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Tercera parte de la serie Doctor, esta historia es de Vicent el primo. Vicent es un hombre hecho a sí mismo, en su día quiso ser médico como su familia, hasta que vio que a él se le daban mejor otras cosas. Lo suyo son los negocios, en este caso tiene un negocio entre ojos que sería muy bueno, una mansión británica convertida en un hotel de lujo. Kate es una chica que lleva años sin salir de Crompton, su lugar seguro, su niñez no fue buena y Crompton le trae seguridad, estabilidad. Su abuela es su refugio y la adora. Una noche Kate se deja llevar por la pasión y tiene un encuentro con un chico que jamás pensó volver a verlo, hasta que descubre que ese chico es Vicent, el mismo que ha comprado la misión para crear un hotel. Desde ese momento va a luchar con todas sus fuerzas contra la atracción hacia él y lo que quiere construir. El romance es puro juego, la atracción entre ellos es palpable a cada momento, pero también son dos personas que se lo pasan bien juntas, que les gusta hablar de todo y de nada, dos almas dañadas con cosas del pasado. Ella echó raíces y no quiere moverse, él no quiere echar raíces en ningún lado. Una de las cosas que más me ha gustado es conocer a fondo a Vicent, en los otros libros parecía el primo gracioso y tocapelotas, pero detrás de esa fachada hay mucho más. Otra cosa que me ha gustado mucho es como ellos se ven, conectan y constantemente se están buscando, son como dos imanes. Ella es una chica sencilla que tiene miedo y fobia a salir de su zona de confort, un tema delicado y peliagudo por el estrés que le crea los cambios. En él la cuestión es que piensa que nadie le necesita, que no puede estar en un sitio mucho tiempo para no encariñarse de la gente y que luego le abandonen y le hagan daño. Una historia con toques de humor, con sensibilidad y con una pasión devastadora de dos personas que no lo pasaron bien y que hay heridas que aún no han curado. + Leer más |