Arena negra: Un caso de Vanina Garrasi

- Desde que vi que Duomo publicaba este título, supe que tenía que leerlo, fue amor a primera vista, y tengo que agradecer a Babelio y Masa Crítica la oportunidad de hacerlo.

- Este es el primer título que leo de la autora, que, después un par de fiascos con autores italianos, he de reconocer que iba con un poco de temor por si no cumplía mis expectativas, que reconozco que por la sinopsis estas eran altas.

- Un thriller policíaco lleno de sospechas, preguntas, misterios sin resolver y secretos que se remontan a años atrás, que será complicado desentrañar.

- Ambientada en Sicilia, me ha encantado lo que la autora nos muestra de esta región, el cómo lo describe y hace que te entre el gusanillo de conocer esta tierra, y también de saborearla, porque madre mía! Con tantos platos ricos típicos de la gastronomía siciliana que nos trae la autora, más vale que no lo leas con hambre!

- Es un libro que, desde el principio, e gancho y te hace querer leer sin parar. Tiene capítulos largos, algo que ralentiza un poco la lectura, ya que hace que tengas la sensación de que no vas al ritmo que te gustaría llevar.

- La forma de escribir de la autora es sencilla y clara, con descripciones detalladas que te trasportan a esta maravillosa tierra italiana.

- En esta historia conoceremos a Vanina Garrasi, subcomisaria de la judicial en Catania, valiente, inteligente, astuta y decidida, que de la noche a la mañana se ve dirigiendo la investigación de un cuerpo hallado sin vida en extrañas circunstancias... Un viaje al pasado de una familia poderosa, rodeada de ese aire mafioso que a todos nos viene a la cabeza cuando pensamos en Sicilia. Vanina es la protagonista ideal para esta historia, y lo que la mejora en muchos aspectos. Tenemos a muchos más personajes que completan la trama, y todos con un valor que en algunas ocasiones, ni imaginas.

- La puesta en escena de la novela es pintoresca, y es lo que hace que te enganches a la misma desde ese momento.

- La parte central, aunque por momentos se desarrolla de manera algo lenta, es completa y acaba haciendo las delicias del lector, haciendo que sospechas de todo y todos, y vayas intentando reconstruir los acontecimientos en tu cabeza, haciendo que tus neuronas colapsen en más de un momento.

- La parte final es...sorprendente. No esperaba para nada lo que ha pasado, y es algo que me ha encantado, porque para mí la historia estaba "clara" desde bástate antes de la mitad de la lectura y, aunque algunas cosas sí son predecibles y han sucedido tal y como imaginaba, hay otras que OMG, ni en mil años lo hubiera imaginado. Y ese final...

- La trama me ha resultado inquietante, completa y diferente, mezclando dos subtramas, esa pasada y la investigación presente, laa cuales confluyen y se van complementando mutuamente.

- A todo esto, hay que añadirle ese telón de fondo perfecto, que es el Etna en erupción.

- Un libro perfecto para todos los amantes del género, e ideal también para todos aquellos que quieran iniciarse en el mismo.

- Solo puedo decir que necesito seguir leyendo más novelas de la subcomisaria Garrasi, saber qué pasa después de ese final, y poder conocer la serie que tan famosa es en Italia.

8/10🌟


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El Etna ha entrado nuevamente en erupción y la ceniza llega a Catania, situada a sus pies. Pero la vida sigue, para lo bueno y para lo malo. En este caso para lo malo pues se acaba de descubrir un cadáver. En una villa casi abandonada de Sciaria el sobrino de su propietaria descubre el cadáver momificado de una mujer.

La subcomisaria de la policía judicial Giovanna Garrasi será la encargada de la investigación. Garrasi es una buena policía que, cuando agarra una investigación, no la suelte pese a quien pese. Y eso aunque el cadáver tenga visos de ser muy antiguo. Cuando Garrasi conoce que el anterior dueño de la villa –y marido de la actual propietaria- fue asesinado hace cincuenta años, cree que el cadáver ahora descubierto puede estar relacionado con aquellos hechos. La subcomisaria va a recibir la ayuda inestimable del jubilado comisario Patané que, en su momento (aunque entonces no era aún comisario) se encargó de la investigación del asesinato.

Me gustan las novelas de misterio en las que se investigan crímenes antiguos. Me gusta ese retrotraerse al pasado del investigador actual que le enfrenta a un modo distinto de investigación. Me gusta cómo esos crímenes del pasado suelen relacionarse con asuntos del presente y en este caso no va a ser algo distinto.

Garrasi se aferra con uñas y dientes al crimen, intentando averiguar la identidad de la víctima primero y la del asesino después. Ni una cosa ni la otra van a ser fáciles. Los posibles testigos y el o los asesinos es probable que estén muertos dado el tiempo transcurrido. Pero según va tirando del hilo, Garrasi descubre cosas que también pueden afectar a la actualidad.

Me ha gustado la ambientación en esa ciudad a orillas del Etna. Casualmente, el mismo día o al siguiente de empezar a leer el libro, el Etna entró en erupción. La erupción de la novela no es grave –dentro de lo que son estas cosas- y la gente sigue haciendo su vida habitual hasta el punto de que se nos llega a olvidar las especiales circunstancias del caso hasta que la autora, puntualmente, se encarga de recordárnoslo haciendo mención a la arena negra proveniente del volcán. La vida en Italia , más en concreto en Sicilia, sus poblaciones, sus habitantes, su comida (a Garrasi le encanta comer y se nos hará la boca agua con algunos de los platos a los que les hinca el diente) son un elemento más de la novela.

Curiosamente, al principio me costó hacerme con los nombres de los personajes. Estoy tan acostumbrada a leer novela negra nórdica que los nombres suecos, noruegos y finlandeses ya no me chocan como sí lo han hecho los italianos (ya sé, ya, no tengo perdón).

Arena negra” es una novela de intriga al estilo clásico. Quizás porque los crímenes que se investigan son antiguos, la investigación se realiza a la manera clásica: Garrasi hecha mano del expediente policial que en su día se abrió, de los recuerdos del policía que llevó a cabo la investigación, interroga a los testigos relacionados con la villa (de los cuales aún quedan unos cuantos con vida), etc… Los medios utilizados también son, en principio, clásicos pero es verdad que las técnicas forenses modernas al final acaban encontrando su hueco en un buen equilibrio antiguo-moderno.

La protagonista de la novela es Giovanna Garrasi, una policía que hasta hace poco trabajó en Palermo, habiéndose especializado en la durísima lucha contra la mafia. Era un crack en lo suyo pero ella no quiere saber más del asunto, vive mucho más tranquila investigando asesinatos y no es de extrañar. La autora irá dejando caer indicios de que en el pasado le ocurrió algo que todavía le duele y, según vaya avanzando la novela, sabremos qué es. Sin ocupar una parte especialmente grande de la novela, el aspecto personal tiene cierta relevancia por lo que, siendo esta novela la primera de una serie, recomiendo empezar a leerla ya y así seguir el orden. Garrasi no es una mujer fácil, al menos de primeras, pero es cierto que según se la va conociendo va gustando más y más; prueba de ello es el aprecio que sienten por ella sus compañeros, presentes y pasados y lo abierta que está a nuevas formas de hacer las cosas. Por ejemplo, pocos jefes hubiesen tolerado la “intromisión” de otra persona más en la investigación, en este caso del comisario jubilado Patané. Giovanna lo hace con gusto y eso da lugar a uno de los aspectos que más me ha gustado de la novela: la intervención de Patané y su relación con Garrasi, me ha dado cierta ternura pues el excomisario ha sido uno de mis personajes preferidos.

La prosa de la autora es sencilla y relativamente ágil. Sin ser una novela con un ritmo vertiginoso, sí que es fluido y la lectura resulta amena y gratificante. Por supuesto, habrá alguna que otra sorpresa y algún giro argumental

Conclusión final

“Arena negra” es una novela policíaca a lo siciliano en la que una subcomisaria de lo más interesante investigará un crimen cometido décadas atrás. Primera entrega de una nueva serie que, por supuesto, seguiré leyendo.

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El 17 de julio de 2019 moría Andrea Camilleri, un mito de la honradez y de la novela italiana no solo en su país sino en todo el mundo. Fe de ello son sus novelas en honor a Vázquez Montalbán y las series de televisión basadas en Salvo Montalbano.

En 2018 vio la luz la primera novela de Cristina Cassar Scalia y desde el primer momento se la ha considerado la sucesora de Camilleri. Es cierto que, como su predecesor, empezó a publicar tardíamente, es cierto que su protagonista, policía italiana como Montalbano, se está viendo inmersa en una saga que ha impulsado la creación de una serie televisiva, es cierto que la novela rezuma amor por Italia, a pesar de denunciar el tráfico imposible y las acciones de la mafia, es cierto que, a los 39 años, la subcomisaria Giovanna Garrasi continúa soltera, pero Vanina no es Salvo y Cassar no es Camilleri.

Con Arena negra estamos ante las últimas tendencias de la novela negra italiana, aunque sin demasiadas experimentaciones, algo que, para los que amamos la novela negra tradicional, es de agradecer. La novela de Cristina Cassar es única, tiene su propio sello, el humor penetra en las descripciones exhaustivas más que en los diálogos, dato que ayuda al lector a conformar el carácter optimista de la autora, «Alfio subió la palanca de un interruptor negro antediluviano y soltó un suspiro de alivio por haber sobrevivido una vez más al peligro de electrocutarse».

Camilleri necesitaba pocas notas singulares para construir una novela modesta y genial al mismo tiempo. Cassar es minuciosa con el paisaje, sobre todo con la naturaleza de Catania, salvaje, milenaria como su volcán, donde las casas y sus habitantes se acomodan a la perfección, sin alterarse unos a otros, aunque de vez en cuando el Etna dé una llamada de atención para que todo vuelva a su lugar.

El ambiente de Arena negra es rural, por eso la mafia no está demasiado involucrada. Sin embargo la usura propia de los terratenientes es fundamental en la historia y, lógicamente, donde hay usureros hay mafiosos «Yo no maté a Tanino Burrano, ni tampoco los Zinna».

Cassar Scalia ha empezado arrasando porque Vanina es inteligente, decidida, libre de prejuicios; no duda en abandonar el acomodado ambiente familiar «Federico Calderaro, el segundo marido de su madre […] señora elegante del Palermo pijo» para adentrarse en un territorio apartado que le permite reflexionar sobre el ser humano y su condición, abandonar algo la preocupación por el aspecto físico y trabajar de forma exhaustiva, ayudada por un equipo valioso con el que se lleva bien.

Me ha llamado la atención de Cristina Cassar que haya agrandado el panorama literario italiano con una ideología feminista que se agradece. La subcomisaria Vanina aún debe soportar que no la vean como jefa indiscutible aunque no podemos culpar a los catanienses de esto; poco a poco nos acostumbraos a ver mujeres en el poder

—Escuche […] Necesitamos que nos facilite cierta información
—Como usté mande, señora
—Subcomisaria, lo corrigió ella fulminándolo con la mirada […] cómo llamaban “comisario” a uno de sus inspectores mientras que a ella la relegaban al grado de… señorita

