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Montse Triviño (Traductor)
ISBN : 8419004510
352 páginas
Editorial: Duomo ediciones (20/03/2023)

Calificación promedio : 4.15/5 (sobre 13 calificaciones)
Resumen:
Un nuevo y espinoso caso de Vanina Garrasi, la investigadora acogida con un entusiasmo enorme

"Un delicioso regreso a la mejor novela policiaca siciliana." Domingo Villar
"Si no conocen a la subcomisaria Vanina, esta es una gran oportunidad." El País, Juan Carlos Galindo
Son las cuatro y media de la mañana. Desde su barca, el doctor Manfredi Monterreale y Sante Tammaro, periodista de una publicación digital, vislumbran en la costa a un h... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (9) Ver más Añadir una crítica
carlotenia
 14 June 2023
Los casos de Vanina Garrasi, nuestra protagonista, no son siempre fáciles, de hecho son la mar de rocambolescos. Los cuerpos a los que se tiene que enfrentar y encontrar al culpable no se lo ponen en bandeja. O están momificados y tienen 50 años de antigüedad de muerte, o, como en el caso que nos ocupa, directamente no aparecen, por eso ella tiene que tirar de toda su lógica, intuición y experiencia en interrogatorios, conocimiento de criminales y también casualidades, para poder resolverlos.

Todo comienza porque un periodista y un médico amigos están pescando de madrugada al candil, un método que los hace casi invisibles, para los peces, y para cualquier otro que esté cometiendo un crimen. Desde su barca observan como a lo lejos, entre las rocas, un hombre carga con una pesada maleta y la tira al mar. Los dos, especialmente el periodista, por deformación profesional, sospechan que algo turbio hay detrás, si alguien está tirando una maleta que arrastra a duras penas porque pesa muchísimo, lo que tiene dentro no puede ser nada bueno. Así que deciden avisar a la policía, en concreto a una persona del equipo de Vanina Garrasi, ya que uno de ellos es amigo. Casi casi a la vez, la misma Vanina recibe una llamada anónima de una mujer que denuncia que en un chalet se ha cometido un asesinato y han matado a una chica. Como todo se produce en el mismo tiempo, empiezan a cruzar datos y piensan que la misteriosa maleta puede contener el cuerpo de la chica. van a visitar el chalet y se encuentran con una fiesta inacabada, de esas fiestas gordas donde hay de todo, sangre, y más indicios de un crimen. El chalet estaba alquilado por una chica llamada Lorenza Iannino, que trabaja en un bufete de abogados y no ha acudido a su puesto de trabajo. Por todo ello sospechan que la chica asesinada es ella, aunque en principio sólo pueden investigar e informar de su desaparición.

Ya veis que como os decía, es todo rocambolesco, ya en la primera novela vemos que Vanina Garrasi no es una investigadora normal. Tiene un don, una intuición innatas para detectar cosas que los demás de su equipo no ven, o bien para decidir lo que hay que hacer en cada momento, dar prioridad a lo que hay que comprobar para sacar a la luz la verdad. Por eso es famosa en el mundillo, en la prensa y demás. Ella aterrizó en Catania huyendo de sus orígenes por una pesada losa que la persigue (en realidad más de una), y aunque cuando vuelve a su hogar le puede la añoranza, en Catania es muy feliz y no quiere volver porque pesan más los malos recuerdos y ese pasado que el lugar donde se crió. Me encanta esta subcomisaria, que fuma mogollón, que los tiene bien puestos, que trata a su equipo estupendamente, aunque a alguno lo tiene que poner a raya, que tiene un buen sentido del humor, y que a veces se deja llevar por sus sentimientos, como todo el mundo, me parece muy real, no esas policías que a veces nos venden que son super heroínas y no son muy creíbles. A mi Vanina me tiene ganada. Pero no sólo ella, sino casi todo su equipo, sus amigos, su compañera Marta, que es vegana y a la pobre le hacen la vida imposible con la comida, su amigo forense con el que le encanta ver películas antiguas y hacer cineforum... Es todo como muy real. Como no destacar al comisario ya jubilado Patanè, que la ayudó a resolver el primer caso y en este también tendrá una labor muy importante. Es un personaje entrañable que me gusta mucho. Además es de esos italianos aduladores que no pierden la seducción con la edad, así que podremos asistir a escenas de celos con su mujer cuando está Vanina delante que nos dejarán una sonrisa. Aunque estemos en una investigación policíaca la autora nos deja algunos momentos de humor o comentarios sarcásticos e ingeniosos que se agradecen.

Precisamente hablando de los personajes, algunos compañeros de lectura conjunta han tenido alguna dificultad para recordar todos los nombres. Es cierto que son bastantes, porque se nombra a todo el equipo de la protagonista, a varios fiscales, a bastantes sospechosos, vecinos a los que interrogan... También pasa otra cosa, que a veces los nombra por los nombres y otras veces por los apellidos, supongo que la autora lo ha hecho para no ser tan repetitiva. Pese a todo esto, a mí en esta ocasión no me ha pasado, la verdad es que los tenía bastante controlados, pero sí es cierto que en la primera novela si estuve un poco perdida. Si os enfrentáis por primera vez a esta serie, sí aconsejo que os hagáis un pequeño esquema y vayáis apuntado los nombres con apellido del equipo principal para saber en todo momento de quién se está hablando.

Si tengo que hablar de personajes, también tengo que hablar de Catania, que es como otro personaje más. La autora nos va dejando pinceladas de los lugares, las calles por las que se mueven en la investigación, se menciona el volcán del Etna (que fue muy importante en la primera novela) y yo no tengo más remedio que investigar un poco y ya me he enamorado del lugar donde transcurre la novela. Si ahora mismo me propusieran un viaje, elegiría Catania! Por otra parte, algo que ya comenté cuando reseñé la primera novela y lo vuelvo a hacer ahora es que la autora nos ofrece un despliegue de exquisiteces culinarias de la zona que me encantan, nos habla de la gastronomía local, cuando el equipo hace una parada a comer, o cuando la vecina de Vanina, Bettina, una mujer que me tiene conquistada, la invita a comer a su casa las delicatessen que han sobrado de sus "tardes de divorciadas". Es inevitable ir investigando y viendo por internet de qué nos habla cuando hay alguna comida, y la verdad es que se hace la boca agua. Es algo que sólo me he encontrado en esta serie, he podido conocer comida en una novela en la que la protagonista trabajaba en una pastelería por ejemplo, pero que aparezca tanto, explicado además, con los ingredientes y demás, en una novela negra, a mí me parece super original y me encanta!

Vamos a ir asistiendo como espectadores de primera fila a la investigación que realiza todo el equipo, ya sabéis, policía judicial, recogida de muestras, interrogatorios, sospechosos por doquier, entra en escena un personaje muy turbio, de apellido Ussaro, un abogado que ya desde primera hora tiene un despotismo y arrogancia que ya nos echa para atrás, pero cuando vayamos descubriendo más, la cosa se quedará corta. Vanina sabe que hay que escarbar en el pasado, algo a lo que la ayuda el comisario jubilado que se ha convertido en su admirador y colaborador, y la verdad es que es increíble como va tirando del hilo, con cosas de hace 20 años, y como las une con la actualidad y lo va desgranando todo. Da gusto. No es una novela que tenga un ritmo enloquecedor, va nunca mejor dicho "piano piano" pero lo hace de manera tan trabajada, mezclando la investigación con temas de la vida de los protagonistas que son muy interesantes, que es una trama que no se nos hace aburrida ni cuesta arriba para nada. Eso sí, al final de la novela, la cosa se dispara algo más, y tendremos un par de giros que yo por lo menos no he visto venir, sobre todo el último, porque yo me iba por otros derroteros. Así que sorprendida me hallo.

En definitiva, una trama bien urdida que ha hecho que la novela me vuelva a gustar, incluso me atrevería a decir más que la anterior, porque el reencuentro con personajes conocidos siempre es amable, y que ya espere con ganas el tercer caso de Vanina Garrasi. Os gustará a quienes os gusta la novela negra, una novela policíaca al más puro estilo italiano, donde encontraremos un árduo delito (o varios), que tendrán sin dormir a nuestro equipo de investigadores, y que irán acompañados de momentos de fina ironía, de antiguas historias dramáticas y de una suerte de personajes que no nos dejarán indiferentes. Os la recomiendo sin dudas!

Por cierto, si os apetece echarle un ojo a mi reseña de la primera entrega, aquí os la dejo. Os podéis hacer un doblete: https://losauguriosdelaluna.blogspot.com/2022/03/resena-novela-arena-negra-un-caso-de.html
Enlace: https://losauguriosdelaluna...
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Beatriz_Villarino
 19 August 2023
Gusta leer una novela ambientada en un pueblo, casi idílico, donde las calles dan al mar y los vecinos están para acompañarte y echar una mano cuando es necesario. En este escenario se desenvuelve Vanina Garrasi, una subinspectora siciliana que cuenta con un equipo de confianza, que la aprecia, sabe su valía y no duda en trabajar lo que haga falta. Menos mal, porque el caso que llevan entre manos en La lógica de la luz es algo enrevesado. Leí Arena negra, de Cristina Cassar Scalia, básicamente porque había oído que era la sucesora de Camilleri, y disfruté con la novela, así que el segundo caso de esta policía de Catania me apetecía muchísimo.

La autora continúa con el sello de la novela negra clásica italiana, el gusto por la comida de la subinspectora es evidente; en esta ocasión se encuentra con el pediatra Manfredi Monterreale que supera incluso las dotes culinarias de Bettina, por lo que Vanina va a disfrutar de los mejores platos sicilianos.

Las alusiones a Arena negra son casi constantes, de esta forma nos enteramos de la vida privada de la subinspectora, el asesinato de su padre, «el inspector, Giovanni Garrasi, asesinado veinticinco años atrás por un comando de la Cosa Nostra delante de sus propios ojos»; su relación sentimental, que promete eterna e inconclusa, con el juez Paolo Malfitano «la precipitada boda de Paolo con Nicoletta Longo solo había sido una consecuencia más de esa gilipollez»; el respeto y cariño que finalmente le tiene a la nueva pareja de su madre y el aire fresco del contexto que, curiosamente, viene de la mano del comisario octogenario Biagio Patané quien a pesar de estar jubilado juega de nuevo un papel esencial en la resolución del caso.

La intriga está servida: Una chica, Lorenza Iannino, desaparece al tiempo que encuentran una maleta en el mar, vacía y con restos de sangre. Monterreale y el periodista Sante Tammaro, amigos del inspector Spanó, ven a alguien la noche anterior transportando una maleta pesada que deja en las rocas del acantilado. Todo indica que se trata del mismo asunto, así que el equipo de Garrasi se pone en marcha para descubrir lo que pasó realmente.

En esta novela nada es lo que parece, Iannino recibía dinero de su hermano y su cuñada para poder llegar a fin de mes, pero tenía alquilado un apartamento de lujo y era dueña de un vestuario exclusivo de gran valor. Además, todos los personajes implicados van complicando la resolución incluso, como en Arena negra, el sospechoso los lleva a otro caso de cuarenta años atrás, en el que a pesar de haber sido acusado por la hermana de la víctima, sale indemne por el testimonio de los propios padres de las chicas. Aquí, la labor de Patané es clave, por lo que finalmente solucionarán ambos casos y sacarán a la luz asuntos en los que, cómo no, la mafia está implicada.

La trama mantiene la expectación, hay varios giros finales que ayudan a que el lector permanezca en vilo a pesar del ritmo lento del principio. Habremos de pasar el ecuador de la novela para que la acción surja. Las primeras cien páginas contienen información sobre el entorno de la desaparecida y ciertas digresiones sobre la vida y fracaso familiar de algunos de los policías de Catania. Con la llegada de nuevos personajes, lo que parecía sencillo se complica, hasta dar la impresión de que no va a ser posible resolver el problema del inicio, pero Vanina tiene un sexto sentido que se acrecienta con el trabajo constante, «Esta vez, sin embargo, había algo distinto, una urgencia que la obligaba a pisar el acelerador […] la pista justa, seguida con la determinación de un perro de caza que corre hacia su presa siguiendo algo que sólo él capta».

El asunto engancha pues, si el crimen es casi perfecto, la investigación también. Además siempre es agradable recordar argumentos del maestro Camilleri en las denuncias a la mala gestión que los políticos realizan en los municipios aunque, en lo referente a las costumbres, Cassar Scalia mantiene la ironía oculta en un cariño absoluto por su tierra «Casi echaba de menos la mugre de las escaleras de hierro, empinadas e incómodas; la imagen del mostrador repleto de arancine que chorreaba aceite, medio aplastadas en bandejas que llevaban meses sin ver un estropajo […] ¡Ah, Sicilia! ¡Ah, Italia!».

