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Críticas sobre Fahrenheit 451 (142)
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Shorby
 28 August 2021
Toca un clásico… y no uno cualquiera.

Con las distopías me pasa como con las novelas epistolares, traten de lo que traten siempre me llaman la atención y absolutamente siempre las disfruto.

En esta en concreto, nos adentramos en un mundo en el que los libros están prohibidos, pues hacen pensar y claro, eso es mal, así que tenemos a los bomberos, que se encargan de hacer que todo lo que tenga páginas y cubiertas, arda sin piedad. Aunque estén en una casa con personas. Que arda todo.

Entre ellos, tenemos a nuestro protagonista Montag, que lleva tiempo con sentimientos y sensaciones encontrados en lo referente a quemar los libros… y por supuesto a las personas, si estas se resisten a dejar su casa antes de la quema. Pues si “las fuerzas del orden” detectan un libro en tu casa o simplemente alguien te denuncia, suerte, la vas a necesitar.

Y es que… ¿de verdad los libros son tan malos y hacen tanto mal a la sociedad?

Tenemos una historia absolutamente brutal, de principio a fin, plagada de tensión y momentazos buenísimos, que indiscutiblemente va de menos a más… y eso que ya empieza potente, pues aquí se trata la censura del conocimiento, como ya sucediera en otras distopías, como la también súper recomendable 1984.

En todo momento queremos avanzar, a medida que nuestra angustia aumenta junto con la de Montag, que se debate entre su deber y lo que cree es más coherente, más sensato. Más humano.

Es uno de esos librazos imprescindibles que nos hace pensar, que devoras sin darte cuenta y que acaba dejándote un nudo en la garganta. Ese último tercio de la historia y su final me encantan, aún con relectura me sigue emocionando.

La verdad es que es un libro que no es largo, se lee en dos o tres sentadas, incluso menos si cuentas con algo de tiempo… pero es de esos que tiene tantísimo contenido, que además rezuma amor por la literatura entre toda esa vorágine de desaprobación por la cultura. Y que, desde luego, es atemporal e imprescindible.

Uno de mis libros favoritos.


Enlace: http://locaporincordiar.blog..
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gladys_enmarte
 27 June 2021
Me di cuenta que es la tercera vez que leo este libro pero nunca lo reseñé. Igual ya todos saben más o menos de qué va, aunque no lo hayan leído, pero es un libro que plantea muchas cosas interesantes que dan lugar a un análisis; así que recomiendo leerlo al menos una vez.

En esta sociedad no solo se queman los libros porque están prohibidos (¿censura dónde?) sino que es una sociedad que vive "entumecida", está siempre conectada a "las paredes" siguiendo diálogos insulsos que no llevan a nada. al no leer, no tiene pensamiento crítico y es manejada como títere por el gobierno, es muy crédula y se cree todo lo que éste le dice mediante propaganda (escena muy buena es la cancioncita de la pasta de dientes). Pero Montag (el prota) comienza a cuestionarse el porqué de tantas cosas luego de conocer a su vecina Clarisse, una chica bastante diferente en esa sociedad. A ella le gusta pensar, dar paseos nocturnos o bajo la lluvia, plantearse cosas, es curiosa, cosa totalmente opuesta a lo que se espera que sean los ciudadanos. Pensar está mal, te pone triste, y ¿quién quiere estar triste? Así que este tipo de gente que hace lo contrario a lo establecido es perseguida.
Tal vez Clarisse fue la gota que colmó el vaso y Montag ya venía pensando y cuestionándose el porqué de tantas cosas, y tal vez, no estaba de acuerdo con ello. Cuando decida ver por sí mismo lo que contienen los libros, todo va a cambiar drásticamente.

Yo siempre lo digo, Bradbury tenía una bola mágica o algo así, porque "las paredes" se asemejan mucho a lo que hoy en día serían las llamadas virtuales, las "conchas" que usaban en las orejas se parecen mucho a los air pods. La gente está estupidizada mirando una pantalla todo el tiempo y no le presta atención a lo que hay a su alrededor (¿cuántas veces le han hablado a alguien y no les dio ni tronco de pelota porque estaba con el celular?).