La narrativa de Cassar Scalia es relajada; intuimos el placer de contar historias y la seguridad de estar creando una novela sólida, bien construida, en la que el énfasis no se centra en el asesinato, esto es algo que ocurrió 57 años atrás. Pero en el presente, el cadáver momificado de una mujer aparece en el montacargas de una de las villas más importantes de Sciara. La subcomisaria Giovana Garrasi cuenta con un equipo bastante completo, el inspector jefe Carmelo Spanò, quien conoce todos los chismes de la zona, la joven inspectora Marta Bonazzoli, eficiente y amiga de la subcomisaria, el oficial Nunnari y el suboficial Fragapane. Todos saben lo que llevan entre manos; También el agente Lo Faro que, si bien tiene ganas de sobresalir ante los jefes y la prensa, su trabajo en oficinas es inmejorable. Por si fuera poco, también se lleva bien con el forense Adriano Calí, con quien Vanina comparte gustos cinematográficos. Pero a este curioso caso, casi imposible, se une la historia sentimental de dos personas, la misteriosa muerte de una de ellas y las no menos misteriosas desapariciones de la otra y su hija. Todo hace que el equipo se encuentre ante asesinados que pertenecen a otro tiempo y asesinos que probablemente, por edad, no se les pueda condenar. Sin embargo los conocimientos del octogenario Biagio Patané, el subcomisario que llevó el caso en su momento, y la intuición de Vanina serán cruciales.

Es difícil trabajar con espectros, más cuando se mezclan con los seres vivos uniendo tiempos pasados y presente, tan diferentes en unos aspectos y tan parecidos en otros. Los muertos de Arena negra se rebelan, como el Etna, ante su destino y con ayuda de la naturaleza aportan restos bien conservados para que Vanina los presente al lector en un juego de espejos. Así, continúan entre nosotros y aportan señales que no supieron o pudieron ver años atrás, «El comisario Patené, con un nudo en el estómago que no conseguía deshacer, encontró el lugar tal y como lo recordaba […] Vanina no pudo resistir la tentación de inclinarse y recoger una de aquellas fichas».

El énfasis de Arena negra no está en el crimen sino en el misterio de cómo pudo ocurrir y cómo el asesino eludió su culpabilidad.

Es cierto que en la novela se plantean incertidumbres que quedan sin aclarar, «Era una chiquilla preciosa. Yo era la única que la conocía. La habían andado a no sé qué internado». Asimismo aparecen personajes con expectativas relevantes pero desaparecen sin más, son meras herramientas para que conozcamos la situación familiar, personal y profesional de Vanina.

La subcomisaria disecciona a conciencia a las dos protagonistas; la prostituta María Cutó vivió el campo simbólico del sexo femenino, como mujer, como esclava sexual, como madre, como trabajadora… Frente a ella, Teresa Burrano, una mujer que desprecia todo cuanto la aparte de la cumbre y le impida seguir ordenando, mancillando, aniquilando.

La narración de Cristina Cassar no contiene violencia inmediata, sí testimonio de ella, pero el estilo consigue transmitir las percepciones y pensamientos de Giovanna Garrasi al exponer una íntima relación entre su mundo interior y lo que la rodea; de ahí que vayamos conociendo a lo largo de la novela tanto sus gustos como sus valores.
Para nuestra protagonista la muerte de una mujer pasa a ser una preocupación ética en tanto que una prostituta no tiene nada que hacer al enfrentarse a la clase alta. Hay demasiados intereses en juego.

Pero utiliza el tiempo que, aunque lento, se alía con ellas y le brinda una voz a esa marginada para que la subcomisaria ponga las cosas en su sitio. No del todo, es cierto; no se trata de justicia inmediata.

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La ciudad de Catania está cubierta por las cenizas volcánicas que el Etna arroja permanentemente desde hace días. En una villa prácticamente en ruinas de Sciara, aparece el cadáver momificado de una mujer y la subcomisaria de la Policía Judicial, Giovanna Garrasi, se enfrenta a un caso complicado: un cadáver antiguo, ninguna prueba y los probables testigos o estarán muertos o serán tan ancianos que tal vez no recuerden nada. Hace décadas, esa misma villa fue escenario de otro crimen, tal vez ambos muertos estén relacionados y a Vanina que es así como llaman todos a la subinspectora, tendrá que buscar la ayuda de Biagio Patanè, uno de los policías que intervino en su momento en la investigación del primer crimen. El octogenario Patanè, Vanina Garrasi y su equipo, tendrán que hurgar en el pasado y desenterrar todos los secretos que oculta la arena negra del Etna.

