El pasado de nuestras decisiones
Miren Triggs está cansada de la promoción de su libro, lo que realmente quiere es volver a la redacción y seguir con su periodismo de investigación. Una polaroid sobre un antiguo caso policial le dará la excusa perfecta para dejar todo de lado y volver a perseguir la noticia, sin embargo, no estará sola su antiguo profesor, Jim Schmoer, también recibe información sobre el caso. Ambos se lanzarán tras estas pistas que les darán también un motivo para seguir adelante.
De este modo comienza nuestra novela de investigación que nos adentra en la resolución de la muerte de una chica que ha aparecido crucificada y que puede tener relación con el antiguo caso de Gina Pebbles. La historia, por tanto, no se centrará (o no solo) en la búsqueda del asesino de este crimen, sino en encontrar la relación entre los dos sucesos. Así se urde y entretejen ambos sucesos y se nos ofrecen varias investigaciones simultáneas.
Para ello, la obra plantea dos perspectivas de investigación, el periodismo y la policía, con tres voces narradoras. Miren Triggs es una periodista en activo, conocida por su implicación en un caso de una muchacha desaparecida; Jim Schmoer, profesor de periodismo y antiguo periodista de investigación; y Ben Miller, investigador de la unidad de desaparecidos. Todos ellos relacionados entre sí de una u otra manera y cada uno con su problema particular. Qué paso y qué ha pasado serán las claves al unirlo todo con el qué está pasando en el instituto religioso de la zona.
Temática respetuosa
En este sentido, el componente religioso es alto, aunque no es algo sobre lo que tengamos que saber para poder comprender la obra. Las citas a la Biblia y el atrezzo del culto son los elementos que decoran y dan un carácter particular al crimen que se va a investigar. Esto me ha gustado, ya que normalmente, cuando en una novela aparece el tema religioso o de culto, siempre se criminaliza la doctrina y, sin embargo, en este caso lo que se critica es a las personas que emplean esta religiosidad para manipular y el fervor desmedido.
Esto no implica que no tengamos temas delicados como es la cuestión del pecado, la penitencia y el perdón. Estos temas serán los que impulsen a la mayoría de personajes de la trama y los que nos expliquen las acciones de los mismos. Sin embargo, volvemos a lo que decíamos, no hay sesgo, cada uno, lector y personajes podrán entenderlos a su modo.
Rapidez y eficacia
Y, a este respeto por el lector, tenemos que añadir que es una obra que se lee bastante rápido. Su extensión no es corta, pero tampoco extensa, la trama es muy ágil porque nos encontramos ante capítulos cortos que no se demoran en descripciones excesivas. En ellos veremos más cómo el narrador cuenta lo que siente en cada momento y esto, bajo mi punto de vista, ayuda a conformar una atmósfera de misterio y soledad, que al final es el punto fuerte de las investigaciones.
Los personajes, por su parte, son muy interesantes, ya que tienen profundidad psicológica y trasfondo vital. Estos van desde el típico hombre venido a menos después de una separación y una pérdida de trabajo, hasta una mujer que arrastra traumas de su infancia. Sin embargo, el autor los hace muy cercanos y eso ayuda a que el lector pueda empatizar con ellos. Por su parte, los secundarios también serán bastante interesantes, ya que serán esa nota de color en el gris que nos muestran los protagonistas.
Desarrollo y fin
Lo cierto es que siempre que me pongo con una obra del género me debato entre querer desentrañar el misterio, pero que esto no se haga demasiado rápido. En este caso me ha gustado cómo el autor desarrollando varias líneas de investigación me ha despistado. Es cierto que en determinado punto podemos intuir quién puede estar detrás del asunto, pero en mi caso no ha sido hasta que comienza a desentrañarse todo cuando he estado segura.
En este sentido, me ha convencido mucho tanto la investigación como la resolución, aunque reconozco que en un momento determinado me he asustado pensando que el autor no iba a hilar.
De todos modos, para ser el primer libro que leo del autor me ha gustado mucho su estilo y repetiré con él sin duda. Por ello, os recomiendo que os lancéis a Javier Castillo y a su Juego del alma, ya que creo que es un autor que puede estar dando un toque diferente a la policíaca. Espero que os guste.
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