Buenas intenciones de
Anna Casanovas
-Usted aún no me conoce bien, Tom. Si lo hiciera sabría que se me da muy mal escuchar consejos de los demás y mucho por aceptarlos y seguirlos, incluso los de mi querida hermana Cassandra. Se lo cuento a Cassandra porque así me aseguro de entenderlo bien, de desmenuzar el verdadero significado de aquel acontecimiento, de medir el peso exacto de esas palabras. Es muy importante, en mis circunstancias es muy peligroso malinterpretar las palabras, para usted, un hombre, son inofensivas, pero para nosotras pueden ser letales.