Un hombre bien vestido conducido a la cárcel era algo tan común en aquella época como un jornalero vestido de diario yendo a su trabajo
|
Un hombre bien vestido conducido a la cárcel era algo tan común en aquella época como un jornalero vestido de diario yendo a su trabajo
|
¿Y me habláis de prudencia? ¿Siendo francés quisierais ir a Francia! Esto es el colmo de la locura
|
¡Terrible prueba es pasar una noche al borde de un abismo sin más consuelo que el de arrojarse al fondo!
|
Padres y madres que habían tomado parte activa en los asesinatos jugaban con sus niños y los cubrían de besos, y en aquella situación terrible, ante semejante porvenir, los enamorados se amaban esperanzados
|
¿Lo oyes, hijo mío, pobre hijo mío que moriste de hambre? ¿Lo oís, padre mío, que agonizasteis tanto tiempo y a quien os juré, de rodillas sobre las frías losas, que os vengaría? Maridos, hermanos, dadnos la sangre de Foulon
|
Sé que es difícil para mí, que llevo este harapo, retener la vida en mis venas; pero ¿sabéis qué poco me costaría extinguirla en las vuestras?
|
Siguió su curso la marea de aquel mar oscuro y amenazador cuyas olas destructoras se empujaban con furia, cuya profundidad no se ha sondeado nunca y cuya fuerza no adivinaba aún nadie; oleaje ciego y sin remordimiento, océano implacable, del que surgían brazos inflexibles, gritos de odio y de venganza, y rostros tan endurecidos por la miseria de la compasión no podía ya dejar en ellos su impronta
|
¡Mujeres, seguidme! Cuando sucumba la plaza, también nosotras, igual que los hombres, podremos matar.
|
En vez del algodón y de la aguja, su mano empuñaba un hacha, y colgaban de su cintura una pistola y un cuchillo cruelmente afilado
|
Un hombre que ha amado realmente a una mujer y que después de haberla perdido ha conservado su amor con toda intensidad, no puede volver a verla sin despertar en el hijo de esa mujer una simpatía extraña, una piedad delicada e instintiva
|
Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado: