Mujeres del alma mía de Isabel Allende
Queremos un mundo donde haya belleza, no solo aquella que se aprecia con los sentidos, sino también aquella que se percibe con un corazón abierto y una mente lúcida.
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Mujeres del alma mía de Isabel Allende
Queremos un mundo donde haya belleza, no solo aquella que se aprecia con los sentidos, sino también aquella que se percibe con un corazón abierto y una mente lúcida.
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El plan infinito de Isabel Allende
A las dos niñas, en cambio, les exigían sirvieran a los varones porque lo consideraba su obligación. Dios quiso que naciéramos mujeres, mala suerte, estamos destinadas al trabajo y al dolor, decía en todo pragmático, sin asomo de autocompasión
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
-¿Por qué vivía así, si le sobraba el dinero? -gritó Esteban. -Porque le faltaba todo lo demás. -replicó Clara dulcemente. |
El plan infinito de Isabel Allende
Solo lamento la pérdida de la inocencia. Echo de menos el idealismo de la juventud, la época en que todavía existía para mí una línea divisoria entre el bien y el mal y creía que es posible actuar siempre de acuerdo a principios inamovibles. No era una postura práctica ni realista, ya lo sé, pero había una limpia pasión en esa intransigencia que todavía me conmueve cuando la encuentro en otros.
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
Nunca se ha visto que un hombre no pueda golpear a su propia mujer, si no le pega es que no la quiere o que no es bien hombre; dónde se ha visto que lo que gana un hombre o lo que produce la tierra o ponen las gallinas, sea de los dos si el que manda es él; dónde se ha visto que una mujer pueda hacer las mismas cosas que un hombre, si ella nació con marraqueta y sin cojones.
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Memorias del águila y del jaguar de Isabel Allende
Comprendió que la felicidad consiste en alcanzar aquello que hemos esperado por mucho tiempo.
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De amor y de sombra de Isabel Allende
Supo que a pesar del aparente abismo que las separaba, podía contarle la verdad, porque en esencia eran hermanas, como finalmente lo son todas las mujeres.
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Mi país inventado de Isabel Allende
Aquellos de nosotros que nos hemos ido muchas veces desarrollamos por necesidad un cuero duro. Como carecemos de raíces y de testigos del pasado, debemos confiar en la memoria para dar continuidad a nuestras vidas; pero la memoria es siempre borrosa, no podemos fiarnos en ella.
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Mi país inventado de Isabel Allende
Así es la nostalgia: un lento baile circular. Los recuerdos no se organizan cronológicamente, son como el humo, tan cambiantes y efímeros, que si no se escriben desaparecen en el olvido.
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Mi país inventado de Isabel Allende
El exiliado mira hacia el pasado, lamiéndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance.
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Isabel Allende
La edad, por si sola, no hace a nadie mejor ni más sabio, sólo acentúa lo que cada uno ha sido siempre.
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El amante japonés de Isabel Allende
"La edad, por si sola, no hace a nadie mejor ni más sabio, sólo acentúa lo que uno ha sido siempre"
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
Me será muy difícil vengar a todos los que tienen que ser vengados, porque mi venganza no sería más que otra parte del mismo rito inexorable.
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El juego de Ripper de Isabel Allende
“…Atila, que lo arrastró más de cien metros bajo intensa metralla y luego se le echó encima para protegerlo con su cuerpo hasta que llegó ayuda. ” |
Largo pétalo de mar de Isabel Allende
Si eres mujer todos los riesgos son para ti y de placer hay muy poco.
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Largo pétalo de mar de Isabel Allende
Los humanos somos criaturas gregarias, que no estamos programados para la soledad, sino para dar y recibir.
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Eva Luna de Isabel Allende
Su padre pertenecía a la tribu de los hijos de la luna. Que sea Eva Luna, entonces.
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
Tal vez temía que ese grandioso amor, que había resistido tantas pruebas, no pudiera sobrevivir a la más terrible de todas: la convivencia.
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
Esa noche creí que había perdido para siempre la capacidad de enamorarme, que nunca más podría reírme ni perseguir una ilusión. Pero nunca más es mucho tiempo
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La casa de los espíritus de Isabel Allende
El pasado y el futuro eran parte de la misma cosa y la realidad del presente era un caleidoscopio de espejos desordenados, donde todo podía ocurrir.
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¿En qué época está ambientada la obra?