Orgullo y prejuicio es sin duda un clásico de la literatura universal del cual todo el mundo ha oído a hablar y el cual la mayoría de personas ya han leído y han disfrutado. Yo no soy una gran admiradora de los clásicos, pues prefiero lecturas más actuales pero si es cierto que de vez en cuando me gusta aventurarme en libros de otras épocas para conocer la prosa de famosos autores. Cuando mi madre me regaló por mi cumpleaños la preciosísima edición ilustrada de la editorial Alianza Literaria me di cuenta de que era la oportunidad perfecta para por fin ponerme con este eterno pendiente.
Esta novela transcurre a finales del siglo XVIII y nos presenta a la familia Bennett compuesta por el padre, la madre y sus cinco hijas: Jane, Elizabeth, Lydia, Mary y Catherine. No tienen demasiados recursos económicos y sin duda predomina el sexo femenino. Un día llega a Longbourn, el señor Bingely, un joven soltero y rico, al que rápidamente la señora Bennett le echa un ojo como posible partido para alguna de sus hijas, acompañado de su gran amigo Fitzwilliam Darcy, que también cuenta con bastante dinero pero a su vez una personalidad algo peculiar.
En primer lugar voy a comentar brevemente a los personajes. Elizabeth Bennet es una chica que se sale de lo normal en su época, pues no se corta en ningún momento y expresa lo que opina de una manera muy abierta, sin tapujos. Tiene mucho carácter y se deja llevar mucho por las primeras impresiones que tiene de las personas, pero a lo largo de la novela tiene una evolución notable y pasa por un cambio bastante fuerte, dándose cuenta de sus errores. Algo que destaco es que es una amante de los libros y por ello logré sentirme un poco identificada. Por otro lado, tenía muchísimas expectativas puestas en el señor Darcy porque todo el mundo lo adora y creo que esa es la principal razón por la cual me decepcionó. No me gustó su actitud orgullosa y arrogante en ningún momento, e incluso cuando la autora explica el por qué de todo esto continuó sin agradarme especialmente. Si, tiene muy buen corazón y es muy leal, pero no me ha enamorado ni nada por el estilo. También experimenta una evolución a lo largo de las páginas, pero debido a su actitud fría en muchas ocasiones lo sentí como muy lejano y no llegué a sentirlo como una persona real por así decirlo. Respecto a los secundarios, están bien perfilados porque cada uno tiene una personalidad que lo caracteriza.
Jane Austen tiene una prosa muy bonita y cuidada, cargada de descripciones de los sucesos y de los pensamientos de los personaje haciéndoseme la mayor parte de las veces muy pesada. Los párrafos eternos se me hicieron insufribles y sólo lograba entretenerme con los diálogos elaborados llenos de humor e ironía. No voy a negar que su forma de escribir es realmente especial, pero es lo que principalmente me dificultó la lectura y lo que hizo que me costara demasiado avanzar. Además, tuve que leerlo todo demasiado detenidamente para comprender la historia, pues hay detalles en cada frase que uno no se puede saltar para no perderse. Eso sí, me gustó mucho como introduce sus propias ideas en la narración de una forma bastante sutil. La autora, además, nos muestra y a la vez critica la sociedad en la cual es fundamental casarse con una persona con mucho dinero, en lugar de hacerlo por amor.
El ritmo se me hizo bastante irregular. al principio me costó terriblemente adentrarme en la lectura, y no logré hacerlo hasta que alcancé más o menos la página 200. A partir de ahí pasé por una montaña rusa, pues algunas escenas se me hicieron realmente interesantes y entretenidas mientras que otras muy lentas y pesadas. Por lo tanto no llegué a engancharme en ningún momento y tampoco pude meterme dentro de las páginas. Tardé muchísimo tiempo en terminarlo y en muchas ocasiones tuve que obligarme incluso a mi misma a continuar leyendo porque sino sabía que no iba a terminarlo nunca.
El final sí que se me hizo un poco precipitado en comparación con el resto del ritmo de la novela, pero de todas formas me pareció que cierra muy bien toda la historia y en general me dejó bastante contenta.
También cabe destacar el maravilloso ejemplar que tengo. La sobrecubierta tiene un diseño precioso con dibujos de pavos reales y sin ella se ve de un color azul que me encanta. Las páginas están repletas de ilustraciones que me ayudaron mucho a imaginarme las escenas y que me parecen de verdad muy bonitas.
No tengo mucho más que decir, simplemente aclarar que esta es mi opinión y que la expreso desde todo el respeto del mundo a la autora que tiene muchísimo mérito por atreverse con una historia así en una época en la que las mujeres estaban infravaloradas, y a los admiradores de la novela. Espero no ofender ni molestar a nadie, pero
Orgullo y prejuicio no es para mí.
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