Con una prosa ágil y sencilla, la autora nos sumerge en una novela policíaca de corte clásico, crimen, equipo policial e investigación. Una trama que se mueve entre presente y pasado, bien urdida y con buenos giros en la que la peculiaridad reside en que el crimen a investigar tiene varias décadas de antigüedad, por tanto, la policía se verá inmersa en una investigación que comenzará sin huellas dactilares, sin indicios sobre el arma del crimen y sin sospechosos, porque identificar el cadáver es primordial y el asunto resulta muy difícil es esas condiciones y aún más cuando se empiece a revisar otro crimen que ocurrió allí hace años. También la vida personal de la subcomisaria Garrasi nos intriga y descubrir su pasado en Palermo será un foco más de atención durante la lectura.
Ambientada en Catania y sus alrededores (Sciara, Santo Stefano, Palermo) en el presente, Sicilia se convierte en un personaje más de la novela. Las costumbres y la vida cotidiana de los cataneses está reflejada a la perfección, su gastronomía, sus calles y sus tradiciones forman parte de la novela y es inevitable buscar en Google lugares o platos típicos, a Vanina le gusta comer y os aseguro que entran unas galas locas de viajar a Catania e ir de restaurante en restaurante probando todo lo que se menciona en la novela. Aromas, sabores y también muchas referencias cinematográficas ya que Vanina es una amante del cine clásico italiano. Vanina es palermitana y eso da lugar a muchos diálogos ingeniosos con alguno de sus compañeros cataneses aportando, con ese pique entre dos ciudades cercanas, un toque de humor muy agradable.
Vanina Garrasi me ha gustado mucho, tiene un dolor personal en lo más hondo, pero eso no la hace caer en el abismo como a otros policías de ficción y también es apreciada por sus compañeros y superiores en la policía, aunque tiene un carácter difícil. La acompañan un plantel de personajes de lo más convincente, me ha gustado especialmente Patanè, un policía retirado que siendo octogenario ya, encuentra ayudando a Vanina en la investigación, un aliciente para su aburrida vida.

CONCLUSIÓN
"Arena negra" de Cristina Cassar Scalia es una novela negra bien escrita, con un desarrollo ágil y con trasfondo cotidiano que me ha encantado, no dejéis de conocer a Vanina Garrasi, esta subinspectora ha llegado para quedarse.

"Arena negra" es el primer volumen de una serie policíaca de mucha popularidad en Italia de la que ya hay tres novelas más publicadas y también se prepara una serie de televisión basada en esta saga policíaca.

En Italia, las aventuras de la inspectora Vanina Garrasi, van ya por el 5º volúmen. En España nos llega el primer volumen con Arena Negra.

Esta prinera novela de la saga, nos cuenta un insterante caso en el que la inspectora tendrá que resolver un asesinato de hace más de 40 años. Un caso que le llevará a la Sicilia de los años 50. Una investigación que estará bañada por las cenizas del furioso Etna y lo teñirá negro con su "arena negra".

Arena Negra forma parte del del giallo, es decir, de la novela negra italiana.

Lo primero que quiero destacar es a la protagonista: Vanina Garrasi. Estamos acostumbrados a encontarnos con que la protagonistas de las novelas policíacas encargadas de la investigación suelen tener tal trauma del pasado que por norma general son antisociales, os alcohólicas, o se autolesionan, están amargadas y, aunque tremendamente inteligentes y bondadosas, tienen grandes carencias afectivas.

Pues no es el caso de Vanina. Que sí, que hay algo en su pasado que le afecta pero ella tiene sus amigos, hace bromas, le cae bien a sus compañeros y subordinados y no se enfrenta la vida con pesimismo y derrotismo.

