El Pabellón de Oro de Yukio Mishima
Mientras mi cuerpo permanecía embotado, mi espíritu se divertía manipulando todos mis recuerdos. Reaparecían palabras en la superficie de mi memoria, y volvían a sumergirse; era como si los alcanzara con los dedos de mi espíritu y luego desapareciesen de nuevo. Estas palabras me hacían señas. intentaban acercarse a mí, sin duda para estimularme. Sí, era la primera línea del famoso pasaje de la Ilustración popular, en el Rinzairoku; lo que seguía llegó por sí solo:
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