Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
No tengo intención alguna de callarme —dijo Valancy perversamente—. Me he callado toda la vida. Gritaré si lo deseo.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
No tengo intención alguna de callarme —dijo Valancy perversamente—. Me he callado toda la vida. Gritaré si lo deseo.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
Simplemente me he cansado de vivir para complacer a todo el mundo y he decidido hacer mi propia voluntad. Eso es todo.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
El miedo es el pecado original. Casi todos los males del mundo tienen su origen en el miedo que siente alguien por alguna cosa. Es una serpiente fría y viscosa que se enrosca sobre uno mismo. Es horrible vivir con miedo; es el más degradante de todos los sentimientos
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
No existe nada semejante a la libertad en la tierra. Solo distintas clases de atadura. Y cadenas comparativas. Tú ahora crees que eres libre porque has escapado de una especie de confinamiento particularmente insoportable. ¿Pero lo eres realmente? Me amas... eso es una cadena.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
Valancy se levantó y se vistió con una extraña y profunda sensación de libertad. Cuando terminó de arreglarse el cabello abrió la ventana y arrojó la jarra de flores secas sobre el terreno adyacente, que fue a estrellarse gloriosamente contra el cutis de una colegiala de la vieja tienda de carruajes. —Estoy harta de la fragancia de las cosas muertas —dijo Valancy. |
Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
Hannah Bell quería «ser buena sin tener que molestarse en conseguirlo». Marjory White, que tiene diez años, quería ser viuda. Cuando le pregunté por qué, me dijo gravemente que si una no se casa la gente la llama solterona, y si se casa, el marido le da órdenes; pero siendo viuda no habría peligro ni de una cosa ni de la otra. El deseo más destacable fue el de Sally Bell. Ella quería una «luna de miel». Le pregunté que si sabía lo que era y ella me dijo que pensaba que era un tipo de bicicleta especialmente bonita, porque su primo de Montreal se fue de luna de miel cuando se casó y él siempre tenía bicicletas último modelo.
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Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
—Yo nunca podría azotar a un niño —dijo Ana con igual decisión—. No creo en ello en absoluto. La señorita Stacy nunca nos azotó y mantuvo siempre un orden perfecto; y el señor Phillips siempre estaba haciéndolo y no logró mantener el orden. No, si no consigo arreglármelas sin dar azotainas renunciaré a enseñar en la escuela. Hay mejores maneras de tratar a los alumnos. Trataré de ganarme el afecto de mis alumnos y ellos querrán hacer lo que yo les diga. —Pero supón que no lo hacen —dijo Jane, pragmática. —Pues no les azotaría de todos modos. Esto segura de no haría ningún bien. |
Ana de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
Hannah Bell quería «ser buena sin tener que molestarse en conseguirlo». Marjory White, que tiene diez años, quería ser viuda. Cuando le pregunté por qué, me dijo gravemente que si una no se casa la gente la llama solterona, y si se casa, el marido le da órdenes; pero siendo viuda no habría peligro ni de una cosa ni de la otra. El deseo más destacable fue el de Sally Bell. Ella quería una «luna de miel». Le pregunté que si sabía lo que era y ella me dijo que pensaba que era un tipo de bicicleta especialmente bonita, porque su primo de Montreal se fue de luna de miel cuando se casó y él siempre tenía bicicletas último modelo.
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Ana de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
—Yo nunca podría azotar a un niño —dijo Ana con igual decisión—. No creo en ello en absoluto. La señorita Stacy nunca nos azotó y mantuvo siempre un orden perfecto; y el señor Phillips siempre estaba haciéndolo y no logró mantener el orden. No, si no consigo arreglármelas sin dar azotainas renunciaré a enseñar en la escuela. Hay mejores maneras de tratar a los alumnos. Trataré de ganarme el afecto de mis alumnos y ellos querrán hacer lo que yo les diga. —Pero supón que no lo hacen —dijo Jane, pragmática. —Pues no les azotaría de todos modos. Esto segura de no haría ningún bien. |
Gregorio Samsa es un ...