¡Y Vosotros... vosotros, mis árboles, a quienes conozco tan bien! ¡Pensar que seguiréis siendo los mismos! Que no se os caerá ni una sola hoja porque nosotras partamos, que ni una sola rama dejará de moverse porque ya no podamos contemplarlas más! No! Seguiréis siendo los mismos! Sin conocer el placer o el dolor que ocasionáis, e insensibles a todo cambio en aquellos que caminan bajo vuestra sombra! Pero ¿quién, quién os queda? ¿Quién os disfrutará?
|