El hombre en busca de sentido

Para leer este libro he tenido que dejar a un lado mi perspectiva psicológica, pues es contraria a la del autor.

De esta forma, he podido disfrutar mucho cada página, por lo bien narrada que está la historia y por la manera en que profundiza en los temas importantes y sólo roza aquellos en los que no le interesa ahondar debido a que, aunque son primordiales para su modo principal de razonar lo que nos cuenta, no son necesarios para narrar aquello de lo que realmente intenta hablar.

Al final del libro describe un poco la logoterapia, en la cual se basa para poder darle un sentido a su perspectiva con respecto al tema principal, lo que me parece bastante clarificador.

Con respecto al contenido del libro, mentiría si dijese que no te hace reflexionar en cada palabra que lees, lo cual me ha maravillado.

No lo podría situar entre mis libros favoritos de Psicología precisamente por la perspectiva que adopta, con la cual no estoy de acuerdo, pero sin duda lo considero un gran libro, incluso dentro de la disciplina.

Muchos años después, realizo una relectura más de este libro, con la madurez que ahora atesoro. Poco queda decir de un libro tan comentado y tan famoso, más que debería ser lectura obligatoria en institutos y lectura recomendada por revistas y redes sociales.

La vivencia de un psiquiatra en un campo de concentración nazi. La teoría psicoterapéutica de un hombre que sufrió en su propia piel la barbarie y mezquindad más profunda del ser humano. La lección de vida que supone darse cuenta de que te pueden despojar de todo lo material y espiritual, incluidas la dignidad y la identidad como ser humano, pero siempre podrás ser libre en el único territorio en el que nadie te podrá imponer ni mandar jamás: tu propia mente.

Después de leerlo, te sientes estúpido ante la magnitud de los problemas que absorben a uno y que damos una importancia excesiva.

Una obra autobiográfica del psiquiatra y filósofo austriaco Viktor Frankl, que estuvo internado en varios campos de concentración y desarrolló la logoterapia.
Me ha sorprendido gratamente este libro por el enfoque que aporta al tema de los campos de concentración, desde una perspectiva psicológica, desgranando los estados por los que pasa un prisionero durante su encierro. Es una lectura sencilla que nos deja grandes lecciones de vida.

«El Hombre en busca de sentido», la obra de Viktor Frankl publicada por primera vez en 1946, se presenta como una inquebrantable exploración de la psicología humana a través de los oscuros lentes de los campos de concentración de la Segunda Guerra Mundial. Con una extensión de 181 páginas, esta obra se erige como un testimonio literario que amalgama hábilmente elementos de psicología y autobiografía.

Frankl, con destreza narrativa, desentraña las profundidades del comportamiento humano en condiciones extremas, ofreciendo al lector un relato vívido y analítico. Aunque no es ajeno a la brutalidad inherente a los campos de concentración, el autor se mantiene firme en su enfoque objetivo, brindando al lector una perspectiva que va más allá de lo meramente descriptivo. La obra se erige como un fascinante estudio psicológico de la resistencia y la búsqueda de significado incluso en los entornos más deshumanizantes.

La segunda parte de la obra, marcada por su congruencia con el título, traslada la narrativa hacia reflexiones más profundas sobre la existencia y la búsqueda de propósito. Aunque esta transición podría resultar abrupta para algunos lectores, la agilidad narrativa y la inclusión de momentos didácticos compensan eficazmente cualquier posible desconcierto.

Este libro, si bien confronta al lector con la crudeza del Holocausto, se revela como una experiencia enriquecedora y conmovedora. Recomendado para aquellos que buscan una obra que trascienda las narrativas históricas convencionales, «El Hombre en Busca de Sentido» se erige como un testimonio imperecedero que invita a la reflexión sobre la condición humana y sus inquebrantables capacidades para encontrar sentido incluso en los momentos más oscuros.

El hombre en busca del sentido es sin duda un imprescindible. Lo descubrí en la universidad y desde entonces me ha ido acompañando en los momentos más importantes. La poderosa lección de vida que hay detrás de él hace que no te deje indiferente.
Creo que todos deberíamos leerlo, al menos, una vez en la vida.

"Paso a paso nos fuimos acostumbrando a un horror inmenso y terrible."

Viktor E. Frankl presenta una obra distinta como superviviente del Holocausto, mezclando el horror "físico" de los campos de concentración con la psicología y mentalidad en la que repercute dicha experiencia. "Nos pueden quitar todo (ropa, nombre, familia, profesión, hasta la esperanza) pero no nos pueden quitar la libertad interior pare elegir". El libro se compone de dos partes: un psicólogo entre la barbarie más siniestra del Siglo XX y la exposición de la Logoterapia.

A pesar de la montaña de conmovedores testimonios, inspiraciones reales y documentos existentes de la vida en un campo de concentración nazi, este libro no es ningún sucedáneo que pase se puntillas. Es una obra intimista, melancólica y el descubrimiento de la existencia desnuda como método psicológico. Este, quizá, sea el punto fuerte o distinto del género, la dicha Logoterapia para explicar detalladamente los instrumentos de supervivencia a los que nos aferramos en situaciones desesperadas.

