Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
Valancy se levantó y se vistió con una extraña y profunda sensación de libertad. Cuando terminó de arreglarse el cabello abrió la ventana y arrojó la jarra de flores secas sobre el terreno adyacente, que fue a estrellarse gloriosamente contra el cutis de una colegiala de la vieja tienda de carruajes. —Estoy harta de la fragancia de las cosas muertas —dijo Valancy. |