Voy a empezar recomendando abiertamente este libro y, con suerte, le haré justicia explicando los motivos. Me ha atrapado la sensibilidad de la escritora, su estricta atención a los detalles. Su minuciosidad se combina con una capacidad de observación y análisis desde las que crea atmósferas cargadas de significados y de simbolismos. A veces solo necesita una escena de corta duración para lanzar un mensaje tremendamente potente; su uso del lenguaje es cuidado, y a través de él logra evocar múltiples respuestas en el lector, justo las que experimentan sus personajes. El manejo de la información propia de la historia y la estructura de la novela contribuyen a generar un suspense inquietante. Este es un libro de silencios, de intrigas, de manipulaciones, de encierros, de abusos, de temores, de soledades. Todo ello interpela de forma distinta a los personajes de esta historia, en función del papel que ocupan en este mapamundi eminentemente político. La experiencia lectora conduce a acompañar a los personajes en au forma de experimentar los diversos acontecimientos; es un relato que conmueve, que suscita reflexiones y preguntas, y desde el que es inevitable ponerse en el lugar de Lucrezia, pero también de Emilia, de Sofía e incluso de Eleonora. La presencia de la naturaleza en la obra es evocadoramente bella; se trata de un elemento que conecta con los deseos más profundos del personaje principal. La escritora nos traslada de forma magistral a la Italia renacentista y otorga un papel central al arte, que juega también un papel como símbolo de poder y de opresión pero que mantiene, pese a todo, su capacidad salvadora. En su nombre hay pasajes bellísimos. Creo que solamente alguien con una aguda sensibilidad y capacidad para identificar y evocar la belleza puede ser capaz de imaginar y construir relatos y personajes como los de esta preciosa novela. Es la tercera lectura de esta escritora, y estoy deseando comprometerme con la siguiente… Enlace: https://instagram.com/lesbou.. + Leer más |