El hombre en busca de sentido es una de esas obras que deben leerse al menos una vez en la vida. Una parte íntima y detallada de lo que es la vida entre el horror más absoluta y otra la relación psicológica de cómo afrontar el conflicto para encarar la vida de otra forma y no el preguntarse cómo se llegó a eso. Una obra dura e indiscutible, invita a la reflexión, a pararse más de una vez y recapacitar sobre lo que leemos.

El libro consta de dos partes: por un lado, el relato que hace el autor de su paso por diferentes campos de concentración durante la II GM y en segundo lugar, una breve explicación de la nueva terapia que surgió de esta experiencia y que el Sr. Frankl, en su condición de psiquiatra, aplicó a sus pacientes tras retomar su carrera profesional y que denominó logoterapia.
La primera parte es estremecedora. No se trata de una crónica cronológica. Viktor Frankl ofrece, desde un punto de vista de la psicología de los reclusos, un relato de las condiciones de vida en aquellos campos y de como los prisioneros lidiaban mentalmente para poder soportarlas (o no).
La segunda parte es un poco más técnica. A mí, que soy lego en este campo, algún fragmento se me ha hecho un poco complicado de entender. Pero admito que es una parte interesantísima, es más, imprescindible para dotar de sentido a la totalidad del libro.
Mi opinión es que, a pesar de su brevedad, este libro necesita de una lectura reposada y totalmente consciente. Las enseñanzas que ofrece son vitales y capaces de iluminar algunas de nuestras sombras. al final, no se trata de lo uno le pide a la vida. Lo importante es vislumbrar lo que la vida nos ofrece a nosotros.

Viktor, un psiquiatra y sobreviviente de los campos de concentración plasma en 200 páginas su análisis, de la manera más objetiva posible, sobre la psicología de los reos de los campos y en general de cómo puede comportarse alguien en momentos de extremo sufrimiento.
Dentro de la obra también nos comparte sobre cómo considera él, desde la logoterapia, una terapia de su autoría, ayudar a las personas a encontrarle sentido a su vida más allá de los contextos en los que se encuentre.

Personalmente fue revelador ver que en esta obra encontré muchas similitudes con otras grandes obras de sobrevivientes o personas en situaciones extremas.
Una lectura super recomendable si estás buscando algo al pie, claro y esclarecedor.

Tenía este libro súper pendiente. Lo había visto recomendado a varias cuentas de crecimiento personal que sigo y, lo más curioso de todo, es que ¡me topé con él en la pequeña biblioteca de un amigo que ni siquiera sabía que lo tenía!

Este libro es la narración autobiográfica del psiquiatra austríaco Viktor Frankl durante su internamiento en Auschwitz y otros campos de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Un libro donde se describen todo tipo de atrocidades narradas en primera persona y donde el autor se enfrentó al mayor de los sufrimientos y cuáles fueron sus estrategias para sobrevivir ante tal horror.

Fue a partir de esta experiencia traumática donde el psiquiatra desarrolló la Logoterapia, su método de trabajo (que defiende que todo ser humano tiene una misión, un sentido para estar en este mundo hoy), que venía a contrarrestar al psicoanálisis (basado en "excavar" en el pasado). Aunque la terapia es más compleja, trata de dar unas pinceladas para que el lector empatice con su forma de pensamiento y de ver el mundo.

Un libro con grandes frases a destacar (voy a compartir sólo un par de ellas) y que no te dejará indiferente si te gusta indagar en el pensamiento y la conducta humana.

"En realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino que la vida espere algo de nosotros".

"Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a las cuestiones que la existencia nos plantea, cumplir con las obligaciones que la vida nos asigna a cada uno en cada instante en particular".

Hay libros que son para leer y releer despacio, que deben ocupar un lugar en la mesita de noche para poder volver a ellos cuando las fuerzas desfallecen.  Y, si duda, este es para mí uno de ellos. 

¿Qué es lo que da sentido al hombre? ¿Cuál es el sentido real de la existencia? Todos nos preguntamos o nos hemos preguntado eso alguna vez. 

Víctor Frankl expone en este libro, y de la manera más objetiva posible, la profunda transformación que sufrieron los prisioneros de los campos de concentración nazis con la intención demostrar que incluso en las peores condiciones vitales es posible encontrar un sentido a la vida y seguir conservando nuestra dignidad humana.

La clave de la supervivencia, según Frankl, consistía en asumir el sufrimiento del campo como un reto a superar y encontrarle un sentido: «Cuando un hombre descubre que su destino es sufrir, ha de aceptar ese sufrimiento, porque ese sufrimiento se convierte en su única y peculiar tarea. Es más, ese sufrimiento le otorga el carácter de persona única e irrepetible en el universo. Nadie puede redimirle de su sufrimiento, ni sufrir en su lugar». Para Frankl, lo que de verdad distingue al hombre de otros seres no es la voluntad de placer, como pensaba Freud, o la voluntad de poder, como pretendían Adler o Nietzsche, sino la voluntad de sentido, es decir, la lucha por encontrarle un sentido a la vida, que es la primera fuerza motivadora del ser humano. «Nada en el mundo ayuda a sobrevivir, aun en las peores condiciones, como la conciencia de que la vida tiene un sentido»