Es un libro que nos da como una advertencia de lo que podría llegar a suceder si perdemos la habilidad de leer y de pensar. Es un libro que voy a recomendar siempre 🥰.
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Lalectora
 10 February 2021
Me gustan las distopías. Por eso no entiendo cómo no había leído todavía este libro. Pero nunca es tarde si la dicha es buena y ha sido muy buena.

Fahrenheit 451 nos sitúa en el siglo XXIV, en los Estados Unidos, en una sociedad donde ser feliz es lo más importante, pensar es malo y lo que menos necesita la gente son preocupaciones. Los libros son ilegales, han de ser eliminados y para ello están los bomberos que queman los libros a 451 grados fahrenheit, temperatura a la que arde el papel.
Montag es uno de esos bomberos que con la ayuda de Clarisse, una chica de 17 años algo peculiar (para esa sociedad) despierta de ese letargo en el que casi todos los ciudadanos están sumidos.

Es un libro lleno de simbolismo. El fuego, primero como destructor y luego como la chispa que prende la llama en el cerebro de Montag. le ilumina y le guía.

Un libro lleno de citas para enmarcar y reflexiones. Sin duda seguiré leyendo a Bradbury y no tardaré en hacerlo 😉.
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mifuga
 21 January 2021
En una graduación, hace algunos cursos, un compañero daba su discurso de despedida mientras todos asistíamos, ajenos a que no cerraba un curso, sino una carrera profesional. Estábamos inmersos en la vorágine previa a las pruebas de acceso a la universidad, y escuchamos un cierre de curso que ya nos pesaba. Incluso casi pudimos oír el rumor del mar y el ajetreo despreocupado de los aeropuertos por los que pensaba llevar sus maletas llenas de libros. Porque, ¿qué sería de nosotros sin ellos? Él, que leía con sus alumnos un libro cada año y debatía conmigo la importancia de que educaran el gusto. Yo asentía. Conmigo leen, sí. Algunos descubren a Garcilaso. Otros, a Blasco Ibáñez. Alguno se ha espantado entre Bécquer y Larra. Unas semanas más tarde nos anunció su partida, sin darnos tiempo a hacernos a la idea, y nos dejó huérfanos de historia. Yo estuve meses desnortada. Hace poco hablamos, le envié unas fotografías. No sé si el tiempo es el que cura, pero estoy segura de que lo que leemos mientras estamos heridos determina el destino de nuestros dolores.

"Los libros os salvarán la vida. Si los dejáis". Ahora que sabemos que las distopías pueden hacerse realidad, nos podemos creer sin problemas que en la sociedad americana del futuro se utilizara la quema de libros para reprimir ideas disidentes. Por eso Ray Bradbury añade a su Fahrenheit 451 (1953), el subtítulo de "la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde". Montag, un bombero que ya no soporta su gris existencia como censurador de conocimiento, toma decisiones arriesgadas que lo acercarán a redes creadas para la pervivencia de la literatura que no podía ni imaginar. A nosotros nos sucedió un poco lo mismo. Aquella tarde de mayo aplaudíamos absortos, absolutamente desconocedores de la abominable realidad con la que convivíamos, aunque ya habíamos creído contemplar algún destello. Y él se despedía, sin decir adiós, dejándome un par de libros y esperando que llegara el momento -que llegó-, en el que me salvaran la vida.
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anamrs
 04 May 2020
Un clásico por derecho propio. Fahrenheit 451 deriva su éxito del disfrute de la lectura no a través de la historia que cuenta sino de lo mucho que se puede extraer de sus páginas. Es un libro que se ha ganado por derecho ese precioso hueco en mi biblioteca a donde pertenecen libros que siempre van a permanecer a mi lado y que volveré a releer una y otra vez. A ese pequeño, aunque cada vez más creciente, grupo de libros que no sólo son entretenimiento, son conocimiento, son enseñanzas de valores que a veces olvidamos recordar.
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lectoraaburrida
 17 June 2019
Mucho tiempo con este libro pendiente y puede que le haya pedido demasiado, o que simplemente como ocurre otras veces, no era el momento idóneo de leerlo.
Es sumamente interesante tanto el tema que toca, cómo lo hace y lo que transmite, pero se me ha hecho abrumadoramente denso.
Me quedo con los dos relatos finales que sí me han gustado, puede que por su mayor brevedad.
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Dreammewords
 08 January 2019
”-La gente no habla de nada. Citan automóviles, ropas, piscinas, y dicen ¡que bien! Pero siempre repiten lo mismo, y nadie dice nada diferente, y la mayor parte del tiempo, en los cafés, hacen funcionar los gramófonos automáticos de chistes, y escuchan chistes viejos, o encienden la pared musical y las formas coloreadas se mueven para arriba y para abajo, pero son sólo figuras de color, abstractas. ¿Ha estado en los museos? Todo es abstracto. Mi tío dice que antes era distinto. Hace mucho tiempo los cuadros decían cosas, y hasta representaban gente.”