El método Camilleri se mantiene en el título y la leyenda que lo rodea, que siempre arroja cierta claridad en la resolución del caso, «La pesca al candil tiene su propia lógica. Hay que encender la luz…». Y, por supuesto, el buen humor entre compañeros no falta en ningún momento. Probablemente, por el buen hacer de todos y una profesionalidad intachable, por el papel tan igual que la mujer y el hombre juegan en el trabajo y en la vida privada de la novela, me llama la atención la forma en que Vanina se dirige a su equipo «—A ver, niños, vamos a hablar claro», en más de una ocasión. Asimismo rechinan faltas de concordancia y ortografía, fruto, no me cabe duda de un defecto de traducción, pero no favorecen a la autora. «Incluida el comisario», «sino podrían haber parado a cenar», «Ni un aspirante a sacerdote que resulta ser alérgico a las ostias».

Aun así, la novela es entretenida y recomendable.

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JavierFP
 11 April 2023
“Arena negra” fue uno de mis libros favoritos de 2022 así que, cuando me enteré que Duomo publicaba la segunda entrega de la serie, di saltos de alegría. La serie de la Subcomisaria Vanina Garrasi ha cosechado un enorme éxito en su país y, después de leer este segundo caso, entiendo el porqué. Todo aquello que me enamoró en “Arena negra” vuelve a estar presente en “La lógica de la luz”, siendo éste igual de bueno que su predecesor.

Una maleta arrojada a las rocas. Una llamada anónima informando haber sido testigo de un asesinato la noche anterior. Cuando Vanina Garrasi y su equipo empiecen a juntar las piezas descubrirán que ambos hechos están relacionados, debiendo enfrentarse a un caso en el que nada es lo que parece a primera vista.

Uno de los aciertos de la serie es que tiene elementos de la novela negra italiana más actual pero con el regusto de las novelas clásicas de misterio, alejándose del thriller para centrarse en los personajes y una meticulosa investigación policial.

El éxito radica en unos personajes fantásticamente construidos a los que, con solo dos entregas, ya quiero como si llevasen conmigo toda la vida (me parece inconcebible que alguien pueda leerlo y no adorarlos a todos, del primero al último). Si en el primer libro podía haber cierta confusión, ya que algunos de los policías resultaban prácticamente intercambiables, en esta segunda parte todos los miembros del equipo de Vanina empiezan adquirir identidad propia, ofreciendo pequeñas pinceladas de sus vidas personales.

Vanina es una tía fuerte, tenaz, que sabe lo que quiere, aunque en el terreno personal están empezando a aflorar ciertas dudas. Su pasado sigue estando muy presente, y al finalizar la historia la dejaremos en un momento clave, cuya resolución estoy deseando conocer. Su relación con el comisario jubilado Biagio Patanè resulta una auténtica delicia de leer.

Patanè es un personaje de lo más entrañable. Me encantó ver cómo se le sigue respetando en la comisaría, a pesar de estar ya retirado, y cómo éste sigue en plenitud de facultades, apuntándose a un bombardeo (muy a pesar de su esposa 😅).

Un estilo sencillo que atrapa desde las primeras líneas, con esas pequeñas dosis de humor e ironía que tanto me gustan, una ambientación espectacular y unos diálogos que fluyen como la seda, hacen que el libro se lea prácticamente del tirón. Y como en toda buena novela italiana, la gastronomía local conseguirá que se os haga la boca agua mientras leéis.

Aunque me formé una teoría hacia la mitad (que más tarde se vio confirmada en parte), eso no hizo que mi interés decayese en ningún momento, sino que aumentó, ya que el verlo tan claro me hizo sospechar que algo mayor estaba por llegar (como así fue), logrando sorprenderme hasta el final.

Siento una profunda envidia de los italianos que ya tienen otras cuatro entregas de la serie publicadas. Una de dos, o me lío a poner velas a todos los santos para que Duomo nos traiga pronto la tercera parte, o más me vale ir apuntándome a un curso de italiano express, porque necesito más Vanina Garrasi en mi vida.
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Rosa_Halcombe
 20 April 2023
Son las cuatro y media de la mañana. El doctor Manfredi Monterreale y el periodista Sante Tammaro están practicando la pesca al candil desde una barca muy cerca de la costa (justo lo que ilustra la preciosa cubierta de Davide Abbati). Así ese par de amigos se convierten en testigos privilegiados de un posible homicidio: un hombre arrastra con dificultad una pesada maleta hasta las rocas, la tira y sale pitando junto a un cómplice.

Al día siguiente una llamada anónima a la comisaría alerta a Vanina Garrasi de una desaparición y posible crimen. Vanina relaciona un hecho con el otro, concluye que las casualidades no existen y que quizá la persona dentro de la maleta era la joven desaparecida, Lorenza Iannino.

