Agnes Grey

4.5
Tal vez la menos conocida de las hermanas Brontë, Anne nos presenta una hermosa, calida y muy bien narrada historia en torno a Agnes Grey, un personaje maravilloso, de enormes cualidades y hermosos sentimientos. Sin duda una lectura encantadora. Totalmente recomendada.

La primera novela de Anne Brontë, publicada en 1847 cuando la autora tenía 27 años, me ha envuelto en sus páginas desde el primer capítulo. Nos narra las vivencias de Agnes Grey, una joven cuya buena familia cae en la miseria. Agnes se verá obligada a salir de la burbuja familiar en la que siempre ha vivido para enfrentarse al mundo real y conseguirá un empleo de institutriz donde se topará con muchas injusticias.

Si algo ha logrado Anne con esta historia es que empatice con su personaje protagonista, y juega un papel importante que para el desarrollo de la novela se basara en sus propias experiencias como institutriz. Los hechos se sienten reales, y podemos fácilmente ver el reflejo de la autora en Agnes. Muy interesante la crítica que expone al menosprecio que recibían estas figuras femeninas por parte de las familias adineradas durante la época. Por otro lado, me ha maravillado cómo está escrito y la delicadeza que desprenden las palabras de Anne sin recurrir a grandes artificios. Es una narración sencilla, costumbrista y natural que fluye con una gran belleza.

Una novela profunda, realista y bien armada bajo su aparente simplicidad (que suele ser lo que más se le achaca) con una protagonista valiente y fiel a sus valores que crece en cada página. Me ha dejado un muy buen sabor de boca y estoy deseando seguir con la siguiente obra de la autora.

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Agnes, hija de un clérigo sin muchos recursos y una madre desheredada por un matrimonio poco conveniente; creció en un hogar lleno de amor, respetable y tranquilo. Decidió convertirse en institutriz, aún cuando su familia creía que no se encontraba preparada para tal ocupación. Sin embargo, para ella era una decisión tomada y así, con mucho entusiasmo, partió a cumplir su sueño; encontrándose con una realidad poco alentadora, donde era tratada con desdén y sin mayor respeto. Agnes, una muchacha con un temperamento dócil, apaciguado y tranquilo, deberá aprender por sí sola, que la vida está llena de tropiezos y que nunca debemos perder el optimismo.

Esta es la primera obra escrita por Anne, la menor de las hermanas Brontë, basada en sus propias experiencias personales como institutriz; con la que mostró que también fue bendecida con el talento de la escritura y convirtiéndose así en un referente de la literatura.

Una historia que disfrute muchísimo, a pesar que en variadas oportunidades su protagonista era demasiado sumisa para mi gusto, dejando que los demás la ultrajaran sin reparo y sin contemplaciones. Es una obra, maravillosamente escrita; su prosa y narrativa hacen que el lector se adentre de una forma fácil. En lo personal, me dejó un buen sabor de boca la menor de las Brontë y espero poder leer más de sus obras.
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El año pasado leí “La inquilina de Wildfell Hall”, de la misma autora, y fue una de mis mejores lecturas. “Agnes Grey” no llega al mismo nivel, aún así me gustó mucho.

Es un libro bastante corto que narra las desventuras de Agnes Grey, una joven muy humilde que decide ponerse a trabajar de institutriz en una familia acomodada para ayudar a su familia.

Me hizo ilusión volver a encontrar la narración de Anne Brontë, que tanto me había gustado en su anterior obra. Creo que de las tres hermanas, es la que relata con más crudeza. Aquí, lo podemos ver en la primera parte de la obra, pero sin llegar a los niveles de “La inquilina de Wildfell Hall”. También está muy presente siempre en sus obras la fe en Dios.

Es una obra sin muchas pretensiones, se lee muy rápido y deja muy buenas reflexiones. de momento, es la que menos me ha gustado de todas las que he leído de las hermanas Brontë, sobre todo porque se queda algo corta. Lo he disfrutado mucho más al tratarse de una lectura conjunta.
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Es una historia sencilla, con un argumento que no sorprende en libros de la época, y a pesar de ello, me ha parecido muy interesante vivirlo a través de la introspección de la protagonista. La primera parte del libro no me ha apasionado, por lo insoportable de la situación y los horrores de niños. Aunque horror de personas hay para dar y regalar. Somos testigo de los malos ratos que está obligada a pasar Agnes a manos de personas bastante horribles, pero sin caer en caricaturizarlas. Es curioso lo fácil que es ver el reflejo de esas personas en nuestro tiempo. al final, la humanidad no cambia tanto (o nada) de una época a otra. de un modo u otro, el libro me ha provocado diferentes reacciones dependiendo de las escenas que me presentaba, y eso siempre es buena señal.

Pasado ese primer tercio, la historia me ha atrapado bastante más. Se presenta de manera que a veces sabes más que la propia protagonista que, a veces por su inocencia, no sabe interpretar algunas situaciones que se desarrollan ante sus ojos. Ves cómo se va desplegando la historia poco a poco, y aunque es fácil prever hacia dónde nos llevará, me ha gustado mucho cómo ha narrado ese proceso.
Como decía, es una historia sencilla, sin mucha chicha, y aún así, creo que tiene más de lo que parece.

No había leído aún nada de Anne Brontë, y visto que la obra de una de sus hermanas me gustó mucho, pero la otra nada, no sabía qué me iba a encontrar con esta hermana. Pero el caso es que me ha gustado más de lo que esperaba, así que yo encantada.

3,25. Agnes Grey es una jovencita integrante de una familia pobre, que decide ponerse a trabajar de institutriz para valerse por sí misma y ayudar a su familia en todo lo que pueda. Ilusionada y con confianza en sí misma, la acompañaremos en su primer trabajo: se va a vivir a Wellwood House para encargarse de la educación de los hijos de los Bloomfield, los cuales pondrán su paciencia y sus capacidades a prueba. Luego también la acompañaremos a Horton Lodge, donde en esta ocasión será la institutriz de los hijos de los Murray, más concretamente de sus dos hijas, que tampoco se lo ponen fácil a nuestra querida Agnes. En dichas vivencias verá la maldad y la hipocresía humanas, conocerá a personajes verdaderamente desagradables y altivos, pero también a otros humildes y bondadosos que le darán cierto respiro en esa vida solitaria y alejada de los suyos. ¿Qué le depara el futuro a esta joven institutriz hija de un clérigo pobre?

Esta novela nos adentra en lo que era ser institutriz en esa época, lo doloroso de abandonar la casa de origen para ir a vivir a casas extrañas y encargarse de niños/as en su mayoría malcriados, sin autoridad alguna ni permiso para poder controlarlos; se observa cómo no solían estar bien valoradas socialmente las institutrices, tratadas con muy poca consideración, siendo educadas y formadas solían recibir un trato muy desdeñoso.

Agnes es un personaje bastante pasivo, de delicada sensibilidad, no muy dada a sacar los pies del plato, ni siquiera cuando es necesario; no defiende su dignidad aunque la pisoteen una y otra vez; se deja ver en ella un gran convencimiento y adoctrinamiento religioso (incluso llega a sentirse mal por dedicarle sus pensamientos a un hombre en lugar de a Dios), sufriendo en silencio y orando ante sus experiencias desdichadas, pero no siendo ella la que busque cambiar las cosas. Personalmente, este tipo de personajes me desesperan un poco.

La lectura no me ha parecido aburrida pero tampoco me ha enganchado en exceso, diría que de los medios al final mejora bastante y me tenía más expectante. Además la escritura de Anne me gusta, sus descripciones y su forma de narrar me llenan. Describe vivencias, aunque sean simples como puede ser un paseo por la orilla del mar, de forma muy bella; y lleva a cabo reflexiones muy interesantes a través de su protagonista.

Me ha parecido inferior a La inquilina de Wilfell Hall (también obra de la autora), pero es algo que ya esperaba, y lo que me chirrió en esa obra sobre su alta carga religiosa, en esta también lo he encontrado; Anne Brontë era muy religiosa, fervientemente diría yo, y lo deja relucir muchísimo en sus obras (para quien guste de estos temas, bien, para el que no pues que sepa que las cuestiones y normas religiosas están bastante presentes), aunque también deja su crítica a los cargos religiosos abusivos e hipócritas.

En definitiva, me ha gustado leerlo y he disfrutado de la novela, pero sin llegar a engancharme y con una protagonista demasiado pasiva para mí gusto pero de la que también se aprenden cosas y con la que se puede llegar a empatizar.

"Agnes Grey" es de momento es libro que menos me ha convencido del universo Brönte. El ritmo de la novela es un poco lento para mi gusto y la moralidad está demasiado presente en todo momento.

La pluma de Anne Brontë me recuerda, en ciertos puntos, a la de su hermana Charlotte Brontë. Ambas crean personajes con un carácter muy sereno y pacifista, y muy devotos, pero con ciertas ideas muy revolucionarias para su época. Por ejemplo, cuando Agnes Grey habla de la independencia económica, algo que en ese momento era impensable, ya que las mujeres se casaban para que luego sus maridos trabajasen por ellas.

Anne, en comparación con Charlotte, le da más importancia al crecimiento personal de su personaje principal y a sus objetivos como mujer que quiere independizarse para vivir de su sueldo. Es algo que me ha fascinado mucho de esta novela, ya que el eje principal pasa a ser la figura de Agnes Grey y su evolución, no una historia romántica entre ella y un hombre.

Otro punto que me ha gustado mucho es que Agnes Grey, como personaje, es una mujer lo suficientemente flexible para comprender los comportamientos de sus alumnos, tanto los egoístas como los buenos. Ella comienza siendo una adolescente que cree en sus capacidades, pero que no está muy segura de poder dirigir a sus alumnos más mimados hacia buenas acciones. Sin embargo, como ella se dio cuenta más tarde, todo puede suceder si se tiene la paciencia y sutileza adecuadas.

La fortaleza que muestra Agnes Grey frente a los problemas me ha fascinado, porque ella se da cuenta de lo mal criados que están los niños y como sus padres los protegían, haciéndole la vida imposible a ella. Y eso, no la ha detenido en su deseo de enseñar.

Relacionado con ello, Agnes siente una angustia profunda cuando no tiene una compañía agradable que le aporte algo, que le haga aprender. Es algo que he notado en todo momento a lo largo de la novela, ya que ella necesita estar aprendiendo constantemente y la sola idea de no evolucionar intelectualmente le angustia.

Por otro lado, el romance que vive Agnes me ha gustado por su sencillez y naturalidad, ya que no estaba cargada de un romanticismo posesivo, sino que ella era consciente de su deseo de querer verlo, pero también entendía si un día tuviese que olvidarse de él para seguir su camino.

En definitiva, Agnes Grey es un personaje que rompe por completo todos los esquemas de la típica mujer sumisa y callada. Ella quiere valerse por sí misma, evolucionar como mujer y persona, y realizar algo que realmente la llene.

En tanto que a la novela, me encanta como está narrada desde el punto de vista de nuestra protagonista y de forma sencilla y ligera, sin caer en muchas descripciones profundas y reflexiones tediosas. Es una novela que se disfruta por la evolución de su personaje y por la fortaleza que muestra en todo momento ante las adversidades.

La recomiendo porque es una historia ágil y sencilla que trata como eje principal la evolución de su protagonista y sus decisiones a lo largo de la novela. No se hace pesada en ningún momento, sino que invita a seguir leyendo la historia.

Sí estáis pensando en leer algún clásico que tenga su historia romántica y superación personal como mujer, ésta lectura es perfecta, además de maravillosa.
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Agnes es la hermana pequeña y la mimada de un hogar donde no abunda lo material pero si el cariño y el apoyo familiar. Nada de esto le impedirá soñar con la independecia económica y con vivir nuevas experiencias lejos de casa. La acompañaremos pues, a través de esta lectura ligera y amable, a convertirse en la institutriz de dos familias de distintas clases. Su gran capacidad de adaptación y de observación le darán a su testimonio mucha frescura y vivacidad y nos mantendran enganchados a la trama.

Al principio, me he visto reflejada en la protagonista cuando ejerce por primera vez de institutriz y se le va de las manos... los niños son unos maleducados que no obedecen y los padres que, lejos de poner en su sitio a sus hijos, fomentan la falta de respeto.

Esta es la primera novela de Anne Brontë, la menor de las hermanas Brontë, quien permaneció a la sombra de sus hermanas y publicaba bajo el seudónimo de Acton Bell. de hecho, se dice que Anne era la "Cenicienta literaria" al haber sido juzgada siempre bajo sus hermanas. Me indigna que, por padecer asma y sufrir constantemente resfriados, se le considerara débil de salud, de carácter e intelectual (lo cual, podemos ver que no era así).

En el relato nos ponemos en el lugar de una institutriz en época victoriana, en apuros y problemas familiares. al leerlo, es como estar escuchando la historia a susurros, parece muy íntimo hablando de amor y humillación, como si tratase de un secreto (de hecho, escribió textualmente "...no tengo miedo de arriesgarme y expondré cosas que no revelaría al amigo más íntimo..." y "...mi diario, de donde he recopilado estas páginas..."). Es más, su obra está considerada como su mejor biografía, por encima de los documentos existentes.

Me ha sorprendido muchísimo, gratamente, la forma de redactar de Anne. Por lo tanto, no tardaré en leer su otra gran obra, La inquilina de Wildfell Hall, donde hace una crítica social sobre la falta de derechos legales de las mujeres casadas (hablamos de 1848). Ya os contaré!