Fahrenheit 451 es uno de esos libros que siempre quise leer pero de los que tenía la falsa imagen que al ser clásicos iban a tener un estilo de escritura recargado y pesado de leer; cuando lo agarré fue sin estar convencida de que fuera mi momento de leerlo, con miedo de que no me gustara pero ahora que por fin lo leí tengo que decir que no podría haber estado más equivocada.

Para empezar, Fahrenheit 451 trata de una sociedad distópica en la que los bomberos no apagan fuegos, sino que son ellos los que los inician usando como combustible nada más y nada menos que libros.
Estos bomberos son básicamente los peones del gobierno. Cada vez que alguien subversivo es denunciado, las alarmas del cuartel suenan y los trabajadores salen en búsqueda del criminal.
Guy Montag, nuestro protagonista, es uno de estos bomberos y tras la simple pregunta “¿Eres feliz?” empieza a darse cuenta que este estilo de vida no es uno que a él le gustaría vivir: algo simplemente se siente mal.
De esta forma, Ray Bradbury nos abre la puerta a reflexiones que tal vez hasta dan miedo.

Lo que más me hacía poner “incómoda” -si se quiere- es la idea de que los temas que toca el autor no solo son reales, sino que son muy actuales: gente siendo perseguida por su línea de pensamiento, las “familias” en las paredes, los caracoles en los oídos, las autopistas de alta velocidad, etc. Como bien tratan en el libro, tenemos todo el tiempo del mundo, pero nunca usamos ese tiempo para pensar, y cuando vamos en un auto a 150 km/h, por ejemplo, ni siquiera atinamos a pensar en estas cosas.

Lo más triste de toda la trama es que el gobierno ni siquiera tuvo que imponer una ley contra la literatura, la sociedad misma decidió dejar de lado todo tipo de cultura. Toda esencia que tuvieran tanto los libros como la música o las películas –su alma, básicamente- fue siendo dejado de lado por entretenimiento superfluo, pero esto no es suficiente para Montag. Él necesita o más bien desea desde lo más profundo de su corazón tener una relación que lo llene con otro ser humano. Tiene una esposa, tiene compañeros de trabajo, pero no tiene amigos ni familia: nadie con quien forme una conexión suficientemente poderosa. Claro que para esta gente eso es simplemente la vida, pero Guy necesita más, lo que él realmente quiere es vivir, no sólo existir con personas extremadamente conformistas y sintéticas.
Una de mis frases favoritas del libro dice exactamente eso: ”No son libros lo que usted busca. Puede encontrarlo en muchas otras cosas: viejos discos de fonógrafo, viejas películas y viejos amigos; búsquelo en la naturaleza, y en su propio interior. Los libros eran solo un receptáculo donde guardábamos algo que temíamos olvidar. No hay nada de mágico en ellos, de ningún modo. La magia reside solamente en aquello que los libros dicen; en cómo cosen los harapos del universo para darnos una nueva vestidura”.

Como simple contexto tenemos un mundo distópico pero no necesariamente futurista. Con los avances tecnológicos que tenemos hoy en día, se podría decir que la novela es una realidad alternativa, porque como digo es muy actual.
En este mundo hay una guerra, pero nunca se especifica nada sobre esta misma. Bien podría ser una metáfora al viaje de Montag como podría ser también una crítica al periodo histórico por el que pasó el autor, pues el libro es de 1953.

