Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Sí, sí, que pagara con sangre lo que sangre ha costado
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Sí, sí, que pagara con sangre lo que sangre ha costado
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Para mí esto de mi Rosita es lo peor. Es querer y no encontrar el cuerpo; es llorar y no saber por quién se llora, es suspirar por alguien que uno sabe que no se merece los suspiros. Es una herida abierta que mana sin parar un hilito de sangre, y no hay nadie, nadie en el mundo, que traiga algodones, las vendas o el precioso terrón de nieve
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Son los niños de los ricos, y, como pagan, no se les puede castigar
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
¡Qué le vamos a hacer! Ya nos queda poco tiempo en este teatro
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Ese es el defecto de las mujeres decentes de estas tierras. ¡No hablar! No hablamos y tenemos que hablar
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Alguna vez tengo que hablar alto. Sal de tus cuatro paredes, hija mía. No te hagas a la desgracia
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
Y yo lo oigo y no puedo gritar, sino vamos adelante, con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón
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Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores de Federico García Lorca
¿Por qué tus ojos traidores con los míos se fundieron? ¿Por qué tus manos tejieron, sobre mi cabeza, flores? ¡Qué luto de ruiseñores dejas a mí juventud, pues siendo norte y salud tu figura y tu presencia, rompes con tu cruel ausencia las cuerdas de mi laúd!
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Federico García Lorca
Agosto Agosto. Contraponientes de melocotón y azúcar, y el sol dentro de la tarde, como el hueso en una fruta. La panocha guarda intacta su risa amarilla y dura. Agosto. Los niños comen pan moreno y rica luna. |
Bodas de sangre de Federico García Lorca
Muy buen libro. Literatura clásica del conocido autor Lorca, gen. Del 27. Nos narra una apasionante historia sobra un casamiento que finaliza en desgracia. Libro corto y fácil de leer que todo el mundo debería leer al menos una vez en su vida. |
Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca
Los dineros dan la hermosura… Y la hermosura es codiciada por los demás hombres.
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Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca
El matrimonio tiene grandes encantos, mi señor. No es lo que se ve por fuera. Está lleno de cosas ocultas. Cosas que no está bien que sean dichas por una servidora… Ya se ve…
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La ardilla salta como locuela de Federico García Lorca
Cantando la cigarra paso el verano entero, Sin hacer provisiones allá para el invierno; los fríos la obligaron a guardar el silencio y a acogerse al abrigo de su estrecho aposento. Viose desproveída del precioso sustento: sin mosca, sin gusano, sin trigo, sin centeno Habitaba la hormiga allí tabique en medio, y con mil expresiones de atención y respeto la dijo: "Doña Hormiga, pues que en vuestro granero sobran las provisiones para vuestro alimento, prestad alguna cosa con que viva este invierno esta triste cigarra, que alegre en otro tiempo, nunca conoció el daño, nunca supo temerlo. No dudéis en prestarme; que fielmente prometo pagaros con ganancias, por el nombre que tengo. La codiciosa hormiga respondió con denuedo, Ocultando a la espalda las llaves del granero: ¡Y yo prestar lo que ganó con un trabajo inmenso! Dime, pues, holgazana, ¿Que has hecho en el buen tiempo? Yo, dijo la cigarra, a todo pasajero cantaba alegremente, sin cesar ni un momento. ¡Hola! ¿Con que cantabas cuando yo andaba al remo? Pues ahora, que yo como, baila, pese a tu cuerpo. + Leer más |
La ardilla salta como locuela de Federico García Lorca
La ardilla corre. La ardilla vuela. La ardilla salta cómo locuela. -Mama, la ardilla ¿no va a la escuela? - Ven ardillita, tengo una jaula que es muy bonita. -No yo prefiero, mi tronco de árbol y mi agujero. |
La ardilla salta como locuela de Federico García Lorca
El lagarto está llorando. La lagarta está llorando El lagarto y la lagarta Con delantalitos blancos. Han perdido sin querer su anillo de desposados Ay, su anillito de plomo, ay, su anillito plomado Un cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros. El sol, capitán redondo, Lleva un chaleco de raso. Miradlos que viejos son Qué viejos son los lagartos! ¡Ay, cómo lloran y lloran, ¡ay! ¡ay! cómo están llorando! |
La ardilla salta como locuela de Federico García Lorca
El búho y la gatita se hicieron a la mar, En un lindo barquito de verde guisante. Llevaron dulce miel y dinero contante, Envueltos en un billetito al instante El búho las estrellas miró, Y al son de una guitarrita cantó: ¡Oh mi gatita preciosa! ¡Oh mi minina hermosa! ¡Qué linda gatita eres tú! Eres tú, Eres tú, ¡Qué linda gatita eres tú! |
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombre que al oficiante, y a ese porque tiene faldas. Volver la cabeza es buscar el calor de la pana.
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Romancero gitano de Federico García Lorca
Vuelan en la araña gris, siete pájaros del prisma. La iglesia gruñe a lo lejos como un oso panza arriba |
Trilogía rural de Federico García Lorca
Porque tú crees que el tiempo cura y que las paredes tapan, y no es verdad, no es verdad.
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Trilogía rural de Federico García Lorca
- Todo cambia. - Algunas cosas no cambian. Hay cosas encerradas detrás de los muros que no pueden cambiar porque nadie las oye. - Así es. |
¿Cuáles fueron las primeras influencias que distinguen la lírica del autor?