Poemas esenciales de Federico García Lorca
(pg.35) Adán y Eva. La serpiente partió el espejo en mil pedazos, y la manzana fue la piedra. […] |
Poemas esenciales de Federico García Lorca
(pg.35) Adán y Eva. La serpiente partió el espejo en mil pedazos, y la manzana fue la piedra. […] |
Yerma de Federico García Lorca
Yerma: ¿y qué buscabas en mí? Juan: a ti misma. Yerma: ¡Eso! Buscabas la casa, la tranquilidad y una mujer. Pero nada más. ¿Es verdad lo que digo? Juan: Es verdad. Como todos. |
Yerma de Federico García Lorca
Juan: Tú sales demasiado. ¿No me has oído decir eso siempre? Yerma: Justo. Las mujeres dentro de sus casas, cuando las casas no son tumbas. Cuando las sillas se rompen y las sábanas de hilo se desgastan de su uso. Pero aquí, no. Cada noche, cuando me acuesto, encuentro mi cama más nueva, más reluciente. Como si estuviera recién traída de la ciudad. |
Mariana Pineda de Federico García Lorca
Decirte cómo le quiero no me produce rubor. Me escuece dentro su amor y relumbra todo entero. Él ama la Libertad, y yo la quiero más que él. Lo que dice es mi verdad agria, que me sabe a miel. Y no me importa que el día con la noche se enturbiara, que con la luz que emanara su espíritu viviría. Por este amor verdadero, que muerde mi alma sencilla, me estoy poniendo amarilla como la flor del romero. |
La zapatera prodigiosa de Federico García Lorca
Las manos de mi cariño te están bordando una capa con agremán de alhelíes y con esclavina de agua. Los zapatos que tú hacías, zapatero de mi alma, son estrellas que relucen alrededor de mi cama. La luna es un pozo chico, las rosas no valen nada; lo que valen son tus brazos cuando de noche me abrazan. |
Federico García Lorca
" Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de los caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena, yo me la llevé al río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. Le regalé un costurero grande, de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevé al río." ✒ FRAGMENTO DE "LA CASADA INFIEL" de Federico García Lorca ❤ |
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Ese día me encerraré con ella en un cuarto y le estaré escupiendo un año entero. "Bernarda, por esto, por aquello, por lo otro", hasta ponerla como un lagarto machacado por los niños, que es lo que es ella y toda su parentela.
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Escondida luz de Federico García Lorca
Ya se acabó. La lluvia penetra por su boca. El aire como loco deja su pecho hundido, y el Amor, empapado con lágrimas de nieve [...] |
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Escondida luz de Federico García Lorca
No te conoce tu recuerdo mudo porque te has muerto para siempre. |
Escondida luz de Federico García Lorca
Para buscar mi infancia, ¡Dios mío!, comí naranjas podridas, papeles viejos, palomares vacíos, y encontré mi cuerpecito comido por las ratas en el fondo del aljibe con las cabelleras de los locos. |
Escondida luz de Federico García Lorca
Ahora sé lo que es despedirse para siempre. El abrazo diario tiene brisa de molusco. Este último abrazo de mi amor fue tan perfecto, que la gente cerró los balcones con sigilo. No me haga usted hablar, condesa. Yo estoy enamorado de una mujer que tiene medio cuerpo en la nieve del norte. Una mujer amiga de los perros y fundamentalmente enemiga mía. Nunca pude besarla a gusto. [...] |
Escondida luz de Federico García Lorca
Mundo, ya tienes meta para tu desamparo. Para tu horror perenne de agujero sin fondo. ¡Oh Cordero cautivo de tres voces iguales! ¡Sacramento inmutable de amor y disciplina! |
Escondida luz de Federico García Lorca
Quisiera que toda mi alma entrara en tu cuerpo breve y ser yo tu pensamiento y ser yo tu blanco veste. Para hacer que te enamores de mí con pasión tan fuerte que te consumas buscándome sin que jamás ya me encuentres. Para que vayas gritando mi nombre hacia los ponientes, preguntando por mí al agua, bebiendo triste las hieles. |
Escondida luz de Federico García Lorca
Deja en paz mi corazón, que se ha dormido los Sueños. Y no quiero que germine la semilla del deseo. Tus alas de luna densa iluminan mi cerebro, haciendo brotar las rosas exaltadas de mis versos. Y yo sólo quiero paz de penumbra y de silencio. Haré mi espíritu flores, haré mi corazón viento, y dejaré en los sembrados la carroña de mi cuerpo, tan sólo por espantarte, ave triste del recuerdo. |
Escondida luz de Federico García Lorca
Quiero llorar mi pena te lo digo para que tú me quieras y me llores en un anochecer de ruiseñores con un puñal, con besos y contigo. Quiero matar al único testigo para el asesinato de mis flores y convertir mi llanto y mis sudores en eterno montón de duro trigo. Que no se acabe nunca la madeja del te quiero me quieres, siempre ardida con decrépito sol y luna vieja. Que lo que no me des y no te pida será para la muerte, que no deja ni sombra por la carne estremecida. |
Escondida luz de Federico García Lorca
Pero ¡pronto! Que unidos, enlazados, boca rota de amor y alma mordida, el tiempo nos encuentre destrozados. |
Escondida luz de Federico García Lorca
[...] voy a verte pasar, para beber tus ojos y ponerme a llorar. |
Escondida luz de Federico García Lorca
Porque quiero dormir el sueño de las manzanas para aprender un llanto que me limpie de tierra; porque quiero vivir con aquel niño oscuro que quería cortarse el corazón en alta mar. |
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¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?