Retrato de un hombre inmaduro de Luis Landero
Pero la noche... ¿A usted de noche no se le llena la mente de amenazas, de espantajos, de recuerdos que ya creía olvidados? A veces pienso que hay en nosotros como burbujas de tiempo, pedacitos de tiempo no gastados, no vividos, que quedaron sobrantes de tardes de tedio o de mañanas infantiles de primavera, y que están ahí vírgenes, disponibles, esperando ser usados (...) Y lo mismo pasa con algunos recuerdos. En las honduras de la memoria a veces aparecen por las noches, cuando la conciencia queda a la deriva, pequeños episodios que se habían olvidado y que ahora vuelven como ánimas en pena en busca de consuelo y compaña.
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