Así se pone en marcha la investigación. Tirando con paciencia del hilo, Vanina y su equipo descubren la doble vida de Lorenza Iannino, una abogada intachable que había alquilado un chalé a espaldas de su círculo más cercano y donde organizaba fiestas desenfrenadas con alcohol y drogas. Y fue en una de estas fiestas donde desaparece. La trama avanza y todo parece apuntar a una persona turbia de su entorno laboral. de hecho, ahí hacen un paralelismo con la pesca al candil que me ha gustado y que, por cierto, da pistas de por qué el libro se llama así:

—Mire, Tammaro, es como si este homicidio hubiese encendido un foco justo encima de [un sospechoso] y, poco a poco, nos estuviese permitiendo descubrir otras muchas cosas. Lentamente, una a una, todos los días salen a la luz cosas nuevas. [...]

—Como con el candil. Ya saben, esa luz potente que se monta en la barca y que sirve para atraer a los peces. [...] La pesca al candil tiene su propia lógica. Hay que encender la luz, guardar silencio y estarse lo más quieto posible mientras se van preparando las redes. Tarde o temprano, hasta los peces mejor escondidos suben a la superficie. Y, una vez allí, ya no pueden escapar.

Vanina pensó que era la imagen perfecta para describir el caso.

Debo decir que ya al inicio de la historia empecé a olerme por dónde iban a ir los tiros y no fallé, pero la autora se guarda unos cuantos ases bajo la manga y en el último tercio del libro nos plantea un par de giros de guion que no me he visto venir para nada y me han parecido muy bien traídos. Y es que, a pesar de que el equipo de Vanina avanza implacable recogiendo pruebas y siguiendo pistas, a la subcomisaria las piezas no acaban de cuadrarle, y su veterano olfato policíaco no la abandona hasta llegar a los giros del mismísimo final del libro.

Por el camino, acompañamos a Vanina en un paseo gastronómico por Sicilia (la subinspectora no siempre tiene tiempo para comer, pero ay, cuando lo encuentra...) y la narración está salpicada de referencias al cine clásico italiano. Me he descubierto buscando en Google más de un actor o actriz clásicos con los que la autora comparaba a sus personajes para hacerme una idea de su aspecto físico.

Y por último, sigo opinando que me gusta el personaje de Vanina Garrasi, con sus demonios del pasado (la muerte de su padre, un amor al que no sabe si cerrarle la puerta definitivamente o abrirla de par en par), sus cafés con bollos de crema y sus noches sosegadas en el huerto de los cítricos de su casa, sentada en una silla de hierro, envuelta en una manta y cigarro en mano, con la vista fijada en el Etna.

Cogió un último cigarrillo y se lo fumó en paz con la mirada fija en la «muntagna», que le hacía compañía expulsando un hilillo de humo.
Todas mis impresiones han sido positivas, pero una pega sí que le voy a poner a este libro (algo que también pasaba en el anterior): la cantidad de personajes que hay, todos con nombres italianos que me costaba distinguir. Además al personaje te lo presentan una vez y ya, luego tienes que confiar en la memoria (o en el papel, porque os aseguro que al final he optado por irme anotando quién es quién en un folio, jejeje). Lo bueno es que al equipo policial más cercano a Vanina ya lo vamos conociendo del libro anterior y todos acaban resultando entrañables; están muy bien caracterizados y sus andanzas se leen con gusto. En definitiva, es una lectura en la que, por el montón de personajes, la abundancia de datos y los giros de guion, hay que estar bien atento. Pero el resultado es una novela policíaca con tintes clásicos y sabor italiano que no decepciona.

La traducción es de Montse Triviño (creo que el original tiene mucho de dialecto siciliano y no creo que haya sido fácil de traducir, pero suena todo muy idiomático en español) y el libro se acaba de publicar hace unas pocas semanas. Buenos fichajes para el Día del Libro, que ya está casi ahí...

