Vacaciones en los Hamptons de Sarah Morgan
Fliss amaba esas semanas preciosas cuando la luz atravesaba la oscuridad y en la casa solo entraban sol y risas. Se acostaban tarde y por las mañanas se sentían más ligeros y felices. Algunos días se llevaban el desayuno a la playa y lo tomaban al lado del mar. Esa mañana, el día de su cumpleaños, habían elegido una cesta de melocotones maduros.
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