Un personaje que me pareció muy interesante fue Beatty. Hubo una escena clave en que sentí que todo su personaje estaba abriéndose en algo más profundo, pero obviamente por culpa de los spoilers no puedo decir mucho. Simplemente pensar que hay personas que por puro miedo a enfrentarse a lo real, al status quo prefieren vivir una vida infeliz que no los satisface es algo que da miedo.

El final me gustó mucho porque no es el típico que se ve hoy en día donde un grupo de cinco adolescentes vencen a un gobierno totalitario y miran al horizonte con una sonrisa en la cara.
Es un final triste pero al mismo tiempo esperanzador, porque pueden quemar todos los libros que necesiten, pero mientras estén en la cabeza y el corazón de la persona que los leyó no pueden destruirlos completamente.
Tanto Montag como el resto de personas que encuentra en el bosque se convierten en hombres-libro, y en una metáfora que me gustó bastante en la que comparan a la humanidad con el fénix, nos cuentan cómo la humanidad puede destruirse cíclicamente, pero siempre va a poder levantarse de nuevo.

En fin, es uno de esos libros que se quedan para siempre dentro del lector, en el que lo que importa no son los detalles técnicos como la pesadez de la pluma o lo rebuscada de la trama, sino el mensaje que intenta dar. Por eso para mí, se lleva 4.5 estrellas.

Ray Bradbury es un autor que definitivamente quiero seguir leyendo, y espero que me siga sorprendiendo de esta manera. Por ahora ya está encaminado a mis autores favoritos, y Fahrenheit 451 es el primero en irse a los favoritos del 2019.
De todas formas, en algún momento voy a darle una releída a esta obra en búsqueda de las 5 estrellas que se merece.
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AlmaLectora
 26 October 2017
Nos encontramos en un nuevo mundo distópico. Ya que esta es una de las novelas clásicas distopicas en las que toda novela de ciencia ficción o distopica actual se basa, junto a 1984 y un mundo feliz (las dos reseñadas en el blog)
Como os decía en este mundo distópico los libros están censurados/prohibidos. Y nuestro protagonista Montag es un bombero. Pero aquí los bomberos no se dedican a apagar fuegos sino a crearlos, quemado los libros que encuentran. Ya que el gobierno de esta sociedad ha impuesto la ley de que los libros son peligrosos y tienen que ser destruidos. Además la gente está alineada a través de la televisión. Los programas de televisión y sus protagonistas (la familia) hacen creer a la sociedad que no tienen que pensar. Que son importantes para ellos y que todo tiene que ir rápido. Por lo que la gente no piensa en nada. En medio de todo esto hay una guerra por la que la gente, al estar alineada, no muestra el menor interés. Lo que más me impactado es esa indiferencia hacia todo lo que les rodea. Como incluso los sentimientos hacia sus seres queridos son neutros, es decir, si se muere el marido de alguien no lloran en seguida buscan otro marido porque de que sirve ponerse triste...
Al principio, nuestro protagonista es igual a todos pero tras un suceso con una mujer en su casa y el encuentro con su vecina, una joven con ideas poco comunes en esa sociedad, él empieza a pensar y a ver la realidad. Algo muy peligroso y que pronto será descubierto por el jefe de bomberos.
El principio de la obra es un poco pausado ya que el autor nos muestra la sociedad y los personajes. Como actúan ante determinados sucesos y como esos sucesos calan en Montag. Pero llega un punto en que la historia coge un ritmo muy frenético en que todo pasa muy rápido y precipitado. Dándome una sensación de angustia compartida con el protagonista en esa persecución de la libertad en esa sociedad claustrofobica.
También es una obra que no da muchas pistas o expone todas sus ideas claras. Sino que te da una serie de pistas y hace que el lector reflexione sobre ellas. Lo cual a pesar de ser un libro corto es denso de leer ya que cada poco ves un punto importante para pensar y ver reflejada la sociedad actual en ese libro escrito en la década de los treinta. Algo que da escalofríos como ocurre con las otras distopias clásicas, que es cómo un libro escrito hace tantos años pueda reflejar la sociedad actual tan bien.
No es la primera vez que leo este libro por lo que en esta ocasión me lo he tomado con más calma y he leído y reflexionado mucho los puntos que expone el autor sobre las políticas de los gobiernos, cómo la sociedad se deja alienar por este poder, o como la gente que piensa o las cosas que hacen pensar son peligrosas. Y aunque ahora no parezca que nos estén prohibiendo leer creo que los precios abusivos de los libros están consiguiendo esa perdida de cultura a mucha gente, aunque sé que hay muchos medios para conseguir leer, la gente se deja guiar por las masas. Pero espero que las cosas cambien para bien...

