Cuando te dan las gracias, te das cuenta de que echas de menos ser una persona en la que se pueda confiar. Recuerdas el orgullo que uno siente al ser útil.
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Cuando te dan las gracias, te das cuenta de que echas de menos ser una persona en la que se pueda confiar. Recuerdas el orgullo que uno siente al ser útil.
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Uno nunca aprecia las cosas que duran para siempre.
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Desenamorarse de alguien que aún te gusta es como estar en una cama, calentita, y oír el despertador. No importa lo bien que te sientas en ese momento, sabes que ha llegado la hora de despertarse. |
El amor verdadero a veces no dura para siempre. No tiene por qué ser de por vida.
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Soy quien soy porque una vez te quise.
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Hablamos de nuestra historia de amor como dos personas que discuten sobre una película que acaban de ver, es decir, hablamos de ella sabiendo cómo termina. Ahora, todos nuestros recuerdos se vuelven un poco diferentes, impregnados de un toque agridulce.
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Por supuesto que he cambiado. Y es evidente que tú también. No había forma de que fuéramos las mismas personas después de perdernos; significábamos demasiado el uno para el otro.
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No puedes capturar el amor en una botella. No puedes agarrarlo con ambas manos y obligarlo a que se quede contigo.
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—Si quieres saber mi opinión, tienes la extraordinaria habilidad de amar con todo el corazón, incluso después de que se te rompiera. Eso es algo bueno. No tienes que sentirte culpable por ello.
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(…) la vida nos llevó en distintas direcciones y nos convirtió en personas diferentes. Nos alejamos, porque estábamos separados. Y puede que eso signifique que, aunque por fin podamos volver a estar juntos… No deberíamos estarlo. |
¿Cuántos años tiene Evelyn cuando se casa por primera vez?