Enlace: http://lavidanobasta.blogspo..
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islamilpalabras
 18 April 2023
Un periodista reputado y un médico están pescando al candil, una técnica que necesita de silencio y mucha paciencia, cuando desde su barca ven como la figura de un hombre anda por las rocas con una maleta que tiene toda la pinta de pesar mucho, y la arroja a las rocas. Los dos se quedan escamados, pero esa noche no le van a dar la importancia adecuada. Por otro lado, la subcomisaria Vanina Garrasi recibe una llamada en su teléfono personal en la que le informan de que se ha cometido un asesinato en un chalet de la costa. Cuando las casualidades convergen y se puede comprobar que los dos casos están relacionados, el equipo comenzará la investigación. La casa en la playa donde supuestamente se ha cometido el asesinato es propiedad de un político y se la tiene alquilada a una abogada Lorenza Iannino, que al parecer ha desaparecido. Todos los indicios apuntan a que fue asesinada en una fiesta con sexo y drogas que se fue de madre. La gente del entorno de la abogada no sabía nada acerca del alquiler de la casa ni nada de lo que la policía comienza a averiguar.
El equipo se pone en marcha y comienza la búsqueda del cadáver desaparecido. Y aquí es cuando nos vamos a ir reencontrando con los policías que ya conocimos en la anterior entrega. Y que tanto me cuesta recordar, los nombres, y es que unas veces los llama por el nombre, otras por el apellido e incluso por los motes, algo que hace que, a mí personalmente, te hagas un lío. No dura demasiado ese lío, porque aquí están mucho mejor perfilados y resultará fácil reconocerlos por su personalidad. Vanina, independiente, amante del buen comer y el cine siciliano, lastrada por un pasado marcado por la mafia, a la que probablemente tenga que volver a hacerle frente, Spanò, su compañero de trabajo que es avispado y con el que se compenetra perfectamente, Lo Faro, un poquito torpe, pero con buenas intenciones y muchas ganas; Marta que tiene un secretillo que no lo es tanto y que es muy buena con los datos y Nunnani, que tiene un amor platónico, que tiene toda la pinta de seguir siéndolo.
El otro componente del grupo es el comisario jubilado Biagio Patanè, servicial, encantador, permanentemente sorprendido por las nuevas tecnologías y con unas inmensas ganas de sentirse activo con la total oposición de su esposa Angelina.
A la hora de resolver el caso nos vamos a marcar un buen viaje por la región de Catania, donde nos veremos sumergidos de forma intensa, aunque nada pretenciosa por parte de la autora que nos desliza una ambientación única sin dar detalles de más. Las vistas, los aromas y sabores van a estar ahí de mano del restaurante de Nino, Angélica y la muy amable vecina de Vanina, os aconsejo que tengáis algo a mano para picar, porque se os va a hacer la boca agua con las viandas, con la ventaja de no vais a engordar.
El caso en sí se va a ir resolviendo gracias a la cabezonería de Vanina y sus corazonadas, y el buen hacer de sus compañeros. al principio crees que lo vas a ver venir, pero te pega una media vuelta que te deja con la boca abierta y remata de forma más que adecuada. Te deja preguntándote sobre la justicia y si es tan justa como queremos pensar que lo es.
Una buena novela de intriga que se puede leer al margen de la anterior, con unos personajes entrañables, una trama bien llevada, diálogos creíbles y que te vuela en las manos.


Enlace: https://laisladelasmilpalabr..
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Citas y frases (6) Ver más Añadir cita
Rosa_HalcombeRosa_Halcombe17 April 2023
—La pesca al candil tiene su propia lógica. Hay que encender la luz, guardar —silencio y estarse lo más quieto posible mientras se van preparando las redes. Tarde o temprano, hasta los peces mejor escondidos suben a la superficie. Y, una vez allí, ya no pueden escapar.
Vanina pensó que era la imagen perfecta para describir el caso.
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islamilpalabrasislamilpalabras18 April 2023
La pesca al candil tiene su propia lógica. Hay que encender la luz, guardar silencio y estarse lo más quieto posible mientras se van preparando las redes. Tarde o temprano, hasta los peces mejor escondidos suben a la superficie. Y, una vez allí, ya no pueden escapar.
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librosxdoquierlibrosxdoquier03 May 2023
Quien siembra el pánico también siembra el odio, comisario. Y el odio, tarde o temprano, siembra venganza
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Rosa_HalcombeRosa_Halcombe17 April 2023
Cuando uno cede a los sentimientos y le empieza a costar ignorarlos, tarde o temprano tiene que admitirlo. Es cuestión de tiempo. De lo contrario, se arriesga a una vida de infelicidad.
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Rosa_HalcombeRosa_Halcombe17 April 2023
Cogió un último cigarrillo y se lo fumó en paz con la mirada fija en la «muntagna», que le hacía compañía expulsando un hilillo de humo.
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