Persuasión: dícese de la capacidad de convencer a alguien para que haga o crea “algo” empleando argumentos para ello.
Y este es el eje de la novela que traigo hoy.
Primer libro que leo de la autora, aún diciéndome más de uno (y de dos, y de tres…) que era el más flojo de toda su obra. Y sí, me lo ha parecido.
Jane Austen se caracteriza por el retrato íntimo y el tratamiento de sus personajes, a la vez que las relaciones entre los mismos.
Si bien el libro no me ha calado hondo, sí lo ha hecho la prosa de su autora, me ha parecido realmente elegante a la hora de narrar los hechos.
Nos cuenta cómo evoluciona la familia de Sir Walter Elliot –señor de Kellynch Hall- tras quedarse éste viudo; sus problemas familiares y personales, el vínculo con sus amistades, cómo unos se arruinan, otros se casan, otros lo intentan… y muchos de ellos son persuadidos por unos pocos página tras página.
Además, cómo no, tenemos una historia de amor… que me ha resultado bastante peculiar, ya que uno de los interesados no aparece apenas en el libro y sin embargo se palpan los sentimientos y la atracción entre ellos.
Anne es, digamos, nuestra protagonista; de carácter dulce y apenas superficial (como su hermana y su padre), se preocupa por los demás y es educada y tierna.
Frederick, la otra mitad, simpático y amable, es uno de los personajes mejor perfilados (a mi gusto, claro), ya que sabes exactamente cómo es con apenas algunas apariciones estelares. Me ha encantado.
Teniendo en cuenta que al acabar la lectura me ha parecido que el libro no cuenta absolutamente nada, o en el que al menos no pasa nada relevante, me ha gustado mucho cómo se describe a la pareja, sus momentos íntimos… es más, el momento-carta me pareció terriblemente romántico. De hecho gracias a él, salvo el libro.
Esta última novela de Austen fue publicada allá en 1817, tras su muerte.
Lo dicho al principio, me he llevado un pequeño chasco con mi primer Austen, pero no desisto, tengo más de ella en la recámara y pienso catarlos!
La novela cuenta con un par de adaptaciones: la de 1995, a la gran pantalla, protagonizada por Amanda Root; y la de 2007, a la pequeña pantalla.
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