El día que se perdió el amor

A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena de magulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring, jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta la joven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparece decapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estaba escrito en una de las notas. A medida que avance en la investigación se dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles de cicatrizar.

Esta es la segunda novela de Javier Castillo, la primera 'El día que se perdió la cordura', me encantó, por lo que estaba deseando leer la segunda parte. Se lee muy rápido, cada capítulo de deja con la intriga de saber que es lo que ocurre en el siguiente. Os lo recomiendo a todos los que os gusten los thrillers.

Es una buena continuación aunque presiento que no ha pasado nada, como que todo lo ocurrido, haya sucedido en el primer libro.

100% predecible. Una vez leído el primer libro, basta con leer la sinopsis de este para saber quién es la joven que aparece desnuda que menciona la sinopsis. No ha habido absolutamente NADA que me sorprendiera ni que me enganchara a la lectura, lo que ha hecho que me resultase aburrido y por tanto que no me apeteciera seguir leyéndolo y eso, sumado al poco tiempo libre que tengo últimamente, es lo que ha hecho que tardase tantísimo en terminarlo.
Y a esto hay que sumarle todo el relleno que tiene y las veces que repite lo mismo una y otra vez (sucesos de este libro y del anterior).
Y puede que sea cosa mía, pero me ha parecido que este segundo libro es una copia del anterior. Ocurre más o menos lo mismo, con los mismos personajes (sólo añaden unos pocos más), todos vuelven al mismo lugar y el final vuelve a ser un “fueron felices y comieron perdices”.

Por otro lado, se supone que esta bilogía es un thriller, y así fue al principio del primer libro, pero, sobretodo en este segundo, se convierte más en un thriller paranormal. No tengo nada en contra de este subgénero, me gusta lo paranormal, pero lo que no me gusta es que me vendan un libro como un género y que luego resulte ser otra cosa.

Otro dato que a mí personalmente me ha parecido negativo, que no me ha gustado, ha sido el automárquetin dentro de la historia. Y es que el autor menciona de forma directa El día que se perdió la cordura y se menciona a él mismo como un personaje más, como un escritor que se aprovecha de las desgracias ajenas para ganar fama y dinero y que consige un gran éxito (y esto está dentro del relleno innecesario de la historia).
Entiendo que Javier Castillo quiera promocionar sus libros y darlos a conocer, pero ¿era necesario meterlo en su propia historia? Si has leído este segundo libro, por lógica tienes que haber leído (o al menos conocer) el primer libro, por tanto este automárquetin es innecesario y a mi parecer hasta algo egocéntrico.
Os recuerdo que esta es mi opinión, por lo que no tiene por qué ser la vuestra.

RESEÑA COMPLETA EN EL BLOG:
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Es la continuación de su primer libro "el día que se perdió la cordura" y en él se terminan de cerrar todas las historias del primero.
El autor nos vuelve a presentar una carrera contrarreloj en la cual los personajes irán de un lado al otro intentando salvar su vida y la de sus seres queridos.
Empieza un año después de los anteriores sucesos con una escena, cómo en el anterior libro, impactante: 14 de diciembre de 2014 y una joven que camina desnuda por el centro de la calle...
El libro nos presenta 2 hilos temporales que se alternan a lo largo del libro: La trama principal en el año 2014 y en la que nos encontramos de nuevo con Jacob y Amanda (ahora ya recuperada su verdadera identidad) y Steven. Vemos cómo intentan tener una vida normal, pero el pasado regresa a ellos haciéndoles revivir de nuevo la misma pesadilla. También nos encontramos al Inspector Bowring del FBI, que está obsesionado y pelin desquiciado por un antiguo caso sin resolver.
La trama secundaria: se sitúa 9 años antes de la principal y nos cuenta la historia de Carla (hermana de Amanda), encerrada en un monasterio dónde se dirige el destino bajo la premisa de que "todo está escrito".

