Las palabras de los autores deben de ser borradas y con ellas las huellas que dejaron. Guy Montag es un bombero que se dedica a quemar los libros y las casas que los contienen, una profesión que le viene de familia, pues su padre y su abuelo también la ejercieron. Ha asumido su rol en la sociedad, y en principio no se planteaba otra cosa que quemar y volver a casa con su esposa a ver la televisión. Hasta que una noche a horas intempestivas se encuentra con Clarisse MacClellan, su joven vecina; ella comienza a interactúar con él de manera extraña, haciéndole preguntas sin sentido sobre el mundo que les rodea y que nadie ve ni observa, diciéndole que existe una naturaleza con unos olores y unas sensaciones que las personas han dejado de mirar y de disfrutar. Montag la escucha a regañadientes, pues todo lo que dice es contrario y está prohibido. Pero queriendo o sin querer, Clarisse siembra semillas en su mente que germinarán a través de las preguntas que las personas se han hecho siempre para evolucionar: ¿por qué? ¿para qué?... además de otras que le abrirán la mente y la conciencia.
Este proceso no será nada fácil para el protagonista: al contrario, será doloroso y rompedor, pues tendrá que convertirse en una isla, salirse del grupo y demarcar los límites con todos ellos, entrando en un dilema existencial que lo situará en contraposición con su mujer, sus compañeros, sus vecinos y, en resumen, con la mayoría que sigue el orden establecido.
Con la máxima de que el que busca, encuentra, nuestro protagonista inicia el camino de regreso hacia su conciencia, del que no existe billete de vuelta ni retorno. Entra en contacto con el viejo profesor Faber, quien le pondrá en antecedentes de lo que fue la sociedad y lo que es en el presente, dándole algunas claves que entran en claro conflicto con lo que le explica su superior, el capitán de bomberos Beatty. Este último reconoce en su subordinado las dudas y las preguntas que han irrumpido en su mente, por lo que intenta responderlas, justificarlas y reconducirlas para no tener que tomar medidas mayores.
El autor parece querer decirnos que no existe un status quo, que al final todo cambia, fluye o desaparece, y que la esperanza solo es para una minoría, unos pocos que son capaces de escucharlo y verlo venir. Cada personaje tiene un encaje y una misión argumental específica en la trama, retratando y explicando esa labor en la historia, donde a través de una serie de antítesis y realidades antagónicas (Beatty, el orden; Faber, la disidencia; Mildred, la comodidad; Clarisse, la búsqueda) nos refiere las diversas formas de lo que es, lo que parece, lo que debe ser y lo que al final será.
Faherenheit 451 es una novela escrita en 1953 por el estadounidense
Ray Bradbury en la que la ficción y la distopía van acompañadas de reflexiones filosóficas cuyo discernimiento choca con lo establecido. Es una historia inquietante, que te deja estupefacta ante la deriva, rumbo y final de esa sociedad, cuya comodidad y desmembramiento de valores se materializan en la quema de libros y en el borrado de las huellas de aquellos que los escribieron, influyendo todo ello en la desembocadura y término de la misma.
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