A pesar de que es la primera novela que Julia de la Fuente publica de forma tradicional con una editorial de apoyo y de que para mí es la segunda historia suya que leo, lo cierto es que esta joven autora lleva ya unos cuantos libros escritos y a mí me parece admirable que su forma de escribir dé la sensación de que tiene una experiencia de décadas a sus espaldas. Estoy deseando leer una tercera novela de Julia de la Fuente para poder incluirla con todas las garantías en mi lista de autoras favoritas pero la intuición me dice que si la añado desde ya, tampoco me equivocaría. Aunque no voy a adelantar conclusiones y vuelvo al principio para comenzar con mi opinión personal de esta novela en concreto. La heredera a la que hace referencia el título es la princesa Dana de Bennet, una chica de 17 años que se aleja por completo de la idea de princesa que tenemos siempre en mente. Desde muy niña ha sido la única hija para sus padres, que siempre la habían alentado a ser fuerte y a seguir su propio camino. Además, ha contado con la instrucción de su propio mentor, sir Caelum, que se convierte en su segundo padre a la muerte del rey Bernard, cuya sombra de bondad y magnanimidad es todavía más alargada que en vida tras ser asesinado por su eterno enemigo, el rey Econd de Deimos. Así que Dana crece entre lecciones de espadas y de luchas cuerpo a cuerpo que de poco le sirven cuando termina siendo secuestrada por uno de los hijos del hombre que ejecutó a su padre. Aquí comienza una trama adictiva cuando Dana llega a la corte de Deimos y pasa a ser la prometida del príncipe Calen, un chico súper guapo (esto nos queda claro a lo largo de todo el libro) pero con la única personalidad que le permite desarrolar su afán por contentar a su odioso padre. Alrededor de Dana tenemos a unos cuantos personajes relevantes para la historia pero también para convertirse en fijos dentro de mis tops personales de personajes favoritos. Los príncipes Calen y Erik tienen una construcción tanto individual como en conjunto de la relación entre los dos que aunque uno me guste más que el otro por motivos obvios, no he podido dejar de comprender a ambos con sus dos historias personales apoyando sus reacciones y la forma de ser de cada uno. Incluso la profundidad que tienen los villanos me ha parecido tan bien definida que me parece digna de admiración teniendo en cuenta que la novela tampoco es tan extensa y en principio parecería muy difícil dedicarse a elaborar tan detalladamente las personalidades de los secundarios. de esta forma he podido llegar a ver las motivaciones tanto primarias (amor, odio, envidia…) como secundarias (lealtad, venganza, admiración…) en casi todos los personajes, con más o menos protagonismo. En realidad son muchos los puntos fuertes que he podido encontrarme en esta novela de aventuras, princesas, príncipes, reinos enfrentados, batallas y guerras, traiciones inesperadas y extrañas alianzas. Cuanto más avanzaba en la lectura, más claro tenía que es un libro con aires de clásico al estilo de la princesa prometida, que siempre me ha parecido tan aburrido que la primera sorprendida con la comparación soy yo. Pero el mérito es enteramente de Julia de la Fuente ha sabido darme lo que llevaba años pidiendo: una princesa (com)prometida con su propia voluntad. La consecuencia de todo esto es que la historia de amor central es sana a más no poder, bonita y entrañable para suspirar en casi todos sus momentos clave, e inspiradora para saber qué tipo de relaciones deberían de mostrarse como modelo al público juvenil. de hecho, son muchísimos los mensajes feministas que se respiran en todas las páginas, con mucha sororidad entre todos los personajes femeninos pero también apoyándose en muchos de los personajes masculinos como iguales, por lo que las lecciones sociales que la autora intenta transmitir son evidentes desde el primer momento. Muchas son de sentido común y más en nuestra realidad, pero el mérito surge cuando nos damos cuenta de que estamos leyendo un cuento medieval muy tradicional (reinos enemigos, princesas raptadas, príncipes rivales, reyes buenos y reyes malos, alianzas por matrimonios concertados, aventuras a caballo y duelos de espadas, caballeros y justas y un largo etcétera que seguro que tod@s tenemos en mente) con aspiraciones a convertirse en una historia moderna, alejada de esos clásicos de damiselas en apuros cuya máxima