El libro está escrito en capítulos cortos desde el punto de vista de cada uno de los personajes principales. Eso sí, cada capítulo comienza con el nombre de cada protagonista lo que ayuda y evita que te pierdas en la trama como en el anterior.  Está escrito en tercera persona salvo los capítulos de Jacob que están escritos en primera persona.
La historia es muy similar a la del primer libro: personajes, argumentos, giros, todo se repite. Encontramos los mismos ingredientes: secuestros, asesinatos, locuras y sueños, investigación, amor, misterio, suspense y la inevitable carrera contrarreloj para salvar la vida de los personajes.
Es un libro que entretiene, con giros argumentales interesantes, un poco lento que hacía el final se precipita para resolver todo.

Pero al igual que me paso con el primer libro la historia no llegó a encajarme del todo. No termino de comprender lo que ocurre tras esa mente perturbada, no me convence la argumentación.
¿Lo recomiendo? Sí, si leíste  "El día que se perdió la cordura" y te gustó, pero si lo leíste y no disfrutaste ni siquiera te arriesgues a leer éste porque te va a dejar el mismo sabor. 

Tengo sentimientos encontrados con esta segunda parte, tanto salto en el tiempo a veces me descolocaba bastante, para mi gusto hay demasiados capítulos que no dicen mucho... creo que ha sido alargar el primer libro. También diré que engancha al igual que el primero y si te has leído el anterior este lo tienes que acabar. La verdad no sé qué puntuación ponerle, a ratos era fantástica y a ratos se me hacía pesada, pero si es verdad que no me esperaba ese final para nada. No me gustaría vivir en primera persona la trama, que dura.

Entretenido pero repetitivo y muy parecido a el primero. No llegué a emocionarme tanto con este como con el primero y tal vez sea por eso mismo, porque eran casi igual. 3 estrellas para ser amable porque amé el primero y si me gustó mucho volver a saber de Jacob y Amanda aunque a veces la trama era un poquito floja a mí parecer.

La continuación de El día que se perdió la cordura. Nos sitúa en la misma historia protagonizada por Jacob y Amanda un año después de lo que sucedió en el anterior libro. En este se va a resolver la trama que hay en toda esta historia. Hay argumentos que suceden en años anteriores para que lleguemos a comprender el motivo por el que ha sufrido tanta gente durante tantos años.
Javier Castillo nos mantiene en una intriga y un suspense constante que hace que no pares de dejar de leer para saber como continua todo. Con un final que no me esperaba para nada pero que me ha impresionado mucho.
Los he devorado los dos libros. Me gusta como escribe y los saltos del presente y del pasado para ir a poco a poco entendiendo toda la historia y la trama.

Sigue en la misma línea que El día que se perdió la cordura, de hecho, es la segunda parte de esta trilogía. Muy bueno.

Este libro en su historia tiene una gran similitud con el día en que se perdió la cordura aquí se desarrolla mucho suspenso y aunque es bastante extenso creo que tiene un buen contenido, así mismo sus personajes tienen una personalidad única en las cuales se intenta involucrar al lector para que encaje con cada uno de estos personajes envolviéndose en una historia de suspenso, intriga y curiosidad lo que también es muy bueno porque de alguna forma se intenta interactuar con la historia.

Segunda parte del libro El día que se perdió la cordura, pero en este caso se titula El día que se perdió el amor, donde el amor por las personas que realmente amas tiene que ver mucho en este libro. He tenido la oportunidad de leerlo en menos de una semana y es que he estado totalmente enganchado a sus personajes. A, como ellos dicen, El destino está escrito y tras una serie de anécdotas o consecuencias de la vida el destino está ahí hasta que finalmente llega y sucede lo que tenía que suceder porque realmente tenía que ocurrir así. En algunos de sus capítulos, sobre todo del final, me fue imposible que mi cuerpo reaccionara y se me pusieran los pelos como escarpias. ¡Un libro totalmente recomendable que engancha!