La campana de cristal de Sylvia Plath
Pensé que la cosa más hermosa del mundo debía ser la sombra, el millón de formas animadas y callejones sin salida de la sombra.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
Pensé que la cosa más hermosa del mundo debía ser la sombra, el millón de formas animadas y callejones sin salida de la sombra.
|
Mary Ventura y el noveno reino de Sylvia Plath
Al otro lado de la ventanilla panorámica, el sol anaranjado se hundía en el ocaso gris. Parecía más pequeño que la última vez que Mary lo había mirado, y el color naranja se iba tornando rojizo.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
¿Cómo podría yo saber si algún día en la universidad, en Europa, en algún lugar, en cualquier lugar, la campana de cristal con sus asfixiantes distorsiones, no volvería a descender?
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
-¿Sabes lo que es un poema, Esther? -No, ¿qué es? -decía yo. -Un grano de polvo. [...] -También lo son los cadáveres que cortas. También lo es la gente a la que crees curar. Son polvo como el polvo mismo es polvo. Calculo que un buen poema dura mucho más que cientos de esas gentes juntas. [...] La gente estaba hecha nada más que de polvo y yo no veía que curar todo aquel polvo fuera algo mejor que escribir poemas que la gente recordaría y se repetiría a sí misma cuando se sintiera infeliz o enferma y no pudiera dormir. |
Sylvia Plath
La vida es soledad, pese a todos los opiáceos, pese a las máscaras risueñas que todos nos ponemos. Y cuando al fin encuentras a alguien a quien crees que podrás mostrar tu alma, te detienes asustado por tus propias palabras… palabras tan apagadas, tan feas, tan vacías y débiles… por haber permanecido tanto tiempo en tu angosto y oscuro interior. Sí, existe la alegría, la satisfacción y el compañerismo… pero la soledad del alma en su pasmosa timidez es abrumadora y espantosa.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
El silencio me deprimía. No era realmente el silencio. Era mi propio silencio.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento. De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara, pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante.[...] Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.
|
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
El rostro que me devolvió la mirada parecía estar mirando desde el enrejado de la celda de una prisión después de una prolongada paliza.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
El silencio me deprimia. No era realmente el silencio. Era mi propio silencio.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
El problema era que odiaba la idea de servir a los hombres, en todos los sentidos.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
No hay nada como vomitar con alguien para llegar a ser viejos amigos.
|
Ariel de Sylvia Plath
Querido mío, toda la noche Estuve fluctuando, encendiéndome, apagándome. Las sábanas llegan a pesar como el beso de un libertino. Tres días. Tres noches. Agua con limón, agua De pollo, el agua me da arcadas. Soy demasiado pura para ti y para cualquiera. Tu cuerpo Me lastima como el mundo a Dios. Soy un fanal --- Mi cabeza una luna De papel japonés, mi piel de oro batido Infinitamente delicada y valiosa. ¿No te asombra mi calor? ¿Y mi luz? Soy una camelia enorme Resplandeciente, encendiéndome y apagándome. |
La campana de cristal de Sylvia Plath
Y yo sabía que a pesar de todas las rosas y besos y cenas en restaurantes que un hombre hacía llover sobre una mujer antes de casarse con ella, lo que secretamente deseaba para cuando la ceremonia de boda terminase era aplastarla bajo sus pies como la alfombra de la señora Willard.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
Desgarra conocer a Sylvia, una mujer muy libre en su cabeza que se encuentra con todo el encorsetamiento de "la pureza" que deben perseguir las mujeres, de la división de géneros. Un relato muy honesto, muy vívido sobre la sociedad neoyorkina del momento, sobre saberse fuera de lugar, sobre problemas mentales....
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
El aire de la campana de cristal se acolchaba a mi alrededor y yo no podía moverlo
|
Cartas de Sylvia Plath. Vol I de Sylvia Plath
[…] Pero, de algún modo, siempre ocurre algo inesperado cuando más abandonada y desilusionada me siento. En este caso, lo que me ha ayudado a seguir adelante han sido las cartas.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
-¿Qué tal si trata de decirme lo que usted cree que va mal? Di vueltas a las palabras con suspicacia, como si fueran redondos, pulidos guijarros que pudieran sacar de pronto una garra y convertirse en otra cosa. ¿Lo que yo creía que iba mal? Dicho así, tenía la impresión de que nada iba realmente mal, solo yo pensaba que iba mal. |
La caja de los deseos de Sylvia Plath
Siempre escucho queriendo oír pasos que suban las escaleras, y los odio cuando no suben a por mí. Por qué, por qué no puedo ser asceta una temporada, en vez de vacilar siempre entre querer una soledad completa para trabajar y leer, y ansiar tanto, tanto los gestos de las manos y las palabras de otros seres humanos.
|
La campana de cristal de Sylvia Plath
[“Si ser neurótica es decir dos cosas mutuamente excluyentes en el mismo momento, entonces soy endemoniadamente neurótica. Estaré volando de una a otra cosa mutuamente excluyente durante el resto de mi vida.”]
|
¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?