En conclusión, un libro muy importante para ver lo importante que es la literatura para pensar y reflexionar sobre cualquier tema. Como las personas pueden ser manipulas sin darse cuenta y a pesar de mostrárselo negar todo por propia comodidad. Como un libro escrito hace tanto tiempo parezca que esté hablando de la sociedad de hoy en día.
Enlace: https://almalectora.blogspot..
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benjaminpalomero_
 19 March 2024
Me ha decepcionado un poco. Esperaba más de este clásico distópico. Mi frustración se debe a que no me he creído al protagonista, el bombero Montag ni por un solo segundo. Me parece muy inverosímil su cambio radical. El personaje que sí que me ha gustado ha sido Beatty, el bombero jefe, que deja a su paso unos monólogos excelentes sobre los que reflexionar. El final me ha parecido algo pobre teniendo en cuenta todo lo que abarca el mensaje del libro.
La edición que he leído cuenta con dos relatos de Bradbury: “El parque de juegos” y “Y la roca gritó” que me han gustado mucho (más incluso que la propia novela).
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Nuemiel
 21 March 2022
"Fahrenheit 451: la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde."

Se trata de un libro breve, rápido de leer y muy intenso. Está dividido en tres partes y la temática puede recordar a 1984 de George Orwell.

A pesar de estar escrito en la década de los años 50, el autor imaginó muy acertadamente varios elementos que sí existen de verdad. Por ejemplo, esa obsesión de vivir a través de las fotografías o vídeos de otras personas. ¿Cuántos utilizan instagram para seguir a celebridades o famosillos y conocen hasta el más mínimo detalle de su vida? En este aspecto el libro es tan actual que resulta aterrador.

En la sociedad que se describe en Fahrenheit 451 nadie se pregunta si este tipo de vida es adecuada o no, nadie se hace preguntas, ni siquiera el protagonista. Gracias a la aparición de una chiquilla muy peculiar, que ayuda a Montag, éste logra despegar los ojos del asfalto y elevarlos hasta las estrellas. Me gusta cómo empieza a cambiar su forma de ver las cosas y cómo se cuestiona el mundo en el que vive.

El autor refleja de una forma muy llamativa que, gracias a la tecnología, la humanidad se ha vuelto tan estúpida que ni siquiera puede concentrarse en leer un libro. Y en cierto modo es cierto. Con los años la gente tiene cada vez menos capacidad de atención y tampoco paciencia porque estamos acostumbrados a exigir y conseguir las cosas cuanto antes gracias a la tecnología. ¿Por qué emplear dos días en leer este libro si puedo ver su película en dos horas? Por suerte no toda la humanidad es así. No todos estamos enganchados a las redes sociales ni a los shows de televisión y seguimos valorando la magnífica experiencia que ofrece una buena lectura.

Por supuesto, la tecnología también tiene su lado bueno. En 2020, más que nunca, hemos recurrido a ella para poder ver y hablar con nuestros seres queridos, para seguir trabajando, comprar alimentos y cocinar nuevas recetas, hacer ejercicio o leer, descubrir nuevos hobbies y nuevas experiencias... Como en todo, la clave está en no quedarse en los extremos, sino disfrutar de las ventajas que ofrecen ambas posturas.

Me ha gustado Fahrenheit 451 porque te anima a pensar, pero no hay que quedarse únicamente con la visión del autor, sino reflexionar y avanzar a partir de ella.

Saludos ;)
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