientes que quieren viajar) les explique en detalle cómo funcionan las reglas, pero el narrador omnisciente no tiene la necesidad de recordarlas cada cuatro páginas.
Se me hizo un poco repetitivo y me daba la sensación de que el libro se quedaría en menos páginas sin tanto relleno.
A pesar de ello y contra todo pronóstico (aunque a mitad del libro ya me iba oliendo quién era la niña con cola de caballo y pinza roja) el último capítulo de los cuatro que hay me ha dejado con el corazón muy vulnerable y se me han humedecido los ojos, no al punto de llorar; pero ha sido un capítulo maravilloso y que da un sentido totalmente diferente a la famosa silla de la cafetería.
Novios
Marido y mujer (ha sido demoledor por lo real que lo hizo parecer, mis felicitaciones al autor)
Hermanas
Madre e hija (el mejor capítulo para acabar la obra, sencillamente maravilloso)
Una silla
Un café
Un viaje que cambia el presente pero no lo cambia a la vez, paradójico pero quien haya leído el libro pensará igual.
Recomiendo este libro cuando quieras tomar un descanso, acurrucarte en tu cama (o donde sea que esté uno cómodo/a/e), tomarte un té o café y disfrutar de esta suave novela cozy que solo tiene una gotita (nunca mejor dicho) de fantasía pero los problemas cotidianos. Además hace poco me enteré que este es el primero de cuatro (que yo haya visto). Yo creía que los que tenía son autoconclusivos, pero resulta que son una continuación. Es un dato importante que hay que tener muy en cuenta. Espero que el segundo libro no tenga la misma cantidad de relleno que el primero y gane más desarrollo de narrativa. Pero, mientras tanto...
Dime, ¿quieres un café? Pues tómatelo, antes de que se enfríe.

Es un libro muy bonito, te dura un suspiro. Delicado, bien escrito, te deja los sentimientos a flor de piel. Cuatro historias conmovedoras de cuatro clientes de un café y sus conocidos. No es el libro de mi vida pero me ha parecido precioso. Totalmente recomendable si quieres olvidarte de las prisas del dia a día, disfrutar de una lectura pausada y aprender cómo se vive la vida de otra forma, con máximo respeto y fijándose en los pequeños detalles.