A nadie se le escapa que en mi inocencia y candor resulte una obviedad que en lo primero que mi vista se fije ante una mujer sea en sus ojos. Sobre todo cuando está de espaldas. Es muy socorrido aquello de las ventanas del alma, azules como el mar, verdes cual fresca hierba. La sonrisa y belleza de tu mirada. Ah, pero...¿quién alaba y ensalza las virtudes del tercer ojo? Marrón como el trigo que florece, o como el dulce chocolate. El aroma de tu ojete evoca pétalos de rosas. La indómita selva negra. Sus formas...su musicalidad. Todo esto es cosecha propia ya que el texto de Quevedo fue escrito en castellano antiguo y por supuesto mucho más mordaz. La particular oda al agujero negro del culo universal está dedicada a una mujer. " Doña Juana Mucha, montón de carne. Mujer gorda por arrobas" Desconozco si es un personaje real o fruto de la turbulenta imaginación del autor, pero don Francisco, no solía dar puntada sin hilo. Santa mujer en cualquier caso. El libro, o lo que quiera dios que sea esto, es principalmente un alegato. Y lo es por comparación, los ojos de la cara frente al ojo de sauron. A Quevedo le podremos llamar cualquier cosa, provocador, incendiario, irritador de masas. Todo, menos vulgar. Inteligencia y bendita ironía aun cuando nos habla del arte del buen cagar o la sinfonía del pedo. Virtudes y defectos de un orificio vilipendiado, profanado y relegado a la fealdad. Tal vez ninguno conozcamos que es el centro de nuestra gravedad. Ni las lágrimas lo respetan pues no es lo mismo llorar de amor o de alegría, que de caca atravesada o almorrana porfía. No es Nietzsche, son profundidades distintas, ni Sócrates, el griego era un preguntón y y nuestro heleno cerete más bien respondón. Y sin embargo, muy necesario el recto, podemos perder un dedo, riñón, mano, ojo, oreja, pie, pero sin tubo de escape, gripamos. No se trata tampoco de hacer el club de fans del ojo del culo, pero sí de reir un rato, incluso de la literatura, con literatura. En adelante, quieran más a su ano, aplaudan sus pedos (en privado, por favor) pues los hay livianos y también con doloroso ardor. Cúidenlo, ya que se cagan en él, no lo limpien con lija del tres. De lo contrario su venganza llegará sin avisar, sea en forma de fístula o almorrana. Feliz semana. Coman bien, caguen mejor. + Leer más |
El escritor, periodista y cineasta, Diego Osorno, conversa con Harold Torres acerca del gran interés que ha tenido por la lectura desde niño (cuando leía periódicos y cualquier texto que llegara a sus manos) cultivando esta pasión hasta formar una impresionante biblioteca que actualmente consta de más de cinco mil ejemplares.
De su voz escuchamos el poema “Nocturno de la calzada Madero”, cuyo autor inspiró la creación del documental “Vaquero de medio día” dirigido por nuestro invitado.
Libros leídos:
Los periodistas de Vicente Leñero
Un manifiesto del periodismo infrarrealista de Diego Osorno (texto escrito para el primer confeccionario del ‘Encuentro Nuevos Cronistas de Indias'
Al pie de un volcán te escribo de Alma Guillermoprieto
Nadar sabe mi llama de Samuel Loyola
Los detectives salvajes de Roberto Bolaño
Libros mencionados:
Los albañiles de Vicente Leñero
Asesinato de Vicente Leñero
Los presidentes de Julio Scherer
Autores mencionados:
Arthur Conan Doyle
Julio Verne
Julio Scherer
John Lee Anderson
Alma Guillermoprieto
Rafael Rodríguez Castañeda
Juan Villoro
Guillermo Prieto
Nicanor Parra
Mario Santiago Papasquiaro
Gonzalo Rojas
Pablo Neruda
Vicente Huidobro
Francisco de Quevedo
Octavio Paz