Bodas de sangre de Federico García Lorca
Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima.
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Bodas de sangre de Federico García Lorca
Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima.
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Federico García Lorca
Quiero bajar al pozo, quiero morir mi muerte a bocanadas, quiero llenar mi corazón de musgo, para ver al herido por el agua. |
Federico García Lorca
Porque quiero dormir el sueño de las manzanas para aprender un llanto que me limpie de tierra; porque quiero vivir con aquel niño oscuro que quería cortarse el corazón en alta mar. |
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Federico García Lorca
Las cosas que se van no vuelven nunca, todo el mundo lo sabe, y entre el claro gentío de los vientos es inútil quejarse. |
Federico García Lorca
Hoy siento en el corazón un vago temblor de estrellas, pero mi senda se pierde en el alma de la niebla. La luz me troncha las alas y el dolor de mi tristeza va mojando los recuerdos en la fuente de la idea. |
Federico García Lorca
Yo muchas veces me he perdido para buscar la quemadura que mantiene despiertas las cosas |
Federico García Lorca
Todos comprenden el dolor que se relaciona con la muerte, pero el verdadero dolor no está presente en el espíritu. No está en el aire ni en nuestra vida, ni en estas terrazas llenas de humo. El verdadero dolor que mantiene despiertas las cosas es una pequeña quemadura infinita en los ojos inocentes de los otros sistemas. Un traje abandonado pesa tanto en los hombros que muchas veces el cielo los agrupa en ásperas manadas. Y las que mueren de parto saben en la última hora que todo rumor será piedra y toda huella latido. |
Federico García Lorca
-Esas lágrimas salobres ¿de dónde vienen, madre? -Lloro, señor, el agua de los mares. -Corazón, y esta amargura seria, ¿de dónde nace? -¡Amarga mucho el agua de los mares! |
Federico García Lorca
¡luna dormida!, vas protestando, seca de brisas, del gran abuso la tiranía de ese Jehová que os encamina por una senda, ¡siempre la misma!, mientras él goza en compañía de Doña Muerte, que es su querida... |
Federico García Lorca
La madurez insigne de tu conocimiento. Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca. La tristeza que tuvo tu valiente alegría. |
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Federico García Lorca
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie. No duerme nadie. Pero si alguien cierra los ojos, ¡azotadlo, hijos míos, azotadlo! Haya un panorama de ojos abiertos y amargas llagas encendidas. No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie. |
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Federico García Lorca
Soledad: ¿por quién preguntas sin compaña y a estas horas? Pregunte por quien pregunte, dime: ¿a ti qué se te importa? Vengo a buscar lo que busco, mi alegría y mi persona. Soledad de mis pesares, caballo que se desboca, al fin encuentra la mar y se lo tragan las olas. |
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Yerma de Federico García Lorca
Es así. Claro que todavía es tiempo. Elena tardo 3 años, y otras antiguas, del tiempo de mi madre, mucho más, pero dos años y veinte días, como yo, es demasiada espera. Pienso que no es justo que yo me consuma aquí. Muchas veces salgo descalza al patio para pisar la tierra, no sé por qué. Si sigo así, acabaré volviéndome mala
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Poemas esenciales de Federico García Lorca
[…] y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso y al que teme la muerte la llevará sobre los hombros. |
¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?