aspiración es casarse con el príncipe. Si no habéis tenido ocasión de leer a Julia de la Fuente con anterioridad, lo primero que llama la atención de esta novela es la madurez en su prosa. Salta a la vista tras leer unos pocos párrafos que la autora escribe con una destreza muy difícil de conseguir si no es reflexionando sobre cada frase antes de escribirla. Me parece de un esfuerzo superior a la hora de plasmar crear una narración tan elaborada sin que resulte tediosa o, peor, antinatural o poco espontánea. El relato de las aventuras de Dana cobra una fuerza distinta a otras novelas juveniles por la potencia de esta narración tan cuidada que nos transporta por lenguaje y modo a otro tiempo, y que ya empiezo a ver como un patrón personal del estilo narrativo de Julia de la Fuente que me tiene a sus pies desde que la leí por primera vez. Si tuviera que señalar algún aspecto más “flojo” o a mejorar en cuestión de matices creativos para justificar que no se haya llevado las 5 estrellas (aunque siendo sincera, la historia se las merece, las como son) diría dos pequeños detalles que nada influyen en la calidad de Heredera de plata. La primera sería la "perfección" de Dana, de la que no he sido consciente hasta terminar el libro o más bien hacia el final, porque no es que todo le salga bien (de hecho, casi todo han sido obstáculos para nuestro entretenimiento) pero sí que su persona, como símbolo, termina siendo como una especie de mesías llena de virtudes, sabia, altruista, sacrificada y amada por todos solo por ser hija de quien es, la heredera prometida, la que traerá la paz y se sentará en el trono… ¿os suena? (seguro que sí, pero mejor no hablemos de otros tronos). En otras palabras, lo que a mí me ha encantado de ella como personaje también se puede volver a la vez en su contra en cuestión de gustos. El segundo detalle tiene muchísima menos importancia y solo lo comento como anécdota más bien, pero es que es algo que llama la atención y se podría haber ajustado con un simple cambio en los tiempos con el trascurrir de los años: hay un par de personajes de unos 6 años (de seguro que no llegan a 7 primaveras) que hablan como si tuvieran 12, mencionando el orgullo, el honor, conminando a hacer lo correcto (cuando los niños de esa edad casi no saben ni pronunciar la palabra “correcto” correctamente) y hablando en general con una sabiduría que se sale de ojo. Pero como digo, es anecdótico y, en cierto modo, resulta gracioso verlos hablar así. Por otra parte, siempre digo que cuando viajo a un mundo de fantasía, sea el más complicado o el más sencillo que se os ocurra, me gusta estar situada con un bonito mapa para terminar de transportarme allí con la vista además de con mi imaginación y aquí hubiera terminado de perfeccionar la novela una bonita ilustración cartográfica de toda Adrastea. Por lo demás, la edición cuenta con separadores de espadas y unos comienzos de capítulo muy sencillos, que por otro lado son súper cortitos y es muy difícil cortar al final de un capítulo sin querer leer el siguiente, dado que son como mucho de 6-8 páginas en general. Con una novela estructurada así, la velocidad de lectura se dispara porque además el ritmo de la trama facilita que nos embalemos. A mí se me ha hecho muy difícil poder parar de leer en ciertos momentos y me ha dado igual pasar hambre y sueño si con ello podía leer un capítulo más porque hacía mucho que necesitaba una historia de aventuras al estilo tradicional pero con este espíritu tan actual. En resumen, un cuento moderno con personajes que se mueven en el contexto habitual de reinos, reyes, princesas y príncipes pero actualizando esos roles y utilizando viejas fórmulas de aventuras, alianzas o batallas que funcionan muy bien como entretenimento pero dándoles un nuevo enfoque feminista muy contemporáneo. Independientemente de las tramas en concreto que se le ocurran a Julia de la Fuente, tengo claro que quiero leer todo lo que escriba sí o sí porque disfruto con todas y cada una de las palabras que deja plasmadas. Si además surge la magia del flechazo y la historia que deja salir de su imaginación me deja pegada al libro, me presenta a unos personajes inolvidables y me hace desear saber más sobre ellos más allá de la última página, el resultado es una recomendación al completo de novela y autora en perfecto equilibrio. Enlace: http://enmitiempolibro.blogs.. + Leer más |