Por supuesto, es una mujer dura y no es ningún libro abierto (claro que tiene sus secretos y sus pasado doloroso), pero eso no la aparta del resto del mundo.

Junto a la comisaria, conocemos a otros importantes personajes: el entrañable comisario Patané, un octogenerio ya jubilado y antiguo implicado en la investigación de un viejo crimen ocurrido en la villa de Sciara; Alfino Burrano, todo un donjuan algo patético pero al que se le coge cariño; Carmelo Spanò, su más estrecho colaborador, Adriano Calí, médico forense, amigo y amante del cine clásico italiano como Vanina o Bettina, la casera y vecina de la comisaria que le preparará unos platos de comida ¡mmmm, ricos, ricos!

Mucha importancia tiene en la novela, la gastronomía, presentada de tal forma que se te hace la boca agua. Yo me he apuntado un par de platos y dulces que quiero probar si algún dío voy por Sicilia.

Igual que me pasó cuando leí El recién llegado de Marco Vichi, Arena Negra me ha demostrado que un buen crimen (o dos) no es lo único que puede ofrecerte una buena novela policíaca. No hace falta un asesinato macabro, detallado en extremo, ni que te ponga mal cuerpo, para disfrutar de una novela negra.

En Arena Negra, no solo la resolución del misterio es lo imporante, sino la vida de los personajes, su entorno, sus propios misterios. Unos personajes que tienen vida más allá del caso a resolver.

Arena Negra te trasporta hasta sicilia, con sus costumbres, su gastronomía, sus modismos y sus gentes, acompañada de una inspectora de la que quiero seguir leyendo más.

¿Os la recomiendo? ¡Claro que sí! ¿Como no voy a recomendar una novela bien escrita, bien ambientada y adictiva?
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A día de hoy no había leído nada de novela policíaca cuya trama se desarrollase en Sicilia y que además tuviera el plus de estar firmada por una mujer. Este fue el detonante que me hizo decantarme por "Arena negra", la primera entrega de una serie protagonizada por la subinspectora Vanina Garrasi y que ya tiene otros cinco títulos en su haber pero todavía no han sido publicados en español. Una novela policíaca de corte clásico y oscuros secretos familiares que me ha gustado, aunque me costó horrores cogerle el hilo y avanzar en su trama porque no acababa de hacerme con los nombres raros de los personajes para saber de quién se trataba en cada momento. Esto hacía que en ocasiones puntuales me desvinculase de los acontecimientos.
El cadáver momificado de una mujer es hallado de forma casual tras el repentino derrumbe en el ala más ruinosa de una antigua casa señorial de Sciara, que ha permanecido varias décadas cerrada. El caso será adjudicado a la Policía Judicial de Catania, a las órdenes de la subcomisaria adjunta Giovanna Garrasi, Vanina para los amigos y familiares, una mujer con un currículum repleto de casos brillantemente resueltos. Los primeros indicios revelan que pudo haber muerto en torno a los años cincuenta y la investigación va a desempolvar el esplendor de la antigua villa y de su propietario fallecido en circunstancias extrañas. Una muerte que podría tener inesperados vínculos con el presente…
Esa es, grosso modo, la premisa de la que parte esta interesante novela ambientada en Sicilia, una isla que condiciona la vida de sus gentes y se encuentra sometida a una lluvia de arena negra, un fino polvo expulsado por el Etna que cubre no solo las calles y las casas sino también el pasado de Vanina y los secretos nunca revelados que se ocultan tras los crímenes. El polvo negro es testigo silencioso de todo ello e interactúa con la vida de sus personajes, como uno más.
Una trama bien planteada en la que se entrelazan correctamente pasado y presente, que no aburre sino que impulsa a pasar páginas para conocer un desenlace que me ha parecido tan precipitado como un coche sin frenos en una fuerte pendiente, quedando abierto en el terreno de lo personal, por lo que tendremos que esperar a la siguiente entrega para saber cómo se resuelve todo. Algo que no me ha convencido es que el narrador oculta información al lector en más de una ocasión, dejándolo un paso por detrás de la investigación. Entiendo que es un recurso para aumentar el suspense, pero no lo he visto necesario.
La gastronomía de la zona es otro de los ingredientes de una historia que nos sumerge en la vida de un personaje que brilla con luz propia, el de Vanina. Ella es el eje en torno a la cual gira un enjambre de personajes singulares. Una mujer fuerte pero con debilidades que emocionan, apasionada del buen comer y del cine italiano de autor, sobre todo el que ha sido rodado en Sicilia (esta predilección por las películas clásicas italianas son el pretexto de la autora para describir a algunos de sus personajes y compararlos con actores de la época). Una mujer ingeniosa y testaruda, aparentemente dura y decidida, muy admirada y respetada, que se permite pocos placeres sin hacer demasiadas preguntas. Pero tiene su talón de Aquiles, que es a su vez el resorte que la vuelve férrea y decidida, un dolor latente que afectó a su esfera emocional marcada por una terrible pérdida en su pasado y una renuncia que ha ocultado tras un muro de silencios y kilómetros. Por eso le gusta implicarse en la investigación de casos complicados, pues le impiden pensar en las muchas sombras que abarrotan su vida.
Sintetizando: "Arena negra" es una novela policíaca de corte clásico, entretenida lectura y ritmo fluido. Con la tormenta de arena volcánica expulsada por el Etna que lo envuelve todo y no parece dispuesta a amainar comienza una novela policíaca atemporal en la que se investiga un crimen que se pierde en los abismos del tiempo, porque aunque la trama transcurra en el presente, hay parte de un pasado que necesita ser reescrito. Una historia que tiene como protagonista a una mujer peculiar, la subinspectora Vanina Garrasi, a la que os recomiendo le sigáis la pista si os gusta este género literario.

