Confesiones de una máscara. de Yukio Mishima
[...] ¿por qué es malo seguir siendo como soy? Me veía harto de mí mismo y, a pesar de mantener mi pureza, me estaba extraviando. Había pensado que podría salir de ese estado infantil haciendo un esfuerzo serio (¡qué propósito tan conmovedor!). Ignoraba todavía que lo que me hartaba y me cansaba constituía claramente una parte de mi vida. Era como si creyese que todo lo que me saciaba era un sueño del cual iba a despertar para entrar en la vida real. Mi vida me apremiaba a partir, a empezar. ¿He dicho "mi vida"? Aun en el caso de que no fuera mi vida, había llegado el momento de empezar, de comenzar a arrastrar unos pies que ya me pesaban mucho. |