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Como me gusta leer a Dickens . La pequeña Dorrit, es uno de sus grandes libros, evidentemente por extensión(no haré la foto del lomo como me pediste una vez mi querida porque entonces no te lo lees) y desde luego por calidad. Sin embargo sigue sin desbancar a David Copperfield y Grandes Esperanzas en mis afectos; ni en argumento, ni en construcción literaria, ni en el nivel de los personajes. La historia de Amy Dorrit nacida y criada en el penal para deudores de Marshalsea es un punto de partida fantástico y a su alrededor Dickens crea tramas y subtramas de personajes angelicales, oscuros, débiles, heroicos y siempre acercando la vista a los lados terribles y contrastes de la sociedad londinense de la época. Hay grandes temas traídos en es esta novela: el despropósito de la burocracia inglesa materializada en el Negociado de Circunloquios, qué risa, qué ironía y sin embargo qué lamentable; el asunto de la especulación y la ruina provocada por grandes estafas bancarias, la migración de cerebros al extranjero por ser ignorados en su patria (¿os suena?)…Echo de menos algún personaje femenino más equilibrado y real en esta ocasión, o son demasiado buenas y candorosas-Tesoro y Amy- o son puro chunguismo y fealdad interior -El Busto(qué bueno es Dickens con esto de los nombrecitos y Mrs Clenman-, y me habría gustado un protagonista algo menos “no me entero de nada” que el querido y honorable Arthur Clenman. Amy Dorrit es un grandísimo personaje que da sentido a toda la novela, lástima que su excesivo sometimiento y bondad la haga a veces poco verosímil, por supuesto, en mi opinión.
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