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Una pared caída y una filtración de agua hacen que Alfio Burrano acabe descubriendo un antiguo montacargas que estaba escondido en la antigua casa abandonada de su tía, pero no todo acaba ahí, en el montacargas encontrarán un cadáver que está momificado.

Debido al hallazgo, entrará en escena la subcomisaria Giovanna Garrasi, quien, a pesar de ser muy buena en su trabajo, este caso al ser tan antiguo, no se lo pondrá nada fácil pues apenas quedan pistas e hilos de donde poder tirar.

🔷 Este libro me llamó muchísimo la atención por su premisa y la verdad es que ha sido todo un acierto.

Me ha gustado mucho conocer a Vanina, una subcomisaria muy peculiar e interesante y me ha gustado como va resolviendo las situaciones y enfrentándose a ellas.

He disfrutado mucho de la ambientación, de los personajes y del caso, pues algo que de primeras no parecía nada fácil y con él se descubrirá la historia que oculta ese cadáver y el pasado.

Un libro que he disfrutado de principio a fin y con el que me quedo con muchas ganas de volver a reencontrarme en próximos casos con la Vanina Garrasi.

Catania, el cuerpo de una mujer momificada ha aparecido en un palacete prácticamente abandonado desde 1959 perteneciente a una de las familias más importantes de la ciudad. Determinar la causa de la muerte será como atravesar el túnel del tiempo y de ello se encargará la subcomisaria de la Policía Judicial, Giovanna Garrasi y su equipo.

Necesitaba una lectura ligera y este libro se cruzó en mi camino, lo primero que me atrajo fue el escenario, la isla de Sicilia y que al ser un crimen cometido casi 60 años antes, esperaba que el ritmo no fuera muy frenético.

La cuestión es que lo que me he encontrado: como me esperaba, es una novela que recrea perfectamente las costumbres, gastronomía y sociedad siciliana; pero también he conocido a una protagonista valiente, inteligente, astuta y bastante tozuda; y un caso donde nos vamos a encontrar ajustes de cuentas, crímenes pasionales, chantajes, la mafia y muchos intereses ocultos que irán apareciendo conforme la trama avanza. Y a todo esto, hay que añadirle ese telón de fondo perfecto: el Etna en erupción.

