¿Soy una esnob? y otros ensayos de Virginia Woolf
… permitirles decirnos qué leer, cómo leer, qué valor, poner en lo que leemos, es destruir el espíritu de libertad que es el aliciente de dichos santuarios.
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¿Soy una esnob? y otros ensayos de Virginia Woolf
… permitirles decirnos qué leer, cómo leer, qué valor, poner en lo que leemos, es destruir el espíritu de libertad que es el aliciente de dichos santuarios.
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¿Soy una esnob? y otros ensayos de Virginia Woolf
Debemos ser generosos con la gente que está dando forma lo mejor que puede a las ideas que lleva dentro.
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Las olas de Virginia Woolf
Más allá ruge el mar. Está fuera de nuestro alcance. Sin embargo, ahí me aventuro. Allá voy, para llenar mi vaciedad, para prolongar mis noches y llenarlas más y más con sueños.
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¿Soy una esnob? y otros ensayos de Virginia Woolf
En material de ropa, me gusta la gente que o viste muy bien o viste muy mal; no me gusta lo que es correcto ponerse en lo que a ropa se refiere. Y está la cuestión de los juegos. Puesto que soy una intelectual, no juego.
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Las olas de Virginia Woolf
Mientras en pie miro a través de la ventanilla del tren, tengo la extraña y fuertemente persuasiva sensación de que (...) me he convertido en parte de esta velocidad, de este cohete lanzado contra la urbe.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Esta exclamación que me había sorprendido tanto...no era el mero grito de la vanidad herida; era una protesta contra una violación del derecho de Z de creer en sí mismo. Durante todos estos siglos, las mujeres han sido espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta de un hombre de tamaño doble del natural...Por eso, tanto Napoleón como Mussolini insisten tan marcadamente en la inferioridad de las mujeres, ya que si ellas no fueran inferiores, ellos cesarían de agrandarse.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
En el terreno de la imaginación, tiene la mayor importancia; en la práctica es totalmente insignificante. Reina en la poesía de punta a punta de libro; en la Historia casi ni aparece. En la literatura domina la vida de reyes y conquistadores; de hecho, era la esclava de cualquier joven cuyos padres le ponían a fuerza un anillo en el dedo. Algunas de las palabras más inspiradas...salen en la literatura de sus labios; en la vida real, sabía apenas leer, apenas escribir y era propiedad de su marido.
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600 Libros desde que te conocí de Virginia Woolf
¿Podrías venir a tomar el té conmigo el jueves? […]Te alegrará saber que he estado ordenando mis libros: los huecos entre los libros son horribles.
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Las olas de Virginia Woolf
Estoy sola en un mundo hostil. El rostro humano es repugnante. Me complace. Quiero publicidad y violencia y que me arrojen como piedra sobre las rocas. Me gustan las chimeneas de las fábricas, las grúas y los camiones. Me gusta ver caras y más caras y más caras, deformes, indiferentes. Estoy harta de hermosura, de privacidad. Caminaré por aguas turbulentas y me hundiré sin nadie que me salve.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
De hecho, tengo la sospecha de que detrás de Anónimo, que tantos poemas escribió sin firmarlos, se escondía una mujer. Edward Fitzgerald, creo, sugiere que fue una mujer quien compuso las baladas y canciones populares para cantárselas a sus hijos o hacer más ameno el trabajo de hilar o la noche invernal.
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Las olas de Virginia Woolf
Yo, capaz de recibir las tempestades en mi pecho, capaz de dejar alegremente que el granizo me cubra, quedo inmovilizada, aquí.
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Un cuarto propio de Virginia Woolf
Las mujeres viven como murciélagos o búhos, trabajan como bestias y mueren como gusanos....
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Una habitación propia de Virginia Woolf
De modo que cuando os pido que ganéis dinero y tengáis una habitación propia, os pido que viváis en presencia de la realidad, que llevéis una vida, al parecer, estimulante, os sea o no os sea posible comunicarla
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Una habitación propia de Virginia Woolf
La historia de la oposición de los hombres a la emancipación de las mujeres es más interesante quizá que el relato de la emancipación misma.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Dentro de cien años, pensé llegando a la puerta de mi casa, las mujeres habrán dejado de ser el sexo protegido. Lógicamente, tomarán parte en todas las actividades y esfuerzos que antes les eran prohibidos.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
No necesito odiar a ningún hombre; no puede herirme. No necesito halagar a ningún hombre; no tiene nada que darme.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si desea escribir ficción.
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Una habitación propia de Virginia Woolf
Las mujeres han servido todos estos siglos de espejos que poseían el poder mágico y delicioso de reflejar la figura de un hombre el doble de su tamaño natural.
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Su nombre de nacimiento es: