La pequeña Dorrit

Seguimos a Arthur Clennam a lo largo de numerosas vicisitudes durante dos años, más de mil páginas, un puñado de países y un sinfín de personajes, polarizados entre la Cáritas y un dios vengador y cruel, entre la sátira acerba y la más tenue dulzura, sobre la que brilla nuestra inolvidable Amy, la pequeña, la heroína hija de la cárcel.
Vicisitudes y proezas que tienen su punto de inflexión en esas rosas llevadas por las aguas río abajo en las que nuestro atormentado protagonista cree despedirse de su juventud ("no es culpa de nadie") aun cuando retome las fuerzas para luchar contra el Negociado de Circunloquios, contra toda esa estupidez, contra todo ese mundo de superficies y de apariencias, de ostentaciones sin sustancia.

Esa batalla entre antítesis, tan cara a Dickens y tan productiva, se muestra aquí entre las nuevas clases que aún configuran nuestro presente; ya no hay casi rastros de la antigua "nobleza" de sangre, si no que las almas cándidas se ven exprimidas y agobiadas por la especulación bancaria vacía, por la burocracia empeñada en entorpecer los nuevos rumbos de la sociedad y sus inventos. Los personajes y las situaciones quedan entreverados así entre los más ridículos y nefastos y los más puros y pese a todo felices a su modo, como el cantarín Mr. Mandy o el joven carcelero John Chivery, que muere de amor y redacta epitafio tras epitafio, o esa Flora de gran corazón y desatada elocuencia.

Esta Pequeña Dorrit (el único Dickens con nombre de mujer) fue en su tiempo la última novela del autor que leí en mi lejana primera adolescencia; no la había apreciado y, un tanto fatigado por tantos Dickens casi seguidos, pasé muchísimos años (releyendo ocasionalmente Los papeles póstumos del Club Pickwick y Canción de Navidad) alejado de este titán de la expresión humana, admirándolo en el recuerdo pero temeroso de retornar a sus libros. Mucho me alegro de haber vuelto.

La pequeña Dorrit, 1855 - 57
@albaeditorial 2017
Traducción de Carmen Francí e Ismael Attrache

Siempre es un placer leer a Dickens.
Si lo lees en LC con Vi @teconlibros, entonces se convierte también en una maravillosa experiencia por el mimo y atención con que Vi nos regala datos, curiosidades y detalles que enriquecen la lectura.
Y por los intensos debates y teorías compartidas entre todos los lectores.

Me costó un poco entrar en la historia.
Seguí leyendo y entonces ya quedé atrapada, una vez más en la magia del gran maestro inglés.
No puede extrañarnos las críticas furibundas que recibió el libro tras su publicación en 1855-57.
Dickens no deja títere con cabeza y fustiga sin compasión y con mucho humor, retratando y no de la mejor manera, todos los estamentos de la sociedad británica.
Nos regala una retahíla memorable de personajes odiosos, repugnantes, patéticos, entrañables, luminosos, divertidos e insufribles.
La incansable Flora y sus monólogos me han hecho reír mucho y la familia de nuestra protagonista Amy Dorrit, me ha puesto de los nervios, excepto el cariñoso tío Frederick.

Casi sin querer se ha convertido en uno de mis libros favoritos del autor.

#viajandoporlainglaterravictoriana @undine.von.reinecke

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Arthur acaba de regresar de China, uno de sus numerosos viajes. al llegar a casa de su anciana madre, la cual lleva recluida en casa mucho tiempo, se da cuenta de que una jovencita a la que llaman pequeña Dorrit trabaja para ella como costurera. La joven llama la atención de Arthur y éste indaga en su vida, descubriendo que la joven nació, creció y sigue viviendo en la cárcel, donde está encerrado su padre. Pronto, su amistad crece y decide apoyar a la joven y a su familia, descubriendo así secretos e intrigas con las que podrá ayudar a salir adelante a dicha familia.
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Mi impresión general sobre este clásico ha sido bastante buena. Quizá se me ha hecho un poco corto y me hubiera gustado que aparecieran más intrigas en la historia. También me gustaría que se hubiera profundizado más en la relación entre la protagonista y Arthur. Me ha parecido que la historia termina de manera brusca, dejando un final demasiado abierto.
Por todo lo demás, me ha gustado la variedad de personajes que aparecen, haciendo que la historia sea bastante ágil y entretenida. Uno de los principales valores de la novela y que me ha gustado, ha sido el ayudar a los demás, puesto que todos los personajes de la historia se apoyan para salir adelante y sobre todo para ayudar a la familia Dorrit.
Sin duda, una lectura que tenía superpendiente y la cual no me ha defraudado.

La forma que tiene Dickens de contarte una historia con unos personajes principales, que quizás no son muy destacables, pero con todo un coro de personajes alrededor que son inolvidables... Creo que son pocos los autores que puedan hacer esto.Este libro es una crítica mordaz y muy fina de una sociedad, la victoriana; de un gobierno, con unos funcionarios que enredan para conseguir no sacar nada adelante; de un sistema penitenciario que mantenía en la cárcel aquellos que no podían pagar sus deudas... Ha sido una lectura conjunta con el #Grupobase en la que nos hemos divertido un montón con teorías un poco locas y en la que hemos disfrutado de un buen libro.Inolvidable para mí el primer capítulo de la segunda parte, "eso" solo lo puede hacer Dickens

Como me gusta leer a Dickens . La pequeña Dorrit, es uno de sus grandes libros, evidentemente por extensión(no haré la foto del lomo como me pediste una vez mi querida porque entonces no te lo lees) y desde luego por calidad. Sin embargo sigue sin desbancar a David Copperfield y Grandes Esperanzas en mis afectos; ni en argumento, ni en construcción literaria, ni en el nivel de los personajes. La historia de Amy Dorrit nacida y criada en el penal para deudores de Marshalsea es un punto de partida fantástico y a su alrededor Dickens crea tramas y subtramas de personajes angelicales, oscuros, débiles, heroicos y siempre acercando la vista a los lados terribles y contrastes de la sociedad londinense de la época. Hay grandes temas traídos en es esta novela: el despropósito de la burocracia inglesa materializada en el Negociado de Circunloquios, qué risa, qué ironía y sin embargo qué lamentable; el asunto de la especulación y la ruina provocada por grandes estafas bancarias, la migración de cerebros al extranjero por ser ignorados en su patria (¿os suena?)…Echo de menos algún personaje femenino más equilibrado y real en esta ocasión, o son demasiado buenas y candorosas-Tesoro y Amy- o son puro chunguismo y fealdad interior -El Busto(qué bueno es Dickens con esto de los nombrecitos y Mrs Clenman-, y me habría gustado un protagonista algo menos “no me entero de nada” que el querido y honorable Arthur Clenman. Amy Dorrit es un grandísimo personaje que da sentido a toda la novela, lástima que su excesivo sometimiento y bondad la haga a veces poco verosímil, por supuesto, en mi opinión.

Ha sido duro pero gratificante.
me ha gustado muchísimo y aunque es muy largo y nada ágil, me ha enganchado desde el principio.
Con este libro he descubierto que Dickens eran un cachondo mental...tiene cada frase y cada texto que eran puro sarcasmo y humor, (que por cierto diré, que he reconocido a algún Bernacle aun en nuestros tiempos) ya sabia que escribía bien esta hombre pero descubrir este libro con ese sentido del humor, esos personajes tan cínicos y algunos tan buenos, los pensamiento y movimientos políticos y éticos, y como narra estas desgracias que no tienen culpable pero son culpa de muchos, todo es una maravilla.
Enlace: https://youtu.be/iGAHRuGyc0c