Sentido y sensibilidad

La filla gran, l'Elinor, que era la que li havia donat aquest consell pràctic, tenia una facultat de raciocini i una serenor de judici que la capacitaven, tot i tenir només 19 anys, com a consellera de la seva mare, i que li permetien contrarestar sovint, en benefici de tothom, aquella precipitació característica de la senyora Dashwood que no poques vegades s'acostava a la imprudència. Tenia molt bon cor, un tarannà afectuós i sentiments vius, però sabia com governar-los.

Deseo, al igual que todos los demás, ser totalmente feliz; pero, al igual que todos los demás, tiene que ser a mi manera. La grandeza no me hará feliz.

Temo [...] que lo agradable de una ocupación no es siempre prueba de su corrección.

Lo agradable de una ocupación no es siempre prueba de su corrección

Para su corazón era un asunto delicioso, para su imaginación una visión ridícula, mas para su razón, para su juicio, un verdadero embrollo.

Mientras la gente se deje arrastrar por su imaginación para formarse juicios errados sobre nuestra conducta y la califique basándose en meras apariencias, nuestra felicidad estará siempre, en una cierta medida, a merced del azar.

Ninguna de las dos tiene nada que contar; tú porque no comunicas nada, y yo porque nada escondo.

El dinero sólo puede dar felicidad allí donde no hay ninguna otra cosa que pueda darla. Más allá de un buen pasar, no puede dar real satisfacción, por lo menos en lo que se refiere al ser más íntimo.

Mientras más conozco el mundo, más convencida estoy de que jamás encontraré a un hombre al que realmente pueda amar.

No podría ser feliz con un hombre cuyo gusto no coincidiera punto por punto con el mío. Él debe penetrar todos mis sentimientos; a ambos nos deben encantar los mismos libros, la misma música.