Donde los árboles cantan de Laura Gallego
Y gracias a la voz de Oki, Uri y Viana renacieron una vez más, en la imaginación de sus oyentes, para volver a vivir su historia de amor sin fronteras.
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Donde los árboles cantan de Laura Gallego
Y gracias a la voz de Oki, Uri y Viana renacieron una vez más, en la imaginación de sus oyentes, para volver a vivir su historia de amor sin fronteras.
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La Emperatriz de los Etéreos de Laura Gallego
Uno de los libros más entrañables de la autora. Lo recuerdo siempre con mucho cariño.
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Todas las hadas del reino de Laura Gallego
En realidad, las hadas no necesitaban varitas para hacer magia. Pero habían aprendido con el tiempo que a los mortales les costaba asimilar que pudieran utilizar sus poderes así, sin más
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Donde los árboles cantan de Laura Gallego
–Muchacha, te contaré algo: el mundo está lleno de historias. A algunas de ellas se llega a través de gente como yo, que las relata para que no se olviden. Otras, en cambio... se viven. ¿Entiendes? Viana asintió, aunque no estaba segura de comprenderlo del todo. –Ahora tú debes decidir –concluyó Oki– si seguirás siendo una oyente o, por el contrario, saldrás en busca de tu propia historia. |
Donde los árboles cantan de Laura Gallego
Uri la estrechó otra vez entre sus brazos, con cuidado para no hacerle daño. Viana se abandonó en ellos sin poderlo evitar y permitió que él siguiera acariciándola para consolarla. Cuando cesaron sus lágrimas y el dolor empezó a ser sustituido por algo más grato y apremiante, la muchacha se dio cuenta de que también el chico del bosque respiraba entrecortadamente. —Uri —susurró, maravillada—. ¿Qué estás haciendo? Lo sabía perfectamente, pero él parecía no estar muy seguro. —No lo sé. Viana, no sé qué me pasa. |
La Emperatriz de los Etéreos de Laura Gallego
Por encima de todo, mantén siempre caliente tu corazón
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La Emperatriz de los Etéreos de Laura Gallego
¡La eternidad! ¿De qué te sirve la eternidad si para ello has de renunciar a la vida?
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La Emperatriz de los Etéreos de Laura Gallego
Desde el mismo instante en que sus ojos, claros y brillantes como un cristal de nieve, se habían cruzado con los de ella, años atrás, la habían condenado a no poder amar jamás a ningún otro hombre.
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Crónicas de la Torre IV. Fenris, el elfo de Laura Gallego
- No me gusta confiar mi suerte a cosas tan abstractas como la amistad, el honor o la misericordia.
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Alas de fuego de Laura Gallego
«Somos grandes, alitas. Y nada…» -Nada podrá pararnos -susurró Ahriel, con los ojos llenos de lágrimas. |
Alas de fuego de Laura Gallego
No. Ahriel ya no era un ángel porque podía elegir su destino y tomar sus propias decisiones. Y entonces comprendió que ya no debía preocuparla el hecho de ser o no ser un ángel o una humana. Porque ella era, simplemente, Ahriel.
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Memorias de Idhún II. Tríada de Laura Gallego
-¿Que te hace pensar que me importas tanto como para querer vengarme de ti?
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Dos velas para el diablo de Laura Gallego
Hoy en día la gente ya no cree en los ángeles. Bueno, hay quien piensa que son seres de luz que están aquí para ayudarnos y que, si les rezas de una determinada manera, te ayudarán a encontrar novio, a que te toque la lotería o a curarte las hemorroides. Pero eso no es creer en los ángeles. Yo me refiero a los de la Biblia, los mensajeros de Dios. Ángeles como Miguel, que expulsó a los demonios del cielo. Como Uriel, que guardaba las puertas del paraíso armado con una espada de fuego, para desgracia de Adán y Eva. O como Metatrón, que tiene nombre de robot de anime japonés, pero que en realidad es el Rey de los Ángeles, el más poderoso de todos. Ya nadie cree en esos ángeles. Dicen que son mitología, pero lo que ocurre en realidad es que están pasados de moda. Sim embargo, hay gente que sí cree en los demonios. Y no los culpo. |
Dos velas para el diablo de Laura Gallego
Entonces él se vuelve hacia mí y me mira fijamente. Es una mirada maquiavélica que me deja muda de horror. La mirada del depredador. (…) Él vuelve a prestarme atención. En efecto, es un demonio joven; esto quiere decir que, aunque no aparente más de veinte años, es fácil que tenga veinte mil. Lo cual, en realidad, no es mucho viniendo de un demonio. Viste pantalones negros y una camisa blanca, medio remangada, medio suelta, que lleva con natural elegancia, pero presenta un cierto aspecto desaliñado: su pelo negro está despeinado, y sus ropas algo arrugadas, como si acabara de levantarse o como si se hubiese vestido con desgana, sin prestar atención a lo que hacía. Puede que esté siguiendo alguna moda, o puede que sea una declaración de intenciones, no lo sé. El caso es que no parece estar dormido en absoluto, porque hay un brillo feroz alerta en su mirada. Sus rasgos son algo aniñados, lo que también es engañoso, pues no hay nada de ingenuo o infantil en su expresión: ahora que solo yo lo estoy mirando, ahora que su presa se ha esfumado, muestra su verdadero rostro, en un gesto grave, serio, y muy, muy peligroso. Con esta luz es difícil decir de qué color son sus ojos, pero no me siento capaz de aguantarle la mirada ni un segundo más. Es la mirada del depredador más temible del planeta, el que no persigue a sus presas por su carne, sino que es un cazador de almas; y eso es algo que los mortales, pese a que llevamos cientos de miles de años conviviendo con ellos, aún estamos muy lejos de comprender del todo. + Leer más |
El libro de los portales de Laura Gallego
¿Intuición?,, se dijo así mismo, dolido. ¿Y cómo se aprende eso? ¿Qué manual lo describe? ¿Qué profesor lo imparte en sus clases?
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El libro de los portales de Laura Gallego
A los hijos de los mineros se les apagaba muy pronto de los ojos la luz inocente de la niñez
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Donde los árboles cantan de Laura Gallego
Tan fuerte que parece que no puedes respirar. Tan intenso que deseas estar siempre con esa persona y no separarte de ella nunca más.
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Cuando me veas de Laura Gallego
Los verdaderos superhéroes no son los que llevan traje especial. Muchas veces están delante nuestra y ni si quera nos damos cuenta.
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Cuando me veas de Laura Gallego
«Las palabras son solo palabras»., se dijo. «Por mucho que duelan...., son solo palabras»
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Crónicas de la Torre I. El Valle de los Lobos de Laura Gallego
Nunca la trataron de forma especial y, sin embargo, todos podían ver que ella era diferente.
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¿De qué nacionalidad es la autora?