Cuantas más cosas se del mundo más convencida estoy de que nunca encontrare a un hombre al que pueda amar de verdad.
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Cuantas más cosas se del mundo más convencida estoy de que nunca encontrare a un hombre al que pueda amar de verdad.
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No es el tiempo ni la ocasión las que determinan la intimidad: es solo el carácter, la disposición de las personas.
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Deseo al igual que los demás, ser perfectamente feliz; pero como todos los demás, debe de ser a mi manera.
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Cuando uno no quiere convencerse de una cosa siempre encuentra motivos para dudar de ella.
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Pero mientras la gente se deje arrastrar por su imaginación para formarse juicios errados sobre nuestra conducta y la califique basándose en las meras apariencias, nuestra felicidad estará siempre en una cierta medida, a merced del azar”
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En ese entonces no sabía lo que era amar. Pero ¿Alguna vez lo he sabido? Bien puede dudarse de ello, pues si realmente hubiera amado, ¿Podría acaso haber sacrificado mis sentimientos a la vanidad, a la avaricia?
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La timidez no es más que una sensación de inferioridad. Si yo lograse convencerme de que mis maneras resultan perfectamente graciosas y desenvueltas, no sería tímido.
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-No negaré que tengo de él la mejor impresión posible -dijo Elinor-, que lo estimo en gran manera, que lo encuentro un joven agradable. Marianne estalló de indignación. -¡Que lo estimas! ¡Que es de tu agrado! ¡Elinor, qué fría eres de corazón! Peor que fría. Te avergüenza sentir hondamente. |
Mira, madre, cuanto más conozco el mundo, más me convenzo de que nunca encontraré un hombre que realmente valga la pena de ser querido. ¡Exijo demasiado!
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No podría ser feliz con un hombre cuyos gustos e inteligencia no coincidiesen con los míos. Desearía que penetrase en todos mis sentimientos e intereses, habrían de fascinarnos los mismos libros, la misma música.
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Jane Austen (16 de diciembre de 1775-18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la