Leer a la autora me ha resultado fácil, la forma de escribir sencilla y clara, con descripciones detalladas que te trasportan a Sicilia y esa trama diferente a lo que suelo estar acostumbrada, han hecho que haya estado enganchadita. Lo único malo, y que siempre me pasa con las novelas extranjeras, es el lío de nombres, pero por lo demás, es una novela perfecta para ser el debut de la autora.

Diría que estamos ante una nueva serie de novela policiaca italiana que no pueden dejar pasar los amantes del género. En Italia lleva ya 5 entregas y se está preparando una serie de televisión, yo espero seguirle la pista.
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Me ha gustado este libro más de lo que esperaba, un caso que empieza con la aparición de un cadáver momificado de una mujer y con mucho por descubrir, traiciones, avaricia, chanchullos, tratos mafiosos y otro asesinato anterior de hace casi 60 años. Todo un reto para la subcomisaría Vanina y su equipo solucionar este caso tan insólito y sin pistas de las que tirar debido principalmente a los muchos años transcurridos..
Además de una trama muy bien enlazada, tenemos también pinceladas de sus vidas privadas y relaciones, que tampoco son fáciles y todos tienen algo que les lleva de cabeza de forma personal.
Tenemos giros inesperados y no todo es lo que parece, me ha sorprendido el final sin duda, me esperaba algo y acerté en parte con las quinielas que fui haciendo, pero para nada me imaginaba ese desenlace.
Me gusta mucho el equipo que forman, muy normal y gente muy humana, con sus vidas cotidianas, sus días rutinarios y sus aficiones como ver películas antiguas italianas.
Es el primer libro que leo, he visto que hay más en italiano y espero que los traduzcan pronto, me he quedado con ganas de más y lo recomiendo.

Es una espléndida novela de género negro y estilo clásico que me recuerda a los leídos de Agatha Christie. Con una narrativa ágil y lenguaje coloquial que hace que el lector quede atrapado desde las primeras páginas.

Todo comienza cuando en una villa casi en ruinas aparece un cadáver momificado atrapado en un montacargas qué, curiosamente, está cerrado desde el exterior.

Aquí empieza ya la acción, parece que este cadáver coincide por fecha con un asesinato ocurrido hace 57 años. Ahora toca identificar el cadáver y las causas de la muerte. Un trabajo tedioso al haber transcurrido demasiado tiempo y algunas pruebas habrán desaparecido, pero la tenacidad de Vanina, subcomisaria del departamento judicial, junto a su equipo de trabajo, hará que no no paren hasta esclarecer y conseguir esclarecer como sucedieron los hechos.

Vanina tiene que hacer uso más de su intuición y experiencia profesional que de las pruebas que tiene del caso. Comenzará por obtener información de las personas que vivieron en aquella época, asunto algo complicado ya que algunos han fallecido. 
En todo este recorrido la escritora nos hace una descripción tanto de las costumbres, rivalidades entre lugares como de las comidas típicas de la zona. 

Vanina en el transcurso de la investigación tiene la suerte de coincidir con el comisario Patenè, ya jubilado, que llevó la investigación del asesinato ocurrido en la villa en el pasado, un caso cerrado y con un culpable del mismo, aunque Patenè no lo vio en si día muy claro y accede a colaborar con la nueva investigación.

Dado que la investigación transcurre en dos tiempos, pasado y presente, la autora hace uso de bastantes personajes secundarios. Algunos de ellos adquieren peso y protagonismo, y, sin embargo otros de ellos no aportan nada interesante en la trama.

Como conclusión final decir que la trama inicial con la que arranca la investigación es algo lenta pero conforme avanza la lectura se acrecienta el ritmo y llega a ser adictiva hasta el final.
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