Unos instantes antes todo eran risas y animación; ahora se mostraba más severas que un juez y más grave que un sabio. ¡Qué mujer tan extraña!
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Unos instantes antes todo eran risas y animación; ahora se mostraba más severas que un juez y más grave que un sabio. ¡Qué mujer tan extraña!
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Ha buscado usted para ella las flores más costosas; se ha estrujado la cabeza para idear regalos más delicados: esos que solo las mujeres saben imaginar.
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No era un hombre hecho de arcilla normal, ni de materiales groseros; si los contornos de su naturaleza habían sido trazados con líneas gruesas y vigorosas, su interior mostraba en cambio una delicadeza casi femenina: un refinamiento mucho mayor del que uno podía esperar, del que uno podía creer inherente a él, incluso después de conocerle muchos años.
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Todos nos creemos fuertes en algunas cuestiones, todos nos sabemos débiles en otras muchas
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Le pregunto, asimismo, que pensaba que haría Alfredo de Hamal con los preciosos fragmentos de ese corazón que ella había roto… ¿los guardaría en un frasco de perfume y los conservaría en esencia de rosas?
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Amaba aquel tesoro como un pájaro ama sus huevos
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Vivía a una casa llena de vida; podía haber tenido compañía y elegí la soledad
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Que camino tan corto recorren algunos para llegar a un punto que a otros les parece inalcanzable
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Y en medio de él, rodeada de infinidad de telarañas, ¿acaso no se había asegurado de que la señorita Lucie se viera torpemente involucrada como la necia mosca que era?
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Quizá el no estuviera enamorado; pero ¿cuentas personas se enamoran de verdad, o al menos se casan por amor en este mundo? Todos esperábamos el desenlace.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises