Vacaciones en los Hamptons

Bajo una apariencia de lectura ligera, he encontrado entre sus páginas un relato sólido sobre las relaciones familiares, las experiencias vividas durante la infancia y la importancia que juegan los roles familiares en el desarrollo posterior de la personalidad y la visión que uno tiene de sí mismo.
Esta es una de esas bonitas historias de segundas oportunidades, con unos personajes perfectamente construidos (especialmente el de Fliss) en que todas las cosas que hacen y las que no, tienen un sentido, pues todo está muy bien explicado. Narrado en tercera persona, iremos conociendo como sienten y piensan ambos protagonistas, tanto en la actualidad como diez años atrás, pero no por el muy utilizado recurso de los flashbacks, sino a través de sus recuerdos, sentimientos y reacciones; descubriendo poco a poco cuál es ese pasado que comparten y que los ha llevado a mantenerse alejados durante una década.
Durante toda la narración, pero especialmente en la primera parte, nos encontramos con muchos recuerdos bonitos y nostálgicos de esos veranos en Los Hamptons; de cajas de llenas de conchas de mar, pies descalzos llenos de arena, escapadas adolescentes, jardines y olor de sal.
Una cosa que me ha encantado es que desde el primer momento el lector sabe que ambos continúan locamente enamorados, no porque lo expliquen, sino porque se percibe en ellos. No hay aquí redescubrimientos ni sorpresas, simplemente sus procesos para reconocerlo son distintos y mientras Seth quiere acercarse y explorar esa conexión que aún siente, Fliss huye despavorida, pues lleva toda una vida construyendo un entorno seguro a su alrededor y sabe que Seth puede ser una amenaza para su zona de confort. Y es que Fliss tiene una muy mala imagen de ella misma, alentada por terceros y siempre se ha dedicado a protegerse y proteger a las personas que le importan, siéndole más fácil relacionarse con los animales a los que debe cuidar que con las personas, aunque le cueste reconocerlo.
Seth es de esos personajes que no puedes más que querer desde su primera aparición, pues es bueno (que no tonto), responsable (que no aburrido) y adorable hasta decir basta y por lo tanto admirado y codiciado por todas las féminas de Los Hamptons.

Es un libro, más romántico que erótico, pues tiene poquísimas escenas de sexo, pero yo personalmente, no las he necesitado. Sus personajes secundarios están muy bien trabajados y eso es un punto a favor para mí en cualquier lectura. La abuela de Fliss y su grupo de amigas me han encantado por su complicidad, sus ganas de vivir y su buen humor (dentro de unos años quiero ser como ellas, sin ninguna duda)
Aunque el libro pertenece a la serie Desde Manhattan con amor, he de decir que no he echado en absoluto de menos no haber leído los libros anteriores y en ningún momento he tenido la sensación de estar perdiéndome nada, por lo tanto, no tengáis miedo en ese sentido.
Sobre la importancia que tiene la familia, no añadiré mucho más, pues los secretos de la de uno de los protagonistas, van siendo desvelados conforme va avanzando la narración y es bueno que los descubráis por vosotros mismos. Sólo añadiré que los de Seth y Fliss son dos modelos de familia, opuestos completamente.
En un romance entre una empresaria de una agencia de paseos y servicios caninos y un veterinario sexy, no podían faltar los perros de distintas razas y personalidades y como buena amante de los animales que soy, ha sido otra cosa que me ha encantado.
Por ponerle algún "pero" (que siempre los tiene que haber), en algunos párrafos, no muchos, he notado que se repetían con más frecuencia de la que me gustaría algunas palabras
(echando personalmente en falta, el uso de sinónimos) sin que pueda precisar si es un problema del escrito original o de la traducción. Por lo demás, me ha parecido una lectura estupenda.
CONCLUSIÓN:
Vacaciones en los Hamptons es un libro que alterna perfectamente el humor y los diálogos ingeniosos con un contenido más emocional de lo que puede parecer a simple vista por su portada e incluso por su sinopsis. Si os gustan las historias de segundas oportunidades con una buena carga de sentimientos complejos, familias difíciles y personajes bien trabajados, os lo recomiendo sin ninguna duda. Espero vuestras opiniones si lo habéis leído o pensáis hacerlo. Muchas gracias por llegar al final de esta reseña.
Hasta la próxima!

Es el segundo libro de Sarah Morgan que estaba en mi lista de pendientes, aun me queda otro, pero de momento puedo decir que este me ha gustado tanto como el anterior. Esta autora me parece perfecta para cuando apetece leer una historia romántica contemporánea, sencilla y sana.

El libro forma parte de una saga de la que a España solo ha llegado una parte, la que se compone de las historias de tres hermanos con un pasado familiar muy complicado. El primer libro lo protagonizan Daniel y Molly y en este nos encontramos con la hermana de Daniel, Fliss y su ex marido Seth, del que se divorció diez años antes. Su historia comenzó de una forma un poco atropellada y terminó llena de malentendidos y dolor, pero lo que está clarisimo es que jamás han dejado de quererse y que nunca quisieron hacerse daño, simplemente la vida era complicada y ellos demasiado jóvenes para manejar ciertas situaciones.

Tengo que reconocer que este libro se me ha hecho un poco más duro que el primero (partiendo de la base de que no son libros para dramar) simplemente por que el personaje de Fliss es de los que me agotan más mentalmente. No es que me caiga mal ni sea mala persona, para nada, pero la forma de afrontar sus problemas es encerrarse, ocultarse, no hablar, dar por hecho lo que cree que es cierto sin comprobarlo... y se me hace más duro por que la ves sufrir tercamente y solo quieres estar ahí para decirle todo lo que necesita saber ya. Evidentemente, todo termina como debe y Fliss tiene justo a las personas que necesita para echarle una mano que es lo importante.

Como decía al principio, la historia se caracteriza por su sencillez y lo sana que es, lo que la convierte en soplo de aire fresco, por que aunque nos encantaría que todo fuera así sabemos que quedan muuuuuchas historias por ahí fuera llenas de una toxicidad espantosa. Por esto mismo recomiendo estos libros sin dudar a quienes disfruten de un buen romance contemporáneo. Si lo estáis pensando, darle a estos libros una oportunidad.

En este quinto libro de la serie “Desde Manhattan con amor” vamos a conocer la historia de Felicity (o Fliss) y Seth, la cuál comenzó diez años atrás y que se rompió tras unos meses que brillaron por su intensidad. Tras todo ese tiempo sin verse, Seth aparece en Manhattan, lugar de residencia de Fliss, pero ella no está dispuesta a encontrárselo y decide marcharse unos días a los Hamptons con su abuela. Pero está claro que el destino no quiere que se salga de rositas, porque allí aparecerá Seth, dispuesto a averiguar cuáles son los sentimientos de ambos después de tanto tiempo.

¡Cómo lo he disfrutado! Ha sido muy bonito y entretenido conocer a estos dos personajes, sus historias individuales y la que tienen conjuntamente. Me ha encantado ser testigo de las dudas y la evolución de Fliss, la forma en la que Seth aborda las situaciones, de cómo van tomando más y más forma sus sentimientos… Salvo una situación algo surrealista y algún que otro momentito que se me ha hecho algo plano, creo que ha sido una lectura ideal y más para el tiempecito que está empezando a hacer ahora.

Los personajes me han gustado muchísimo. Fliss es salvaje, protectora, leal y le cuesta muchísimo confiar y abrirse a los demás, algo que mejorará a lo largo del libro con la ayuda de Seth, que es un hombre siempre correcto, perfecto en muchos aspectos, y un trozo de pan andante. Son dos personas completamente distintas, el caos y la paz, y eso es precioso porque se complementan a la perfección y tienen una química increíble.

La pluma de Sarah Morgan es increíble. Es de mis autoras favoritas de la vida, nunca me decepciona, y sabía que este libro iba a encantarme. Es imposible no beberse sus libros.

En resumen, “Vacaciones en los Hamptons” es como un soplo de aire fresco. Es un libro entretenido y sexy, que desborda química y amor; un libro con sabor a verano que leerás en un suspiro, con unos personajes que te enamorarán y una historia que te cautivará por completo.

Aunque esta novela pertenece a una serie llama Manhattan with Love, en concreto es la número 5, se puede leer perfectamente por separado. Es verdad que hay un hermano por ahí que está felizmente casado, o un amigo íntimo que también lo está tras una historia de esas para contar, pero nada que afecte al desarrollo de esta trama, más allá de algo anecdótico.

Para poneros en antecedentes: ¿qué tenemos en este libro? una chica, Flis o Felicity, que lleva una vida aparentemente plena gestionando la empresa de paseadores de perros que tiene con su hermana, en Manhattan; todo parece perfecto hasta que sabe que su exmarido está en la ciudad y no tiene fuerzas para encontrarse con él; así que decide, aprovechando una caída de su abuela, huir al único lugar donde fue feliz cuando era pequeña, a los Hamptons. Lo que no espera es que esa huida le lleve hasta lo que más teme y le reconcilie con su pasado, y, en parte, con ella misma.

Aunque sin duda es una comedia romántica, muestra un fondo muy real, y más común de lo que nos gustaría, y nos confirma que aquello que vivimos en nuestra infancia y adolescencia deja huella en nosotros, para bien y para mal, afectando a las decisiones que tomamos y a los caminos que emprendemos, pero nunca debería ser determinante. Por un lado tenemos la historia de los dos en el momento actual, cuando ella se esconde y huye mientras que él intenta cercarla para poder recuperar lo que tenían y se perdió, y por otro lado el pasado, donde está el componente de intriga por el qué pasó y el porqué pasó. El equilibrio entre ambos momentos se lleva de una manera segura, adecuada y facilita la fluidez y comprensión de la historia en su totalidad.

Sin ninguna duda, es una novela de segundas oportunidades, de recuperación de lo que se tuvo y se perdió, de encuentros, de acercamientos, de aceptación y de confesiones; en un entorno sencillo, familiar y cercano, como suele ocurrir en este tipo de novelas americanas, donde hay un final feliz lleno de pequeñas cosas maravillosas. Además, creo que, como lector, te puedes sentir muy cerca de Flis y de su alocada forma de proteger a todos, llegando a conocer bien sus miedos, sus fortalezas y sus sentimientos, por mucho que ella se empeñe en ocultarlos; y también de Seth y su fuerte sentido del deber, su necesidad de buscar para encontrarla y, sobre todo, de eso que tanto le acerca a ella.

Mientras leía pensaba que me recordaba a ciertas historias de Susan Elizabeth Phillips, pero sin la parte añadida que a veces parece que les sobra, ya que en Vacaciones a los Hamptons no nos desvían de la trama, que es la que nos interesa, con subtramas secundarias o demasiadas explicaciones sobre algún punto que no aporta realmente nada a lo que estamos leyendo, sino que la historia se centra en ellos, en su encuentro, en su forma de relacionarse, en lo que les ocurrió y en cómo solucionar su alejamiento.

Por cierto, tiene algunos momentos simpáticos, sin llegar a ser hilarantes, y los personajes secundarios son adorables: la abuela, su hermana, la mujer del amigo, la mascota de Seth... lo dicho, una novela muy recomendable dentro de su género, y, por cierto, todo un descubrimiento Sarah Morgan.

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Este libro tiene 363 páginas pero se leen bastante rápido, me suelen gustar más los capítulos cortos y aquí hay alguno que es bastante extenso, uno de 38 páginas para ser exactos, entonces esto hace que pierda algo el interés pese a un par de capítulos así la lectura se hace ágil. Esta bien para pasar el rato, pero tampoco es un libro que me haya encantado.