Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
Y solo me resta seguir viviendo porque no puedo detenerme.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
Y solo me resta seguir viviendo porque no puedo detenerme.
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Kilmeny la violinista del huerto de Lucy Maud Montgomery
Un viento del joven abril, tan fresco y dulce como si hubiese estado soplando sobre los campos de la memoria en lugar de a través de deslucidas calles, susurraba en las copas de los árboles y agitaba los rizos sueltos de la hiedra que cubría el frente del edificio principal . Era un viento que cantaba sobre muchas cosas, pero lo que le cantaba a cada uno de aquellos que lo escuchaban era lo que solo esa persona tenía en el corazón.
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Ana de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
"Y también pienso que las violetas son pequeños recortes de cielo que caen cuando los ángeles cortan los agujeritos por donde brillan las estrellas."
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Ana de las tejas verdes. La llegada de Lucy Maud Montgomery
-Te tomas las cosas demasiado apecho, Ana - advirtio Marilla con un suspiro-. Me temo que vas a llevarte muchas decepciones a lo largo de la vida. -Pero, Marilla, ¡sí esperar las cosas con entusiasmo es casi tan divertido cómo hacerlas¡ - exclamó Ana-. Es posible que no consigas lo que deseas, pero nadie puede privarte de la alegría de esperar ilusionada. Yo creo que sería peor no tener ilusión por nada que llevarse una decepción. |
Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
Nos resistimos a la idea de que algo pueda alegrarnos cuando alguien a quien amamos ya no está para disfrutar con nosotros, y sentimos como si fuéramos infieles a nuestra pena cuando vemos que vuelve a nosotros el interés por la vida.
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Ana de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
-Después de todo -le había dicho Ana a Marilla una vez-, creo que los días más hermosos y dulces no son aquellos en los que ocurren cosas espléndidas, maravillosas o excitantes, sino simplemente los que nos traen pequeños placeres sucesiva y suavemente, como perlas que se sueltan de un collar.
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Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
Pero aun cuando el camino que tenía por delante fuese estrecho, sabía que las flores de una felicidad serena florecerían en sus orillas. La satisfacción del trabajo honrado, las aspiraciones nobles y la amistad entre afines sería suya; nada podía robarle su imaginación innata ni el mundo ideal de sus sueños. ¡Y siempre habría un recodo en el camino!
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Ana, la de Tejas Verdes. Ana, la de la Isla de Lucy Maud Montgomery
-¿Tienes sueños no realizados? -Desde luego. Todos los tenemos. No nos vendría bien tener todos los sueños cumplidos. Mejor sería estar muertos que no tener sueños.
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Ana, la de Ingleside de Lucy Maud Montgomery
Gyp murió a la mañana siguiente. Era la primera vez que la muerte entraba en el mundo de Jem. Ninguno de nosotros olvida jamás la experiencia de ver morir a un ser que queremos, aunque sea «sólo un perrito».
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Ana y la casa de sus sueños de Lucy Maud Montgomery
—Nuestra biblioteca no es muy nutrida —dijo Ana—, pero cada libro que tenemos es un amigo. Hemos ido eligiendo nuestros libros a través de los años, aquí y allá, y nunca compramos uno sin haberlo leído y saber que pertenece a la raza de José.
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Ana, la de Álamos Ventosos de Lucy Maud Montgomery
Alguien ha dicho que «el odio es solamente el amor que no encontró el camino». Estoy segura de que debajo del odio, en realidad se amaban (como te amaba yo todos esos años en los que creí odiarte) y que la muerte se lo habrá demostrado. Yo me alegro de haberlo descubierto en vida.
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Ana, la de Tejas Verdes. Ana, la de la Isla de Lucy Maud Montgomery
La lluvia cesó y el sol asomó entre las nubes iluminando las aguas grises y haciendo brillar la niebla que envolvía las rojas playas de la isla con destellos dorados. Era, por fin, un hermoso día.
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Ana, la de Tejas Verdes. Ana, la de la Isla de Lucy Maud Montgomery
Pero yo sabía que solo había un hombre en el mundo con quién podría casarme.
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Ana, la de Tejas Verdes. Ana, la de la Isla de Lucy Maud Montgomery
Habrá dos mellizos, una es un modelo perfecto, el otro es lo que la señora Lynde llama " un santo terror"
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Ana, la de Tejas Verdes. Ana, la de la Isla de Lucy Maud Montgomery
Diana: -Te casarás con alguien espléndido y guapo y rico... Y ninguna habitación de invitados de Avonela será lo bastante elegante para ti... Miraras por encima del hombro a todos tus amigos de la juventud. Ana: - Eso sería una pena, porque cuando miro por encima del hombro mi nariz tiene un aspecto horroroso |
Ana, la de Ingleside de Lucy Maud Montgomery
Walter sonreía en sueños, como alguien que conoce un secreto encantador.
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Ana, la de Ingleside de Lucy Maud Montgomery
«Ella le hará a él el bien y jamás el mal en todos los días de su vida».
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¿En qué año se publicó?