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Hacerse el muerto de Andrés Neuman
La extrema libertad de un libro de cuentos radica en la posibilidad de empezar de cero en cada pieza. Exigirle unidad sería ponerle un candado al laboratorio.
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Calificación promedio: 5 (sobre 26 calificaciones)
/El escritor Andrés Neuman acaparó pronto la simpatía de los asistentes en las Presencias Literarias en la sala Kursala del aulario La Bomba, donde la periodista Leticia Sánchez, de la Voz de Cádiz, lo entrevistó. Su intervención amena y divertida conquistó la atención del público. Neuman se confiesa amante del relato y la poesía, ha resaltado que el cuento es el género que mejor sabe guardar un secreto porque intenta construir un misterio para el lector y pide a gritos una relectura. Se considera un escritor más constante que veloz, ya que para él escribir es una cuestión vital y resalta que en literatura, lo abstracto es el punto de llegada de los detalles bien observados; de lo contrario, se cae en lo pretencioso o en el aburrimiento. Andrés Neuman nació en Buenos Aires en el año 1977, aunque terminó de crecer en Granada, donde fue profesor de literatura hispanoamericana en la universidad. Actualmente, es columnista en el suplemento cultural del diario español ABC, en la revista Ñ del diario argentino Clarín, en el diario Ideal de Granada y en Sur de Málaga. A los 22 años publicó su primera novela, 'Bariloche' que fue finalista del premio Herralde. Con 'La vida en las ventanas' fue finalista del premio Primavera y con 'El viajero del siglo', obtuvo el premio Alfaguara. Como poeta ha publicado los poemarios Métodos de la noche, El jugador del billar o Sonetos del extraño, entre otros. Tras la entrevista, los asistentes pudieron hablar con el escritor y le trasladaron algunas preguntas sobre sus libros. Presencias Literarias en la Universidad es una iniciativa conjunta del vicerrectorado de Extensión Universitaria de la Universidad de Cádiz y la dirección general del Libro, Archivos y Bibliotecas del ministerio de Cultura.
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Hacerse el muerto de Andrés Neuman
La extrema libertad de un libro de cuentos radica en la posibilidad de empezar de cero en cada pieza. Exigirle unidad sería ponerle un candado al laboratorio.
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Fractura de Andrés Neuman
Una vez jubilado, al establecerse de nuevo en Tokio, el señor Watanabe comprendió que el choque cultural de volver era mayor que el de irse. Descubrió que no entendía algunos giros de sus compatriotas más jóvenes. Y que para ellos sonaba fatalmente antiguo.(123)
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Fractura de Andrés Neuman
Si para él los verdaderos hibakusha son aquellos que enfermaron mortalmente, en su caso los daños resultan de una equívoca invisibilidad. Quizá por eso nunca se decidió a inscribirse en los censos de víctimas. Ni a reclamar al Estado una indemnización que, desde el punto de vista económico, podía darse el lujo de rechazar. Un poco más de dinero, se justificaba, no le devolvería a su familia. Y en cierto sentido le hubiera atribuído un precio. Las muertes de los suyos eran únicas. No merecían confundirse en un trámite con tantas otras, ahogarse en la contabilidad de una lista sin fin. Al menos eso solía argumentar. Así que prefirió seguir moviéndose. Olvidar lo inolvidable. (132)
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Fractura de Andrés Neuman
Tonta de mi, todavía tardé un poco en comprender (pero no perdonar) el motivo de sus vaivenes. Supongo que él tenía miedo de lastimarme hablando. Y de esperanzarme callando. No sé por qué buscamos explicaciones complicadas para problemas obvios. Tal como lo veo ahora, que tantos secretos han pasado por mi dormitorio, el verdadero problema no es la mentira en sí. Lo terrible es la cadena de ocultamientos, disimulos y omisiones que se necesitan para sostener la primera mentira. Todo eso que al final nos hace ver que no conocemos a nadie. Tampoco a nuestros íntimos (página 84)
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Fractura de Andrés Neuman
Resultaba imposible no sentirme halagada por la cortés delicadeza de Yoshie. Después de tantos tipos intentando presionarte o imponerte su voluntad, era todo un alivio. Con el tiempo fui dándome cuenta que le costaba decir que no. Y que eso no siempre significaba que estuviera de acuerdo conmigo. ¿Cómo demonios funciona una sociedad donde insistir es de mal gusto y, al mismo tiempo, fracasar está prohibido? Me parecía una combinación terrible. La suma de un problema japonés y un problema americano (185).
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Fractura de Andrés Neuman
Para mi te enamoras dos veces. de una misma persona, digo. Una cuando la conoces. Y otra cuando la pierdes.
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Fractura de Andrés Neuman
Del extenso y patético repertorio de comentarios que los hombres suelen permitirse hacer sobre el físico de las mujeres, uno de los que más odio es el de que una está muy bien para su edad.
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Fractura de Andrés Neuman
Yoshie siempre nos insistía en que la inmigración era lo más importante que le había pasado a nuestra economía. Y que el que no entendiera eso la iba a hundir.
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Hablar solos de Andrés Neuman
...pregunta que sólo se hacen en serio los niños, y después los enfermos nos la volvemos a hacer: ¿está bien mentir?
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Fractura de Andrés Neuman
Para perder el tiempo, opina Watanabe, se requiere más rigor que para aprovecharlo: la oferta es infinita.
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¿Cuál fue la primera novela que abre la corriente literaria "de la revolución"?