Más allá del invierno de Isabel Allende
Cualquier desdicha de un día sería historia antigua el siguiente.
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Más allá del invierno de Isabel Allende
Cualquier desdicha de un día sería historia antigua el siguiente.
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
Ella era una criatura romántica y sentimental, con tendencia a la soledad, de pocas amigas, capaz de emocionarse hasta las lágrimas cuando florecían las rosas en el jardín.
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El amante japonés de Isabel Allende
A los veintidós años, sospechando que tenían el tiempo contado, Ichimei y Alma se atragantaron de amor para consumirlo entero, pero mientras más intentaban agotarlo, más imprudente era el deseo, y quien diga que todo fuego se apaga solo tarde o temprano, se equivoca: hay pasiones que son incendios hasta que las ahoga el destino de un zarpazo y aun así quedan brasas calientes listas para arder apenas se les da oxígeno."
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La isla bajo el mar de Isabel Allende
Siempre había música, donde los árboles se doblaban de fruta, los vegetales crecían solos y los peces saltaban del agua y podían cogerse sin esfuerzo, donde todos eran libres: en la isla bajo el mar.
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Paula de Isabel Allende
Mi vida se hace al contarla y mi memoria se fija con la escritura, lo que no pongo en palabras sobre el papel, lo borra el tiempo
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Paula de Isabel Allende
La selección de la especie no ha servido para que florezca la inteligencia o evolucione el espíritu, a la primera oportunidad nos destrozamos unos a otros como ratas prisioneras en una caja demasiado estrecha.
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Violeta de Isabel Allende
Pronto abandonaré este cuerpo desarmado que tan bien me ha servido durante un siglo entero, pero está finalmente derrotado. —¿Me estoy muriendo, Etelvina? —Sí, señora. ¿Tiene miedo? —No. Estoy contenta y siento curiosidad. ¿Qué habrá al otro lado? —No sé. |
Paula de Isabel Allende
Silencio antes de nacer, silencio después de la muerte, la vida es puro ruido entre dos insondables silencios.
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Paula de Isabel Allende
Si pudiera permanecer inmóvil, sin hablar ni pensar, sin suplicar, llorar, recordar o esperar, si pudiera sumergirme en el silencio más completo, tal vez entonces podría oírte, hija.
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Paula de Isabel Allende
El tiempo transcurre muy lento. O tal vez el tiempo no pasa, sino que nosotros pasamos a través del tiempo.
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Violeta de Isabel Allende
«Es más fácil ser altruista y generoso con la panza llena que con hambre», decían. Nunca he creído eso, porque he visto que tanto la maldad como la bondad se dan en todas partes.
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Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende
Y en ese instante, como si lo supiera todo, ella le dijo que el miedo es más fuerte que el deseo, el amor, el odio, la culpa, la rabia, más fuerte que la lealtad. El miedo es algo total...
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Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende
Descubrieron la cabeza de la niña asomada en el lodazal, con los ojos abiertos, llamando sin voz. Tenía un nombre de Primera Comunión, Azucena. En aquel interminable cementerio, donde el olor de los muertos atraía a los buitres más remotos y donde los llantos de los huérfanos y los lamentos de los heridos llenaban el aire, esa muchacha obstinada en vivir se convirtió en el símbolo de la tragedia.
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Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende
Cinco siglos atrás, cuando los bravos forajidos de España, con sus caballos agotados y las armaduras calientes como brasas por el sol de América, pisaron las tierras de Quinaroa, ya los indios llevaban varios miles de años naciendo y muriendo en el mismo lugar.
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Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende
Llegó al pueblo a la cabeza de su columna, sentado en el techo de una camioneta, con un fusil sobre las rodillas, una barba de meses y una bala alojada para siempre en la ingle, pero tan feliz como nunca lo estuvo antes ni después.
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¿En qué época está ambientada la obra?